jueves, 21 de agosto de 2008

"El Pozo de Zorro" en la Batalla de Malvinas y cómo se vivió la guerra desde muy lejos.

Muchas veces suelo encontrarme en algún café de Bahía, con algún ex combatiente que estuvo en Malvinas durante el conflicto bélico y siento mucha admiración por ese compatriota que trata de no recordar lo vivido cuando era un muchacho y confiesa que lo que le sucedió lo relata como si le hubiera pasado a otra persona y nó a él. Estos hombres tienen hoy 44 años y fueron llevados a las islas cuando solo tenían 18, siendo simplemente soldados conscriptos que en aquel momento estaban cumpliendo con lo que se llamó servicio militar obligatorio, algo que inevitablemente llegaba cuando estabas por cumplir los 20 e ibas a sorteo. De acuerdo al número, podía tocarte un año en el ejército, uno en aeronáutica y en el peor de los casos, dos en marina y si el número era bajo, te salvabas. Años después, la edad del conscripto se bajó a 18 años, algo inexplicable porque aún es una etapa adolescente. Muchos de estos jóvenes clase 1963 estuvieron en ese desolado y cruel frente de guerra al que fueron transportados en el más riguroso secreto con un despliegue de transportes navales y aéreos de características similares a las del Día "D" en Normandía. Es muy posible que este intento de recuperación de las islas por parte del gobierno militar que tomó la decisión de invadir Malvinas, haya sido un fallido golpe de efecto para tratar de unir al pueblo argentino en una colectiva concientización patriótica y enmascarar con esta acción las distintas fallas que el modelo económico de esos años estaba evidenciando en todos los sectores de la producción, el comercio, la creciente inflación o el empobrecido salario de los ciudadanos. El sorpresivo desembarco de las fuerzas conjuntas generó una gran euforia inicial en la población y los calientes discursos del general Galtieri, enfervorizaban por la contundencia de sus desafiantes palabras a la hora de prometer que Argentina, no daría un solo paso atrás y presentaría batalla.
Una de las primeras medidas que tomó el gobierno militar fué prohibir la difusión en todas las radios de temas cantados en inglés, esto obligó a que en pocas horas, los encargados de programación y discotecas de las emisoras se abocaran a la tarea de rescatar todos los discos existentes de autores nacionales, ya sea en rock, melódicos, tangos y principalmente folklore. De un día para otro, la onda radiofónica se transformó completamente resurgiendo cantantes y grupos que en su momento habían estado prohibidos y ahora cobraban protagonismo. Fué entonces que los Beatles, Rollings Stones, Elvis Presley, The Doors y tantos otros pasaron a la marginalidad. Las banderas argentinas, además de los respectivos mástiles, también ondeaban en casas y comercios como clara demostración patriótica, algo que desde hacía muchos años no se veía en la Argentina.
Mientras en las islas, ocupadas por más de 10 mil hombres, en Bahía Blanca, la vida cotidiana continuaba normalmente y el clima triunfalista al igual que en el resto del país, se mantenía alto. Esto era apoyado por la difusión intensa que los medios gráficos, radiales y televisivos destinaban a la exitosa ocupación y el formidable operativo conjunto llevado a cabo por las distintas fuerzas que intervinieron en el desembarco.
Pero contrariamente a las suposiciones del gobierno, Margareth Thatcher, apodada la "dama de hierro", lejos de amilanarse decidió enviar a la flota británica que ya se estaba estaba preparando para navegar rumbo al lugar del conflicto. Ante esta noticia, los sentimientos comenzaron a cambiar preocupando seriamente a las familias que tenían un hijo, un sobrino o un nieto cumpliendo el servicio militar en Malvinas. Lo mismo sucedía con las esposas y familiares de los pilotos de la aviación militar, naval, conscriptos, oficiales y suboficiales de la Marina de Guerra, Prefectura Naval, Ejército, Infantería de Marina y los muchos civiles que cumplían tareas de mantenimiento en tierra o estaban a bordo de barcos de apoyo.
