martes, 27 de mayo de 2008

PROPIEDAD INTELECTUAL

Si hay algo que legitíma las ideas que pueden surgir de la mente de un creativo es tramitar y obtener un Registro de Propiedad Intelectual. En los cuarenta años que llevo viviendo de "sueños" he inscripto muchas obras inéditas relacionadas con publicidad, felizmente el ochenta por ciento de ellas fueron oportunamente puestas en práctica con excelentes resultados. No todos los días surge una buena idea, algo que sea atractivo, diferente, sencillo de poner en práctica y que al eventual cliente le resulte beneficioso. Por experiencia, siempre apunté a la creación de personajes animados que apoyan la campaña de una empresa o producto, ya que si se obtiene la imágen de una o varias figuras fuertes, el público consumidor las relaciona de inmediato con el auspiciante y potencia su imágen. Lo primero que hay que hacer antes de presentar un trabajo ya sea un diseño gráfico o boceto de producción publicitaria integral es resguardarlo. Esto se logra a través de un trámite sencillo que protege por tres años el contenido de la obra inédita. Y en verdad, éste es el único "seguro" legal que los creativos tenemos a la hora de defender lo que nos pertenece y dá de vivir. Yo empecé a registrar mis obras a principios de los años setenta en el tradicional edificio que La Dirección Nacional Del Derecho de Autor tenía en Talcahuano 610 (hoy funciona en Moreno 1228) y esta gestión simple, por razones de distancia la realizaba generalmente a través del correo. Ya con los formularios en mano, hacía certificar mi firma por un escribano y dentro de un sobre lacrado enviaba el material a proteger junto a una solicitud de depósito en custodia de Obra Inédita, que siempre la institución me reenviaba puntualmente y debidamente certificada por la misma vía postal. A finales de los años ochenta, cuando comencé a incursionar en el diseño de concursos interactivos para supermercados, me dí cuenta de la gran importancia que tienen los registros de Propiedad Intelectual y ésto sucedió cuando conocidas empresas, algunas de ellas que eran multinacionales, "adaptaban" el contenido de mis juegos y con un simple cambio de título los lanzaban a la promoción. Lamentablemente tuve varias sorpresas de este tipo que para colmo en su mayoría, estos casos se daban casi siempre en Capital Federal. Aquí tenía que abocarme a la nó fácil tarea de buscar estudios de abogados especializados en temas tan complejos y específicos como Propiedad Intelectual, Patentes, Marcas, etc. Confieso que en los comienzos he pagado un lógico derecho de piso, ya que no es sencillo dar con un buen estudio jurídico especializado. Lo primero que hay que hacer ante una situación de supuesto "plagio" es analizar a fondo las posibles coincidencias y si las pruebas legales son válidas iniciar él o los reclamos correspondientes. Sobre este tema en particular, hay mucho para exponer, pero sería demasiado extenso y simplemente recomiendo perseverar en las acciones ya que suelen ser desgastantes y tediosas, pero si se cuenta con un respaldo de un abogado responsable, generalmente con mucha paciencia y convicción se puede llegar a un buen acuerdo final. Aquí agradezco las acertadas y transparentes gestiones de los doctores Ricardo Campaña y Santiago Di Franco que además de excelentes profesionales a quienes he confiado estas cuestiones, felizmente también son mis amigos. Lo peor que le puede suceder a un creativo es que le "hurten" su idea y lucren con ella, ante esto y a modo de prevención, recomiendo tener en regla los registros de Propiedad Intelectual y Obra Publicada. Hay dos personas a quien quiero agradecer por su trato siempre preciso y cordial que cumplen funciones en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual y ellas son; las señoras Andrea Gómez Piedra e Inés Rotundo a cargo de Publicaciones Periódicas. Andrea como responsable de la mesa de entradas y correspondencia, es un valioso referente de ese organismo a quién solo conocía por su firma o telefónicamente cuando me comunicaba con ella por alguna inquietud relacionada con registros de obras o envíos de formularios. Recién hace un par de años tuve la satisfacción de entrar por primera vez al viejo edificio del Registro Nacional de la Propiedad Intelectual cuando la entidad aún funcionaba en calle Talcahuano 618 y grande fué mi sorpresa cuando me encontré con Andrea Gómez Piedra, una chica muy jóven, amable e inteligente a quién había imaginado como a una funcionaria circunspecta y de más edad, pero para mi feliz sorpresa, allí estaba frente a la eficiente Andrea. En este encuentro breve, también pude acceder a las instalaciones del Registro, donde en sus pasillos repletos de carpetas, libros y publicaciones de todo tipo estaban archivados cientos de testimonios del fruto intelectual de muchos autores. En medio de ese rico e histórico tesoro intelectual, Andrea había instalado un colorido jardín en su pequeña oficina donde además de estar impresa su personalidad, abundaban las fotos de su familia y cálidos recuerdos de sus hijos. Ese fué un gran día para mí, ya que me había encontrado con la responsable de las respuestas concretas, la eficacia de los envíos y la contención que había recibido de su parte durante muchos años. Lo mismo me sucedió con Inés Rotundo a quién también pude conocer esa misma tarde. Llevo más de treinta y cinco años registrando allí mis obras y quiero en este bloque llamado PROPIEDAD INTELECTUAL destacar el valor que tiene para un autor que existan personas como Andrea e Inés, dos seres humanos únicos que lejos de las actitudes burocráticas, a la hora de las soluciones, siempre han dado muestras de buena voluntad para responder a todo tipo de dudas y poner su conocimiento al servicio de la sensibilidad del autor.

jueves, 15 de mayo de 2008

En Bahía Blanca, produciendo "ARMA el ARBOLITO del SHOPPING y GANA".

