jueves, 5 de junio de 2008

Nacen los "ECONAUTAS"

Ya instalados en nuestra casa de la Plata, ciudad donde había tenido grandes satisfacciones con "Arme La Góndola", el exitoso evento realizado para supermercados Pinocho, traté de concentrarme en el desarrollo de una idea para niños en edad escolar a la que llamé "Econautas". Con el boceto de ese proyecto, no dudé en ponerme en contacto con Juan Carlos Quattordio, un conocido dibujante de comics Marplatense, quién desde su adolescencia ha publicado muchas obras de su autoría en revistas como Sex Humor, Humor, Fierro y otras muy conocidas tanto en la argentina como europa y los EE.UU. A Juan Carlos lo conocí a finales de los años ochenta, cuando yo ya estaba viviendo en "La Feliz", y realmente este querido y singular personaje quedó "adherido" a mi existencia hasta la actualidad. Juan es un auténtico obrero del comic y se involucra tanto en cada tira que no puede con su ego y siempre se incluye como protagonista de sus propias creaciones. No sé si Juan es un buen o mal dibujante, tampoco me importa demasiado porque siempre lo consideré un grande en esa difícil profesión. Juan resiste, no se entrega y vá para adelante contra viento y marea. Durante el tiempo que estuve radicado en Mar del Plata, solía ir a visitarlo con bastante frecuencia al departamento de Garay al 3200 donde vivía con su padre José y su mamá Beatriz, dos seres humanos excepcionales a los que amé con sinceridad. Me encantaba ir a tomar café por las tardes a la casa de los Quattordio y en cada uno de esos encuentros nos reíamos como locos y lo pasábamos realmente muy bien. Cuando yo estaba a cargo de la cuenta de supermercados Aragone,me acompañaba como free lance, un excelente diseñador gráfico llamado Horacio Scotti quien a su vez contaba con la colaboración de otro dibujante; Ramón Arias. Scotti me resultaba demasiado serio y mi niño travieso interior necesitaba generar algo insólito y poco convencional a este equipo y tuve la idea de incorporar a Juan Carlos, quien se ocupaba de desarrollar la gráfica de las realizaciones humorísticas y pintar grandes murales sobre las paredes interiores del amplio local de esa empresa. Nunca olvidaré que se acercaba la Navidad y se me ocurrió encargarle a Juan que prepare un trineo gigante para ubicar en un sector del supermercado. Para llevar adelante esta propuesta, le dije que tome las medidas y se las pase al carpintero que llevaría a cabo el trabajo. Semanas después y muy alarmados, me llaman del supermercado para decirme que en medio del salón habían montado algo parecido a una enorme piscina de madera o una réplica del "Arca de Noé". Ya era demasiado tarde para volver atrás y Juan muy convencido que aquello era un trineo, no vaciló en hacer un Papá Noel a tamaño real que ubicó en lo alto del adefesio y como si fuera poco llenó el estrafalario armatoste con cientos de cajas que simulaban coloridos regalos navideños. En aquellos años, Juan también fué columnista de cine y música en mis programas radiales de LU6 Emisora Atlántica. Siempre recordaré aquella época como una de las mejores de mis tiempos Marplatenses porque le dábamos rienda suelta a nuestra imaginación y realmente lo pasábamos muy bién. Volviendo a los "Econautas" y la ciudad de La Plata, Juan Carlos me interpretó a la perfección y logramos un producto gráfico excelente. Por esas cosas del destino, "Econautas" no vió la luz inmediatamente y lamentablemente, hasta hoy no tuvo el lanzamiento y reconocimiento merecido. Hemos trabajado mucho en esos personajes tan atractivos en el que intervienen chicos superhéroes llamados "Capitán Tierra", Marina y Pehuén, ellos están dotados de los poderes y energías que le brindan la tierra, el agua y el aire y su misión es defender al planeta de tres peligrosos contaminadores que han huído del planeta Klaros y llegaron a la tierra para depredar su medio ambiente. Juan logró una verdadera obra maestra al dibujar a Pólutor, Smóger y Fétidus los "malos" de este comic, cuyas imágenes ya se verán en este blogspot. Transcurriría algún tiempo para que "Econautas" tenga una pequeña oportunidad, en tanto, mientras comenzaba a trabajar en nuevas ideas, trataba de ocupar mi tiempo libre en actividades afines a mi profesión, entre ellas; la conducción de programas radiales y así fué que de casualidad dí con el dueño de una FM Platense que me propuso hacer un