Mientras este clima de tensa espera transcurría, los ciudadanos hacían su vida normalmente y en los bares, principalmente abundaban bizarros personajes que oficiaban de absurdos "estrategas" de retaguardia y hablaban como si fueran expertos de la talla de Patton, Eisenhower o De Gaulle e improvisaban sobre la mesa un supuesto escenario de la eminente batalla utilizando barquitos hechos con papel de servilletas aconsejando: "yo atacaría por aquí o allá, etc". También hubo un periodista radial bastante conocido en aquellos años destacado como corresponsal en el desembarco que durante una conferencia de prensa dijo: "en Malvinas hay tantos efectivos, artillería y tanques que la isla corre el riesgo de hundirse". Bahía era también una zona de riesgo, ya que la Base Naval de Puerto Belgrano, ubicada a pocos kilómetros de la ciudad desde cuyo puerto de vital importancia entraban y salían tanto el único portaaviones que tenía la marina como los distintos buques de guerra y desde allí también partió para no regresar jamás el legendario crucero General Belgrano. Lo mismo sucedía con la base aeronaval Comandante Espora muy cercana a Bahía y que albergaba a las aeronaves de combate de la aviación naval.
Cuando finalmente en abril la guerra comenzó, tanto la aviación naval como la militar cumplieron un destacado rol en la batalla de Malvinas donde realizaron misiones heroicas atacando valerosamente a los buques de la flota inglesa. Los pilotos que tripulaban los aviones partían desde Río Gallegos con escasa autonomía de vuelo y volando casi a ras del agua para no ser detectados por los radares enemigos, disparaban sus misiles o descargaban las bombas y regresaban al continente, aunque una gran mayoría de ellos lamentablemente no pudo lograrlo.
El hundimiento del crucero General Belgrano se produjo con torpedos del submarino nuclear Conqueror. Como saldo de este ataque, en las heladas aguas del Atlántico Sur, perdieron la vida 323 marinos argentinos. A partir de ese momento la guerra dejó de estar lejos para transformarse en algo muy cercano y doloroso. La posibilidad de que ciudades estratégicas argentinas como Bahía, entre ellas fueran atacadas comenzó a difundirse y esto generó temor y precauciones. Se pusieron en práctica los oscurecimientos totales para que los edificios u objetivos militares no sean detectados desde las alturas por los bombarderos Vulcan. El desconocimiento absoluto de la guerra moderna y las tecnologías modernas utilizadas por ingleses y norteamericanos por parte de quienes manejaban los centros de defensa civil eran lamentables. En plena era del satélite, era obvio que de nada serviría oscurecer calles y domicilios particulares, porque igual nos estaban viendo y nuestros movimientos, en cualquier zona del sur del país, eran rigurosamente vigilados facilitando así la precisión de los ataques aéreos o bombardeos misilísticos de la flota británica.
En un jardín de infantes se construyó un bunker antibombas y los pequeños eran aleccionados sobre cómo comportarse y protegerse cuando se escuchara la alarma antiaérea.
Desde que era casi un niño, mi interés por la segunda guerra mundial y posteriormente Vietnam, me llevó a poseer una importante cantidad de libros y revistas que mucho antes de 1982 hablaban de la existencia y efectividad de los aviones Harriers, las miras infrarrojas, etc. Aquí todo parecía detenerse en el tiempo y se instruía a la población con manuales de los años 40. Solo bastaba documentarse sobre los años de la "Batalla de Inglaterra" cuando la Luftwaffe cruzaba varias veces por día el canal de la Mancha y descargaba toneladas de bombas sobre la resistente Londres y en medio de los incendios, la destrucción y la muerte, la población inglesa se ponía de pié emergiendo desde el horror y con disciplina y patriotismo se abocaba a recoger los escombros esparcidos en las calles para dejar paso a las ambulancias y bomberos. Ni hablar de las temibles y sorpresivas bombas voladoras que eran lanzadas por los alemanes y en la mayoría de las ocasiones caían en la ciudad provocando destrucción y muerte entre los civiles, aún con los esfuerzos de la artillería antiaérea o los Spifttire que generalmente las derribaban en vuelo. Pensar en las alarmas que atormentaban a los ciudadanos ingleses que en forma ordenada se dirigían a los refugios o los subterráneos donde instalaban provisorios dormitorios y permanecían un largo tiempo en las profundidades a la espera del cese del contínuo bombardeo, nos dá una pauta de la actitud probada durante el largo asedio.