Siempre reconoceré que gracias a Mar del Plata y supermercados Aragone, pude poner en práctica "Arme la Góndola" el novedoso juego interactivo de las figuritas que tantas satisfacciones me dió en sucesivas oportunidades y siempre la respuesta del público fué más que exitosa. Ya llevaba varios concursos realizados con este sistema interactivo de mi creación y desde el comienzo me dí cuenta que éste entretenimiento dirigido al público adulto de alguna manera hace que la propuesta además de movilizar, despierte el niño interior que todos los mayores atesoran en su corazón. Sobre finales de los años noventa, decidí volver a Bahía Blanca mi ciudad natal, quizás porque comenzaba a extrañar mis lugares y también porque estaba bastante cansado de tantos "ires y venires" por diferentes ciudades del país. En Bahía, el ambiente se estaba "revolucionando" porque un nuevo shopping estaba a punto de inaugurarse sobre el final de la avenida Sarmiento, hoy llamada Alberto Cabrera como justo homenaje a un querido ser humano y gran jugador de basketball. La inminente apertura del "Paseo del Sol" llegaba como una luz esperanzadora y aires renovadores a una Bahía que también había sufrido la década improductiva gestada por el gobierno de Menem. El nuevo centro de atracciones prometía ser un epicentro dotado de amplitud y confort con una gran variedad de locales comerciales ocupados por reconocidas marcas y comercios. también pondría al alcance de las familias de ciudad y zona, cines dotados de máxima tecnología, patios de comidas, cafés y juegos para los niños.
Muchos empresarios pagaron por entonces fuertes sumas en dólares para "no quedar fuera del shopping" y las agencias de publicidad veían en ese emprendimiento a una importante cuenta. Alguien me sugirió que me presente ante el apoderado de este primer shopping que pronto abriría sus puertas a la ciudad y le lleve alguna idea publicitaria novedosa.
Me llamó la atención la cantidad de chicas y chicos licenciados en marketting que estaban trabajando en las oficinas del emprendimiento. Cuando me dieron el nombre y apellido de quien estaba al frente de la gigantesca construcción no dudé en presentarme ante él y ofrecerle una idea interactiva con "éxito asegurado". A Elvira se le había ocurrido que reflote de mi arcón de ideas una que se llamó "Armá el arbolito y Ganá". En pocos minutos y sobre una cartulina, dibujé un arbol navideño ornamentado con unos cien circulos similares a "bolas" decorativas colgadas de dicho árbol. Dentro de estas "bolas" irían pegadas fotos y logos de los más de cien negocios instalados en el nuevo shopping.
Cuando estuve frente a frente con quién tomaba las decisiones, con mucha seguridad le propuse la idea de lanzar el concurso en Octubre y Noviembre con el nombre de "Armá el Arbolito del Sol".Los interesados en participar debían concurrir al lugar y solicitar la hoja donde estaba dibujado el arbolito con los cien espacios redondos en blanco que el público debía completar con figuritas de color redondas que semanalmente y en series numeradas, se les irían entregando en el mismo shopping.
Todos los comercios y marcas que ya estaba instaladas en ese gran ámbito, no dudaron en apostar y auspiciar ese concurso. Una vez pactados mis honorarios, me puse a trabajar en el lanzamiento publicitario de la propuesta, anunciar en los distintos medios de comunicación los premios para los ganadores y llevar a cabo la producción gráfica del poster donde debían pegarse las figuritas e instrumentar la entrega semanal de las mismas.
Algo estaba cambiando en Bahía y eso me alegraba. El lanzamiento de "Armá el Arbolito" fué realmente exitoso, la gente llegaba todos los días en diferentes horarios a buscar su plancha de figuritas "redondas" que debía recortar prolijamente con una tijera siguiendo una línea de puntos y pegarla en el espacio correspondiente del "Arbolito del Sol".La impresión gráfica la llevó a cabo Sapienza Industria Gráfica y una de las preguntas que me hizo, Osvaldo, el propietario de esta importante imprenta fué porqué no habíamos hecho troqueles redondos para evitar que los concursantes tengan que recortar las imágenes a mano. Recuerdo que mi respuesta fué; "¿Y la terapia? No sabés que bién hace para el estrés y aliviar tensiones cotidianas el recortar a pulso las figuritas redondas".
Increíblemente, varios amigos y colegas asistieron a ese ritual donde todos los días podían verse a grandes y chicos en el shopping recortando las figuritas de unos seis centímetros de diámetro con pequeñas tijeras que traían desde su casa.
El primer gran premio que la administración del shopping había destinado para este evento fué un automóvil cero kilómetro y 100 premios más. El día del sorteo, que se llevó a cabo en la playa de estacionamiento, hacía más de 40 grados de calor y concurrieron cerca de 2500 personas. Esa tarde inolvidable actuó el "Grupo Universitario" una prestigiosa banda bahiense muy reconocida en argentina y distintas partes del mundo. En el shopping se recepcionaron en este concurso más de 70 mil cupones pertenecientes a participantes de Bahía Blanca y zona. Terminado este nuevo concurso de probada convocatoria, el shopping comenzó a decaer lentamente. Algo había fallado allí y fué una verdadera lástima, creo que faltó imaginación, continuidad y por sobre todas las cosas conocer la sicología de los bahienses. Hoy suelo recorrer lo que quedó del "Paseo" y recuerdo la gran euforia y expectativa que provocó en su momento aquella ansiada inauguración.
Por entonces el país estaba empezando a hacer agua, pronto vendría la violenta salida de un presidente con sangre de pato como De La Rúa, el llamado "cacerolazo" y otros acontecimientos lamentables que terminarían con una de las peores décadas argentinas.