programa en su emisora que funcionaba en cuatro oficinas de un edificio céntrico. Como ya lo dije en páginas anteriores, la radio siempre ha sido uno de mis grandes amores, algo así como la mujer paciente que siempre espera y cuando uno regresa a ella, pase el tiempo que pase, siempre me recibe con una sonrisa y al encenderse la llama de la bendita y desafiante luz roja indicando que "estamos en el aire" me brinda un espacio libre, donde el resultado casi siempre es la exitosa respuesta del público oyente. Esa emisora se llamaba por entonces Radial SAT, hoy es la Cadena Music y allí conduje junto a un equipo de jóvenes muy entusiastas y talentosos un programa que se emitía los días sábados de 9 a 12 del mediodía. El envío iba en vivo y me resultaba sumamente divertido porque los oyentes participaban en gran número a través del teléfono. En este breve paso por esa radio Platense recuerdo a un querido locutor muy jóven llamado César Fulgione con quién me sigue uniendo una sincera amistad. Mientras estaba trabajando en la citada emisora, me reencontré con un hombre a quién había conocido cuando estaba produciendo "Arme La Góndola" para supermercados Pinocho y que ahora era propietario de una importante revista mensual que se distribuía con el diario más prestigioso y tradicional de la ciudad de las diagonales.
La publicación estaba dirigida a la mujer y tenía además de una excelente calidad de impresión, notas y fotos de muy buen nivel con más de 100 páginas en papel ilustración. Un buen día, el director propietario de la revista me pide que dibuje algunas historietas a color y se me ocurrió "Mundo Perro", una sátira donde se ridiculizaba a los hombres por distintas actitudes machistas. Creo que alcancé a publicar un par de estas historias. Una tarde me acerco a las oficinas de la editorial y noto en el personal que allí trabajaba un clima de tensión extrema que realmente contagiaba. Nadie hablaba, los allí presentes daban toda la sensación de estar esperando que estalle una bomba o los vengan a asaltar y lo que sucedió fué lo más parecido a un saqueo impune, porque al rato apareció una camioneta de la que bajaron cuatro personas muy fornidas y empezaron a llevarse escritorios, sillones, aparatos telefónicos, sillas, computadoras, escáners, macetas y todo cuanto había en esa amplia y muy bien instalada editorial. El editor había quedado petrificado y no atinaba a decir una sola palabra, mientras que los recién llegados cargaban los muebles y elementos electrónicos en la camioneta. Una hora después, las oficinas quedaron absolutamente vacías, fué entonces que le pregunté al propietario que había sido esto y me responde; "Me pasaron factura, alguien a quien le debía dinero, no le pude pagar y se cobró así, dejándome en bolas".
Sí, fuí testigo presencial de este lamentable episodio muy poco claro, donde una vez más los supuestos triunfos no eran otra cosa que fracasos encubiertos y el resultado final la decepción. Argentina estaba llegando al fatídico ciclo de los ocho años, donde inexorablemente se pasa de la euforia a la depresión y allí brotan los monstruos llamados "Rodrigazo", Martinez de Hoz, Sigaud, hiperinflación, BID, Cavallo, "corralito", etc etc. Estos síntomas de nuevo rebrote síquico nacional comenzaban a sentirse en el aire enrarecido plagado de miles de ñoquis nuevos y viejos pertenecientes a partidos políticos, más planes para "no trabajar", subsidios que incitan a la vagancia y la aparición de ostentosos aparatos de telefonía celular que en el 2000 se multiplicaban por doquier sumándose como sofisticados elementos de promesas ahora electrónicas, charlas inconducentes en medio de los coletazos finales de un país que a toda costa, insistía en pertenecer al primer mundo.
La Plata es una ciudad sumamente particular que jamás llegaré a entender y de allí lo único que me atrae es la calidad y el don de gente de nuestros vecinos del barrio y el agradecimiento a los pequeños comercios que apostaron a mi programa de radio. Allí están aún mis grandes afectos, entre ellos; Alejandra Rabanetti, su esposo Rodolfo "Offo" Giúdice y mi hermosa ahijada Josefina, a quién llamamos "Pepín" y con quién hemos disfrutado de momentos maravillosos. Años después vendría Matías, el hermanito de Josefina y nuevos episodios en mi agitado y apasionante "Vivir de Sueños".

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