Winston Churchill, dirigió la Batalla de Inglaterra con serenidad, valor e inteligencia poco común, no solo exponiéndose al momento de los ataques sino también, hablándo con franqueza a su pueblo prometiéndo aquella histórica frase "Sangre, sudor y lágrimas" que incluyó en uno de sus famosos discursos. Los argentinos no somos guerreros, ni tenemos experiencia en situaciones extremas como las que les tocó vivir a los ingleses en la segunda guerra y nuestras fuerzas armadas de 1982 carecían del armamento y la preparación adecuada para tamaña confrontación que además de inevitable ya se sentía gravemente sobre la humanidad de las tropas destacadas en las islas. La prensa nacional mostraba el éxito de la guerra con titulares triunfalistas como: "Estamos ganando", "Hundimos al Invincible, etc", mientras las radios, la televisión y los medios gráficos exageraban y mentían sobre los reales sucesos que acontecían en el extremo sur, muchos valientes pilotos eran derribados, las islas bombardeadas sistemáticamente, principalmente la pista de Puerto Argentino y se sucedían bajas con una importante cantidad de heridos y muertos. ATC (Argentina Televisora Color) el canal oficial emitió un maratónico programa en vivo destinado a recaudar fondos para la guerra y ante esas cámaras desfilaban artistas famosos, empresarios, comerciantes y gente que aportaba desde dinero, joyas y hasta ropa de abrigo que supuestamente sería de utilidad para los soldados del frente.
Las amas de casa eran invitadas a tejer gorros y bufandas de lana y los niños en edad escolar, fueron motivados para enviarles cartas de adhesión y aliento a los combatientes. Casi nada o muy poco de todo lo reunido en estas colectas llegó a sus destinatarios. Por un breve tiempo, el gobierno de Galtieri sostuvo la euforia patriótica que al 14 de junio fué sepultada por la triste realidad de la rendición incondicional de Menéndez ante el general Jeremy Moore. Esta especie de Pearl Harbour llevó al desastre a lo poco que quedaba de nuestra fuerzas armadas y el anuncio de la capitulación, sumió a la población en otro sombrío desaliento. En ese conflicto perdieron la vida 900 hombres de ambos bandos, quedando un millar de heridos argentinos. Muchos pilotos y marinos dejaron sus vidas en tierra y mar, otros, los que sobrevivieron, sufrieron mutilaciones y graves trastornos psicológicos que aún perduran con la consecuencia de 400 suicidios de postguerra. El duro revés, generó críticas hacia el gobierno de facto y se lo tildó de inepto o cobarde. Las banderas argentinas dejaron de flamear y retornaron a los armarios, la música inglesa volvió a escucharse y a nadie le importó un comino de los miles de chicos que regresaban a su patria. Chicos que crecieron de golpe en medio del constante estallido de la bombas, la metralla y el silbido de misiles o balas trazadoras de los Sea Harriers. Solo tenían 18 años y fueron indiscutidos protagonistas de un hecho histórico; la recuperación de las Islas Malvinas. Lamentablemente la mayoría de estos soldados adolescentes no estaban preparados para una guerra tan despareja. Principalmente porque su instrucción militar no había sido suficiente, tampoco tenían armas adecuadas ni ropa para soportar el severo clima malvinense. Las botas que formaban parte de su equipo eran de cuero (borceguíes) con cordones, inapropiados para el suelo húmedo del lugar. El factor psicológico tenía mucho que ver, ya que los mal llamados "chicos de la guerra" no eran soldados profesionales, sino simples conscriptos. Para ellos las batallas eran algo que solo habían visto en películas de acción y ahora, por esas cosas del destino, estaban comprometidos dentro de ese film. Se llamó "Pozo de Zorro" a una precaria trinchera que los soldados debieron cavar en el duro y húmedo suelo en un amplio perímetro de defensas, algunas bastante alejadas de Puerto Argentino. En esos agujeros miserables dormían y esperaban que en algún momento apareciera el enemigo. ¿Cuanto miedo habrán acumulado esos soldados que debieron crecer de golpe allá, tan lejos?. ¿Cuantos pensamientos habrán asaltado sus mentes en medio del bombardeo incesante? Imagino a los muchachos del "Pozo de Zorro" aplastados sobre la helada tierra , tiritando de frío, deseando que los truenos aterradores de la muerte se detengan de una buena vez. ¿Cuantos de ellos sufrieron el llamado "pié de trinchera", congelamiento de los miembros inferiores con riesgo de amputación?. Los imagino atesorando las cartas y fotos de su familia, extrañando el calor del hogar, pensando en el beso interminable con su primera novia, los deseos no cumplidos que quedaron postergados quien sabe hasta cuando. Pienso en las lágrimas, el dolor e impotencia contenida cuando debían sepultar presurósamente a sus camaradas muertos en aquella inmensa y horrible soledad. Les habían ordenado que el FAL (fusil automático liviano) debía ser en ese trance como una "novia" y a él debían abrazarse. Me pregunto: ¿Cuantas veces esos jóvenes tuvieron la posibilidad de abrazar intensamente a su novia o tener relaciones sexuales con ella? Malvinas los había curtido demasiado rápido y esa "novia" flaca, negra y fría, era en ese momento el viejo fusil fabricación belga, de dudoso resultado a la hora de dispararlo y a este arma se aferraban con el dedo nervioso acariciando el gatillo cuando observaban algún movimiento extraño en el horizonte.