Referentes de mi adolescencia; NORBERT DEGOAS, un verdadero fuera de serie.

Tenía dieciocho años y como todas las noches me encontraba dibujando en mi pequeño estudio ubicado en la casa de mis padres, generalmente me quedaba despierto hasta cerca de las tres de la madrugada, donde el silencio nocturno y el sonido amigo de la radio eran mi habitual compañía. Generalmente solía oír las emisoras de Buenos Aires donde estaban mis conductores favoritos, entre ellos Hugo Guerrero Martinheiz, Edgardo "El indio" Suarez, Ricardo Castel Blanco o Julio Lagos, hasta que una noche escuché una voz diferente y por el momento desconocida; Norbert Degoas había aparecido desde LU7 Radio General San Martín con un estilo totalmente innovador a la hora de presentar temas musicales. La voz que estaba imponiendo Degoas que en ese entonces contaría con unos veintitrés años parecía centroamericana. Los avisos publicitarios que creaba eran piezas sumamente originales, llamaban la atención y de inmediato quedaban grabadas en el subconciente. El fenómeno Degoas se propagó velozmente por el dial Bahiense y fué ganando nuevos espacios en LU7 y también en LU2Radio Bahía Blanca, donde conducía en vivo el inolvidable "Palacio de las Estrellas" o "El Desán Show" , programas que marcaron una época por su dinamismo y la puesta en el aire de efectos especiales muy simples, que hacían creer que Degoas estaba realmente transmitiendo desde un gran estadio colmado de espectadores, esto lo lograba utilizando discos que tenían grabados aplausos y silbidos a los que Degoas le sumaba su habilidad imitando las voces de Sandro, Palito Ortega, Chico Novarro, Lalo Fransen y los cantantes de moda de aquella época con los que simulaba dialogar antes de presentar cada tema musical. Carismático en extremo, el ascendente Degoas jamás dejaba de ser el personaje del micrófono, su vida fuera de la radio era similar a la de una estrella internacional. Siempre se destacó por tener autos llamativos de último modelo y supo imponer su personalísima manera de caminar, vestir y hablar. Cuando tuve la oportunidad de conversar con él por primera vez, descubrí que era un tipo dotado de una gran inteligencia que llegaba para quedarse por muchos años y triunfar en este medio tan apasionante llamado radio.
Degoas nació en la ciudad de Punta Alta, ubicada pocos kilómetros de Bahía Blanca donde comenzó a vivir alojándose en el hotel Italia. En Punta Alta, su madre y su hermana tenían "Discomanías Totys", negocio que al poco tiempo instalaron con el mismo nombre en un local de Galerías Plaza de Bahía. La televisión local lo adoptó rápidamente y en poco tiempo se convirtió en el animador más exitoso de la ciudad y zona, ya que hasta podía cantar y bailar con gran habilidad ante las cámaras. Yo aún no había tenido mi oportunidad radial y Degoas fué para mí un verdadero referente a quién comencé a admirar desde que lo escuché por primera vez. También era un showman de la vida, siempre con ocurrencias disparatadas y divertido en extremo solíamos compartir cenas en el Grand Grill y salir todos los sábados con el fin de "colarnos" en fiestas de quinceañeras que por entonces se festejaban en la misma casa de las cumpleañeras. Degoas me pasaba a buscar con su imponente "Chevrón" y de allí íbamos diréctamente a una florería llamada "Iris", donde él se encargaba de comprar un ramo de rosas, luego impecablemente vestidos nos presentábamos en el lugar del festejo al que obviamente no habíamos sido invitados, pero Degoas era una estrella famosa de Bahía y nadie se animaba a prohibirle la entrada a la fiesta, donde su presencia era sumamente bienvenida. Poseedor de un espíritu y actitud muy seductor se imponía eficazmente al momento de la conquista femenina y siempre terminaba la noche junto a alguna bella señorita.
Durante casi tres años compartí un sinnúmero de vivencias junto a él y un gran amigo en común llamado Omar "Bocha" Gasparini. Más tarde cuando logré entrar por la puerta "grande" de LU2 Radio Bahía Blanca , de alguna manera me convertí en su "competidor" ya que en algunas ocasiones llegábamos a estar actuando en el mismo horario en diferentes emisoras. En los años setenta, se fué a probar suerte a Mar del Plata e inició una meteórica y brillante carrera en LU6 Emisora Atlántica, en la "Feliz" permaneció muchos años trabajando intensamente en radio y televisión. Posteriormente formó parte de "La Noticia Rebelde" junto a Jorge Guinsburg, Nicolás Repetto y Adolfo Castello, un programa de gran audiencia nacional que se emitía por ATC. A mediados de los ochenta, apareció una mañana en mi casa de Bahía, venía solo desde Mar del Plata manejando una coupé Mercedes Benz, tomámos el desayuno y me dijo que quería ver a Clotilde, "La Negrita", mi guía espiritual. Norbert en algunas ocasiones, me había escuchado hablar de esta querida mujer que además de ser hija de la Hermana Teresa, posee al igual que su hermana "Cuca", probados dones de videncia, contactos con el mundo astral y un manejo puntual de las energías que alivian el espíritu.
Esa misma mañana, la llamé a mi amiga "Negrita" y le pregunté si podía atender a un Norbert, ella me respondió que sí e inmediatamente fuimos hasta el templo de calle Patricios, Norbert estaba muy pálido, delgado y se lo veía cansado, evidentemente necesitaba urgente ayuda espiritual. Jamás olvidaré que cerca del mediodía, "Negrita" le "leyó" la mente durante escasos segundos después lo iluminó y terminó vaticinándole con mucha seguridad que muy pronto su nuevo destino profesional estaría lejos de argentina y que ésto sucedería muy al norte(?)
Aunque cueste creerlo lo anunciado por "Negrita" ocurrió y un par de meses después, Norbert Degoas llegaba a los Estados Unidos país donde de inmediato comenzó a trabajar en el canal VEA52, donde de lunes a viernes, poco antes de la medianoche hacía en vivo un audaz pronóstico del tiempo que contaba con una gran teleaudiencia. En Los Angeles, California permaneció unos siete años trabajando con gran suceso en televisión y radio, el único inconveniente que tuvo en USA, fue su record de infracciones de tránsito algo que en Norteamérica se respeta a ultranza. Definitivamente estas leyes no eran las mismas de argentina donde Norbert acostumbraba estacionar su vehículo en doble fila, girar a la izquierda o donde se le dé la gana, etc.
Felizmente hoy, sigue siendo un personaje querido y muy reconocido de la televisión Marplatense, donde cada cada vez que aparece en pantalla protagonizando un comercial, sigue marcando un estilo único e inconfundible a la hora de vender un producto. Creo que Bahía Blanca y Mar del Plata junto a nosotros sus colegas locutores, le estamos debiendo un merecido homenaje a Norbert Degoas, un profesional fuera de serie, que además de estar actualmente en plena vigencia, "Es el único animador argentino que triunfó probadamente en los Estados Unidos".

viernes, 9 de mayo de 2008

referentes de mi adolescencia; "LALO", el Rey de la Radio y el "ENTERRADO VIVO".

No puedo dejar de escribir en este diario de mis “sueños” las historias de “Lalo", un personaje único que a finales de los años 50, había sido designado director de la vieja LU7 Radio General San Martín de Bahía Blanca. Edgardo Levantesi y yó éramos por entonces dos pibes ávidos de entrar en el mágico mundo de la radio, el tío de Edgardo, Vicente Levantesi un reconocido pionero de las comunicaciones , además de ser una persona excepcional también ocupaba por esos años el cargo de directivo de LU3 Radio del Sur, pero nosotros por una cuestión de amor propio no queríamos pedirle ningún favor a su pariente y decidimos armar nuestra propia productora radial dedicada a programas de entretenimientos. Fue entonces que pedimos hablar con el señor “Lalo” y con el ímpetu propio de nuestros escasos 17 años, pactamos con él la compra integral de un espacio de tres horas que se emitiría en vivo los días sábado en el horario de la tarde. El programa se llamó “El Show Gigante de los Premios” y era conducido por el animador y locutor Juan Carlos Beltrán, una querida y recordada figura de la radio que tiempo después cobró notoriedad nacional cuando se radicó en Buenos Aires trabajando en importantes emisoras Capitalinas. A “Lalo”, tanto Edgardo como yó, le habíamos caído muy bien al punto que jamás nos escatimaba información alguna sobre futuros proyectos o las ingeniosas producciones colaterales que ponía en marcha desde el medio que él dirigía. Una de sus ideas más alocadas fue “enterrar vivo” a su mejor amigo. “Lalo” pensaba las cosas y al minuto las concretaba, así fue que con una fuerte promoción radial anunció que próximamente en un terreno que estaba ubicado frente a la plaza Rivadavia, los habitantes de la ciudad podrían ver por única vez al “enterrado vivo”. En ese predio, hizo cavar un pozo de unos tres metros de profundidad y en el fondo colocó un ataúd desde el que emergía un largo caño del tipo galvanizado. Dentro del féretro donde estaría acostado su amigo, “el enterrado”, instaló una luz que iluminaba el rostro del ocupante del incómodo y tétrico sarcófago. El día del lanzamiento de este macabro show la fila de gente que había asistido para no perderse tal fenómeno, tenía más de cien metros de extensión. El terreno donde se llevaba a cabo este insólito evento había sido cercado y para ingresar, los espectadores debían pagar una entrada. Luego eran conducidos a través de una pasarela de madera que desembocaba en un pequeño escenario del cual sobresalía la boca del caño de observación. Una vez allí, el interesado era invitado por un asistente a mirar por el agujero y desde lo alto veía la cara del “enterrado” que como parte de su "tarea" y para demostrar que estaba vivo, hacía muecas extrañas, se reía, guiñaba un ojo, etc. Esto no duraba más de un minuto por persona. “Lalo” había programado el espectáculo para un fin de semana , comenzando el viernes por la noche y tuvo un record de público, pero justamente el día domingo hubo un serio inconveniente; Entre los asistentes, se contaban muchos niños y las criaturas, movidas por su inocencia, a través de la abertura del caño, arrojaban chocolatines y golosinas diversas al “enterrado” que posiblemente aburrido y para no despreciar, se iba comiendo todos los dulces que caían desde arriba hacia el interior del féretro.
Cerca de la medianoche, tanta cantidad de chocolate y maníes, hicieron estrágos en el sufrido hígado del “enterrado” que se puso a gritar desaforadamente en medio de la noche suplicando que alguien lo saque de allí. Felizmente un sereno que había quedado en el sitio, logró desenterrarlo y llamar a una ambulancia que socorrió al desdichado “enterrado”.
“Lalo”, que era muy obstinado no se amilanó ante este pequeño percance e insistió en volver a programar el mismo espectáculo para la semana siguiente. Ya repuesto de su atracón, el “enterrado” ocupó nuevamente su puesto bajo tierra y dentro del ataúd, pero lamentablemente esta vez, también tuvo mala suerte, ya que el día sábado y con un éxito total de público, se desata una tormenta sin precedentes. Los asistentes, ante el fuerte diluvio optaron por retirarse rápidamente del terreno y se “olvidaron” del "enterrado" que desde su dificultosa posición, recibía en pleno rostro y resto del cuerpo una gran cantidad de agua que ingresaba por el caño.
Por fortuna, alguien se acordó que el “enterrado” había quedado solo en el predio y a merced de la feroz tormenta. Cuando llegaron al sitio notan que el agua y el barro comenzaban a hundir peligrosamente el terraplén de madera. Gracias a la inmediata y eficaz intervención de los bomberos, el "enterrado" pudo ser rescatado a tiempo cuando estaba a punto de morir ahogado y sepultado por una importante avalancha de agua y barro.