En el continente, la vida de los ciudadanos seguía "normal", los bailes juveniles, los restaurantes y los cafés, donde los "estrategas" habían abandonado sus estúpidas tácticas y parecían ahora sumidos en la resignación de una derrota inminente.
El general Menéndez, el de las botas brillantes y el aspecto prolijo, tomó la decisión de rendirse incondicionalmente. Para la gran mayoría de los argentinos, aquello fué una acción de "perdedores" como si se tratara de un vulgar partido de fútbol. Los soldados regresaron a casa, los escondieron, les prohibieron hablar de lo que habían vivido. Entraron de noche, como con verguenza, sin gloria, sin banderas ni bandas tocando. Los muchachos ingresaron por la puerta trasera y hasta muchos años después no se volvió a tocar el tema Malvinas. Hay muchos libros de combatientes argentinos que estuvieron en el frente y también de soldados ingleses, entre ellos el de Vincent Bradley, un paracaidista inglés que estuvo en la primera línea e intervino en combates cuerpo a cuerpo, relatándo sus vivencias con absoluta crudeza y objetividad. Otra obra digna de leer y conservar es "La Pasión Según Malvinas" impecáblemente narrada por el periodista y corresponsal de guerra Nicolás Kasanzew. Al escribir esto, me viene a la mente la figura de Julio Aro, "el soldado" marplatense, un chico excepcional que fortalecido por el dolor, al regresar supo crecer y rearmarse con su hermosa familia y hasta tener tiempo para solidarizarse con sus compañeros los ex combatientes de su ciudad y ocuparse de sus problemas.
Definitivamente, esos pibes de acero, a los que muchos idiotas llamaron "loquitos de la guerra", demostraron tener las pelotas muy bien puestas a la hora de apretar el gatillo de sus perimidos FAL o las arcaicas metralletas PAM. Hasta el fín de mis días, respetaré y honraré a esos chicos que se hicieron veteranos y aún hoy no les supimos dar su merecido lugar. Posiblemente porque tenemos el culo sucio y como buenos perdedores de la vida que somos, no queremos oir hablar de derrotas ni derrotados. La enfermedad del exitismo nos corroe el alma, quizás por esta inexplicable razón no logramos crecer, mirar hacia adelante y honrar a los que tuvieron en Malvinas su primera sangre y a los que yacen sepultados en las islas en un cementerio sin flores en sus tumbas y donde sopla el viento como si fuera un poderoso aullido de bronca ante la muerte temprana y la imposición del llanto lejano de quienes no los olvidarán jamás.
Por último me pregunto, ¿Cuantos políticos mediocres que en ese tiempo esperaban ansiosos ocupar un lugar en la inminente democracia o los actuales que se llenan la boca hablando de patriotismo se habrían jugado los huevos en aquella batalla? Inútiles serán los intentos por tratar de nó recordar Malvinas porque los espíritus intactos de los heroicos muchachos no lo permitirán ya sea aquí en la tierra como en el cielo.

sábado, 16 de agosto de 2008

Cuando Pierino nos regaló un recipiente de residuos perteneciente al Admiral Graf Spee.

Pierino siempre sostuvo que su lugar en el mundo es Sierra de La Ventana, un sitio paradisíaco, digno de conocerse que está a unos 100 kilómetros de Bahía Blanca y que reúne además de su bello paisaje una energía propia capaz de aplacar cualquier tipo de estrés o ansiedad. Cada vez que Pierino llega a la Argentina, de inmediato, luego de visitar a Nilda, su madre, prepara su pequeño bolso y toma un tren que vá directamente hacia la localidad serrana. Este medio de transporte es su favorito, algo que resulta sumamente extraño, porque los ferrocarriles argentinos son vetustos, lentos y no cuentan con el mantenimiento adecuado, lo que hace poco probable que lleguen a horario, aunque para Pierino,un ciudadano del primer mundo europeo como él, su costumbre de elegir siempre este medio de transporte debe constituir algo así como un nostálgico regreso al pasado y removerle etapas de su infancia. Cuando el ferrocarril, antes de pasar a manos del estado nacional, estuvo manejado por los ingleses, eran un verdadero ejemplo en cuanto al servicio en general, sus vagones eran impecables, ya sea por el diseño interior y la limpieza reinante, la comodidad de sus asientos, la iluminación, o la cordialidad de sus guardas, camareros y todo el personal afectado a este transporte férreo.