martes, 6 de mayo de 2008

Principio de los 90, el "minishow" de MEGA PARTY en la Plaza San Martín de Mar del Plata.

En 1992, la ciudad de Mar del Plata, había sufrido uno de los peores y más terribles temporales de su historia. Este desastre climático causó graves e irreparables daños a una considerable cantidad de habitantes. En pocas horas miles de familias, ante la destrucción total o parcial de su vivienda, quedaron sin techo y debieron ser evacuados. La catástrofe también provocó que el gigantesco estadio “Mundialista”, se inundara y costara varios años de esfuerzo y dinero, conseguir que las consecuencias originadas por el agua estancada en todo el sector de este magnífico complejo deportivo, fuera definitivamente desalojada. Como siempre, los Marplatenses se pusieron rápidamente de pié y prestaron su incondicional ayuda a las víctimas. Recuerdo claramente que el temporal comenzó con una intensa lluvia acompañada de un fuerte viento y era tan poderoso que una mañana, en medio del caos, Elvira y yó salimos de nuestra casa que estaba ubicada en el barrio “Chauvín” con la intención de comprar un farol de gas, ya que estaba faltando la energía eléctrica debido a la caída de cables. Las violentas ráfagas movían los autos como si fueran de papel, y como precaución, decidimos salir a bordo de la legendaria “tanqueta”, nuestra amada coupé Torino 380, modelo 67. Ibamos transitando dificultosamente por la avenida Independencia y Vieytes, cuando en ese sector y a unos tres metros de altura, vemos en la misma esquina a un hombre que el viento había aplastado contra una pared muy alta como si hubiera sido “imantado” por la misma. Me bajé del Torino con la intención de ayudar a ésta persona, ya que en la avenida totalmente anegada por las aguas, también se veían carteles publicitarios destrozados y pudimos presenciar en ese mismo instante el derrumbe de un local dedicado a la compra y venta de automóviles. Ni bien desciendo del auto, siento que una ráfaga me impulsa por el aire y por primera vez en mi vida, estaba volando de verdad. Por suerte, un árbol interpuso en mi camino y logré abrazarme con alma y vida a la añeja planta salvadora. Elvira asistió a esta absurda escena desde el interior de la seguridad de la “tanqueta” y le causó tanta risa el verme volar, que no atinó a nada, solo a reírse con lágrimas. Toda la ciudad estaba en emergencia y los medios de comunicación, inmediatamente se pusieron al servicio de los miles de inundados. Hacían falta alimentos, ropa, colchones, materiales de construcción, etc. Los entonces interventores de LU6 Emisora Atlántica, Isauro Martínez y Eduardo Valdéz, ambos de orígen Tucumano, deciden que la radio forme parte de un gran evento solidario a beneficio de los inundados. El festival se realizaría en la Plaza San Martín, y además de los medios radiales, televisivos y gráficos, en esta causa también participaban reconocidos músicos, artistas y animadores Marplatenses. A mí me tocó el privilegio de formar parte del staff de conductores, una distinción que jamás olvidaré. En ese entonces “Pajarito” Pagliani, además de excelente operador, también oficiaba como mánager y productor de un grupo llamado “Mega Party” que era liderado por un pintoresco personaje apodado “chizito”. Isauro Martínez que participaba en la organización, programó nuestra aparición para las 23 horas. La plaza estaba repleta de gente, se calcula que a ese evento concurrieron más de cinco mil personas. Todo estaba perfectamente organizado, desde el sonido hasta las luces y se había armado un escenario enorme y de sólida estructura. Cada conductor tenía que presentar a determinados artistas y a mí me tocaba hacer esa parte de la rutina con los “Mega Party”.Ya estábamos a punto de salir a escena, cuando “chizito” muy preocupado me dice que habían extraviado las pistas musicales con las que se ayudaban a la hora de cantar sus temas que en realidad habían sido producidos en un estudio de grabación y a la hora de ofrecer sus shows en vivo, les permitían salír a escena con la fuerza, el brillo y el apoyo que les proporcionaba la bendita pista. A tantos años de aquello, creo que en realidad la banda de “Pajarito”, solo sabía hacer play back. Los minutos pasaban a gran velocidad y el público que colmaba la San Martín, estaba en su pico máximo de entusiasmo, pero la grabación de soporte que contenía varios temas interpretados por el grupo seguía sin aparecer y en ese momento, solo disponían de un paupérrimo diskette conteniendo tres temas, entre ellos “Vení Raquel” y “La Canoa”, grandes éxitos de esa época. Isauro Martínez me dijo: “Arrancá con lo que hay, tenemos que salir yá y sea como sea”. Todo lo que sucedía en ese festival, se emitía en vivo y en directo por la radio. Sin dudarlo, salí al gigantesco escenario y presenté a los geniales “Mega Party”, que iniciaron su show con “Vení Raquel”. Cuando finalizaron esta canción, se me ocurre invitar a la multitud a bailar y la espontánea propuesta, felizmente dió resultado. Yo sabía que solo teníamos tres temas y con ellos había que “estirar” nuestros casi cuarenta y cinco minutos sobre el escenario. La gente se había entusiasmado y quería seguir bailando, habia allí una importante cantidad de familias con sus hijos y la noche era climáticamente excepcional. Cuando ví que la gran masa humana asistente se movía alegremente al ritmo de las canciones de la banda liderada por “chizito”, insití, insistí e insistí, porque los aplaudían tanto que les hice repetir hasta tres veces cada tema y decía: ¡Gracias, gracias por tantos aplausos y aceptación, ahora a pedido de ustedes, vamos nuevamente con "Vení Raquel"! y así sucesivamente hasta que llegamos al final.
Detrás del escenario, “Pajarito” se divertía como un poseído y “chizito” con su mejor cara de piedra preguntaba: ¿Estuvimos bién nó? ¿ viste como nos aplaudieron y bailaron?.
Aquella histórica e inolvidable actuación había sido un verdadero éxito, qué toda la ciudadanía Marplatense logró construir con su habitual compromiso participativo a la hora de la solidaridad y "Mega Party" con solo tres temas movió la San Martín.

domingo, 4 de mayo de 2008

El maravilloso "Don" de la Creatividad.

Sigo escribiendo este blog donde develo gran parte de mi extraño transitar por el maravilloso "mundo de los sueños", por primera vez vienen a mi mente un sinnúmero de historias, algunas divertidas y otras no tanto, pero que creo merecen ser contadas. Y les confieso que nada exagero en estas memorias de viaje que existieron de verdad, aunque para muchas personas esto puede ser un producto más de mi imaginación y les cuesta creer que en su incierta y corta existencia, alguien como yó, en este caso pueda haber protagonizado tantas disparatadas experiencias, sobrevivir con los frutos de su mente y finalmente poder contarlo, incluso riéndome de mí mismo. A esta altura de mis años, estoy muy agradecido a Dios por permitirme seguir llevando una vida digna y sin privaciones donde administro cómodamente mi tiempo donde disfruto plenamente del día a día y nada me apura, salvo una emergencia. Aprendí a despertarme cuando quiero y celebrar ese nuevo día, tomarme largos espacios cotidianos para compartir los mates con Elvira, oir programas divertidos en la radio, cuidar a “Pinky” y “Sinclair”, nuestros queridos perros ancianos y restarle importancia a las noticias apocalípticas. Hace más de treinta años que he descubierto el placer del “Ocio Productivo”, un oásis donde los pensamientos funcionan sin estrés, ansiedades y la pesada carga de las ambiciones estúpidas e innecesarias. Muchas veces pienso; ¿Qué habría pasado conmigo si hubiera sido empleado de un banco, una entidad financiera o alguna oficina estatal? Seguramente se me habría secado el cerebro, carecería de emociones y cada amanecer sería un suplicio pensando que el nuevo día, se convertiría en otra insoportable jornada gris dentro de un empleo dominado por el tedio, la burocracia y el contagio de la mediocridad que suele imperar en los ámbitos donde solo sos un simple número y no ves la hora de marcar tu tarjeta de salida. Nunca me creí nada de la cantidad de discursos y promesas vanas provenientes de los distintos dirigentes de este bendito país llamado Argentina. Lamentablemente, desde que tengo uso de razón, he visto cómo el otrora rico y entusiasta “granero del mundo” se fue convirtiendo de a poco en una nación prácticamente embargada, agobiada y con una deuda externa gigantesca e impagable. En pocos años fuimos involucionando a pasos agigantados, cada vez más atrás y ninguno de los cambios anunciados por nuestros políticos de turno se ha cumplido. Creo que esto nos sucede por alguna razón que no puedo explicarme. Carecemos de reacción y nos dejamos avasallar permanentemente sin atinar a rebelarnos, solo optamos por resignarnos mansamente y meternos bajo la alfombra de nuestros egoísmos y el puto “sálvese quién pueda”. Me ha tocado viajar en trenes prehistóricos que se deslizan a marcha lenta sobre vetustos rieles del año 30 o transitar con el auto en extensas rutas precarias e inseguras, donde encima te cobran peaje(?).
Moverse en ferrocarril puede significar una aventura interminable, donde solo sabés cuando partís, pero el arribo a destino bien puede ser improbable ya que constantemente las obsoletas locomotoras suelen descomponerse y el convoy, automáticamente queda varias horas detenido en medio del campo con cientos de pasajeros náufragos, que esperarán resignados y rezando para que en algún momento vengan a auxiliarlos. He visto demasiadas cosas “bizarras” que desalentarían al Argentino más valiente, pero aunque he tenido posibilidades ciertas de irme a trabajar a España o los Estados Unidos he preferido quedarme a resistir en este “país de locos”. No conozco los EE.UU, aún hoy, recibo invitaciones de amigos que viven allá para que definitivamente visite Hollywood o Disneyworld, pero siempre encuentro un pretexto y decido postergar el viaje. Opto entonces por continuar imaginando aquello, antes que chocar contra la pared de la realidad que pueda llegar a encontrarme al pisar el “gran país del norte”. Al comienzo de esta biografía, hablo sobre la gran influencia que desde que era un niño, ejerce en mí el cine norteamericano. En varias ocasiones, he tenido pesadillas donde me veo vestido de infante de marina de USA, estoy en una playa llena de explosiones, gritos y miedo. Están disparando sobre nosotros, las balas silban a mi alrededor, hemos desembarcado de las lanchas, hay muchos muertos y heridos por todas partes, somos soldados de solo veinte años. En esa pesadilla reiterada siento que las balas impactan en mi cuerpo y voy muriendo lentamente. Cuando estoy con la cabeza apoyada en el suelo, la imagen de la arena ensangrentada y sembrada de cadáveres se diluye y despierto en mi cama.¡Puf, sigo vivo! Muchas veces me pregunto si alguna vez estuve allí. Estas pesadillas, se convirtieron para mí en un tema de sumo interés, al punto que poseo una abundante cantidad de libros que hablan sobre la segunda guerra mundial, es realmente una colección muy valiosa y yá difícil de conseguir. Conozco todo lo que aconteció desde Pearl Harbor, la guerra en el Pacífico, el desembarco en Normandía o la caída de Berlín. Lo mismo me ocurre con el cine de Hollywood, que me sigue pareciendo maravilloso e inimitable. Confieso que ese mundo mágico, me ha permitido aislarme de la cruda realidad del “día a día”, ascender hacia el saludable planeta de los sueños y mirar el mundo desde las alturas.
Tampoco encuentro explicaciones a la facilidad con qué dibujo los comics de guerra que se han publicado en España o el sinnúmero de guiones y bocetos inéditos que guardo sobre distintos temas bélicos.
Nunca perseguí la gloria, como dice la canción de Joan Manuel Serrat, tampoco me desesperé por ser una persona rica y llenarme de inútiles posesiones materiales, ya que soy conciente que al morir solo me llevaré, además de lo puesto, los recuerdos de mi vida intensa.
Por fortuna no he sufrido las llamadas crísis existenciales de los cincuenta o los sesenta, continúo teniendo intacta mi alma de niño y eso lo compruebo a la hora de realizar una producción publicitaria diferente o un programa radial totalmente improvisado y en vivo, donde los oyentes perciben la sinceridad de mi risa, los errores y el contagio que genera esa comunicación disparatada, fluída y natural. Mi “don” creativo está intacto y eso no es poca cosa. No tengo fórmulas extraordinarias, tampoco cuido mi salud como debe ser, en verdad trato de tener proyectos, evitar a la gente negativa o que transmite pesimismo, porque puedo presentir perfectamente esa química humana adversa de los "oscuros". De aquí en más, queda mucho por contar en este blog algo desordenado, donde a medida que recuerdo hechos que vale la pena relatarles, voy hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, sin omitir la época en que sucedieron los eventos.
¡Gracias por leerme amigos internautas!

jueves, 1 de mayo de 2008

Historias juveniles junto al inolvidable NELSON. "LA MUCHACHA de la VALIJA de CARTON"

Esto sucedió durante una insoportable tarde del verano Bahiense. La alta temperatura reinante y la falta de aire tornaban más agobiante esa jornada. Eran más o menos las 14 horas, obligada hora de la “siesta” donde la gran mayoría de los habitantes permanecían descansando a la sombra de sus hogares. La ciudad estaba completamente vacía y yo me encontraba transitando en mi querido Fiat 600 rumbo a la casa de mis padres cuando al pasar por el acceso a la estación local de trenes, veo en medio de la soledad imperante a una chica que estaba parada en la vereda principal del edificio ferroviario. Era rubia, estaba humildemente vestida y junto a ella, depositada en el suelo, había una vieja valija de cartón de gran tamaño.
Detuve mi pequeño vehículo frente a la joven y la invité a subir amablemente, hecho que aceptó sin dudar. Le pregunté hacia donde iba, porque no tenía problemas en llevarla a donde sea. Me respondió que no tenía ningún pariente ni amistades en Bahía y que había tomado la determinación de irse del pequeño pueblo donde vivía, porque estaba harta de los maltratos de su padrastro y la falta de oportunidades laborales. ¿Dónde vas a alojarte?, le pregunté. No tengo plata para un hotel y tampoco para comer, solo me vine con esta valija que tiene un poco de ropa, contestó.
Le propuse comprarle algo para comer y llevarla al departamento de Nelson.
Me acuerdo que en una rotisería céntrica, pedí un pollo con papas al horno y una gaseosa para llevar. Cuando llegamos al departamento, Nelson no se encontraba presente, la “chica de la valija” prácticamente “devoró” la comida en contados minutos, esto era una contundente prueba del hambre que tenía.
Después de comer se dio una ducha. Me preguntó si allí había un televisor y le respondí que nó, que aún no habíamos podido comprar uno. Me pidió permiso para descansar y le ofrecí que se acueste tranquila en cualquiera de las dos camas que había disponibles en otra habitación más pequeña y contigua a la principal, donde dormía Nelson.
“La invitada” se manejaba allí con absoluta confianza, como si estuviera en su propia casa. La dejé durmiendo y salí para hacer unas entrevistas que tenía programadas para las 16 horas. La chica no usaba maquillaje, tenía en verdad una belleza natural y un cuerpo de 18 años casi perfecto. En ningún momento quise verla como a una “hembra”, ni me interesó insinuarle una mínima intención de deseo, ya que me sentía bien conmigo mismo al ayudarla brindándole comida y un techo. Por otra parte, jamás fui participe de aprovecharme de las necesidades humanas, un código que me había inculcado mi viejo Víctor. Cuando regresé a la noche, trayendo más comida, gaseosas, champú y desodorante para la jóven rubia, encontré a Nelson tomando mate con la muchacha. Los dos estaba conversando animadamente en la cocina del departamento.
Los tres compartimos unos mates y noté que entre ellos dos había “feeling”, ante este evidente chispazo que había surgido espontáneamente entre mi amigo y la “muchacha de la valija”, inventé una excusa y me retiré del lugar.
Habían transcurrido tres días desde que la encontré en la estación del ferrocarril, Nelson estaba viviendo un fogoso romance con la chica y eso me pareció maravilloso. Al cuarto día, le pedí a Nelson que me acompañara a visitar a un cliente que conocíamos y que quería hacer publicidad en televisión. Regresamos a eso de las 18 horas y con gran extrañeza notamos que la chica no se encontraba en la vivienda, tampoco había señales de su ropa ni de su "valija de cartón". Por la puerta no pudo haber salido, me dice Nelson, porque la dejé encerrada con llave. ¿Cómo encerrada? , sos un boludo celoso, ¿Qué pasa si tuvo un problema, o necesidad de salir a la calle por alguna razón? Le pregunté. Se hizo un prolongado silencio que sorpresivamente quebró la potente voz de Nelson, llamándome desde el pequeño patio del departamento. “Pipo, vení, mirá esto, me dice”. En una de las paredes, había apoyada una escalera de mano. Nelson se rascaba nerviosamente la cabeza y estaba como petrificado mirando una y otra vez la escalera y la pared, hasta que me pregunta: ¿habrá salido por aquí?
Yo tuve el impulso de asomarme y mirar hacia el otro lado del muro, y ví un amplio parque lleno de flores y árboles , donde podía apreciarse la parte trasera de una casa muy linda, con grandes ventanas y pintada de blanco.
En el parque estaba un hombre de unos cincuenta años regando las plantas. Nelson lo saluda y le pregunta si no había visto a una chica joven y rubia. El hombre, deja la regadera y viene hacia nosotros que seguíamos asomados a la pared. ¿Ustedes buscan a Mariana, la chica que canta como los dioses? Sí, le respondimos a coro, ¿acaso lo vió?. Sí, la escuché cantar en el patio de ustedes, me asomé y nos presentamos, me dijo que estaba aburrida y la invité a pasar a mi casa para ver televisión, ahora está en el living viendo el teleteatro de la tarde, pero no se preocupen, está cómoda y sin problemas, si quieren le digo que venga. “la muchacha de la valija” acompañada por su ocasional anfitrión, salió de la vivienda y apareció en escena, estaba más bonita que nunca, tenía puesto un vestido de colores vivos casi transparente y notamos que el hombre la tenía tomada del hombro.
“Gracias por todo chicos, pero decidí quedarme a vivir aquí”, nos dijo sonriente. Nelson se quedó muy triste y no alcanzaba a entender lo que había sucedido tan rápidamente. Un año y medio más tarde, paseando por una conocida galería céntrica ví a Mariana, llevando un costoso cochecito de bebés. Estaba vestida como una señora rica y la acompañaba una mujer, que había resultado ser su empleada doméstica. Se alegró mucho de verme, me dijo que había sido madre y se había casado legalmente con el hombre que por esas cosas del destino, aquella tarde de verano conoció “pared por medio”. Al tiempo, Nelson y yó nos enteramos que el flamante esposo de Mariana era el propietario de un comercio muy importante.
Nos alegramos por la nueva vida de la “muchacha de la valija”, ya que al igual que el cuento "La Cenicienta" había encontrado al fin a su "príncipe azul" que además de brindarle un buen pasar económico la había convertido en madre y mujer enamorada. En esos días, ya me encontraba trabajando en LU2, la emisora que me dio la oportunidad de despertar en ese sueño maravilloso de conducir programas radiales. A Nelson lo perdí de vista durante algunos años, hasta que me enteré que había fallecido en un terrible accidente cuando conducía su automóvil por una ruta cercana a Bahía.
Siempre lo recordaré como a un excelente ser humano que murió muy jóven, y en lo mejor de su vida, ya que se encontraba trabajando exitosamente en una empresa internacional de reconocido prestigio. A veces, me parece verlo en alguna calle céntrica, caminando erguido, siempre impecable luciendo sus trajes hechos a medida, y con su sonrisa al estilo "Carlos Gardel" diciéndome con su voz inconfundible: ¡Hola macho!, al tiempo que me dá un fuerte abrazo.