Yo era muy niño cuando con mis abuelos maternos, Lucy y Próspero Abitante, solía viajar a Buenos Aires en los llamados "Camarotes", donde el trayecto parecía acortarse gracias al placer que significaba alojarse en esas "habitaciones" de lujo que olían a madera y sábanas perfumadas. Ni hablar del salón comedor de aquellos trenes donde la vajilla era de porcelana y los cubiertos de plata, convirtiendo el emocionante traslado sobre las extensas vías en algo similar a un hotel rodante de 5 estrellas. Pierino arribaba a Sierra de la Ventana y se instalaba temporalmente en la casa que allí posee su hermana Adriana desde hace muchos años donde de inmediato comenzaba a recorrer los lugares que tanto conoce y se abocaba a la realización de ingeniosas y atractivas artesanías hechas sobre piedras que rescata de un arroyo cercano. En el 2007, optó por radicarse en una vivienda antigua, pero muy pintoresca que le facilitó la madre de su cuñado Claudio y que además de estar rodeada por frondosos árboles añosos, está emplazada a unos pocos metros de un hilo de agua, sitio ideal para que nuestro amigo artista busque minuciosamente piedras milenarias de distintas formas y de las cuales con pinturas, Poxilina e imaginación logre que en pocas horas se transformen en atractivos autos, tanques de guerra, autobuses, etc que aún exhibe en la llamada "feria artesanal" para que sean vendidas a los turistas.
Cuando se radica en Sierra de la Ventana, suele moverse en una antigua bicicleta y disfruta plenamente de ese ámbito tan familiar que vuelve a recibirlo como siempre con los brazos abiertos más el cariño que le profesan los habitantes del pueblo cada vez que regresa. Hace más de 6 años, fuimos a verlo con Elvira y los tres, concurrimos a ver las ruinas del desaparecido hotel donde habían estado alojados los tripulantes del acorazado alemán Admiral Graf Spee. Fué en ese momento cuando Pierino exclamó: "¡Huy, creo que en la parte de atrás de la casa de mi hermana, hay un recipiente que perteneció a ese barco!" . Sabiendo de mi aficción por todo lo relacionado con la segunda guerra mundial, me dijo: "Si lo encuentro te lo regalo, es una pieza única" .Cuando llegamos a la vivienda, efectivamente, en un sector del terreno, allí estaba solitario y casi esa especie de tanque de latón oxidado que ostentaba visiblemente la insignia alemana impresa en relieve. Es posible que el recipiente de gran valor histórico, junto a otros tantos objetos que los marinos alemanes lograron sacar del Graf Spee y traer consigo a la Argentina, fuera una de las últimas piezas existentes que aún quedan de aquella legendaria nave de combate.
El recipiente tiene más de 60 centímetros de alto, y seguramente junto a otros muchos similares, estuvo a bordo del acorazado de bolsillo destinado a depósito de papeles o desperdicios de la embarcación hundida. Hoy, cada vez que lo veo, imagino que ese objeto, hace más de 65 años formó parte de una gran epopeya y convivió en alta mar con más de 1000 hombres que protagonizaron uno de los hechos más sobresalientes e inolvidables de la "Batalla del Atlántico". Ese objeto preciado, es también un obsequio invalorable que no deja de recordarme los días divertidos y llenos de pequeñas grandes historias que disfrutamos en Sierra de La Ventana, como todas las que me unen a Pierino, a lo largo de mi vida.

jueves, 14 de agosto de 2008

VIRGINIA PALACIOS, nuestra única y brillante hija, Astróloga, Actríz, Comentarista de Espectáculos y amante de los Animales.

Virginia era muy pequeña cuando comenzó a conocer el planeta tangos que mi viejo Víctor amaba, conocía y escuchaba con intensidad. Carlos Gardel y muchos otros cantores de la historia tanguera Argentina, se hacían oir en la casa de sus abuelos y ella lo fué incorporando como una expresión musical que a diario junto a las canciones infantiles de la época, también iba formando parte de su niñez.
Solo tenía 5 años cuando fué protagonista de un comercial televisivo con el audio de su voz para JOY Amoblamientos, una empresa de Bahía Blanca, donde aparecía en pantalla junto a su oso "Feliche", al tiempo grabó una pieza radial también con su voz para Nino Pastas y fué creciendo entre montañas de discos larga duración, shows en vivo, programas de televisión y radio, donde inexorablemente, yo la convocaba a participar, ya sea como "la nena" que se sumergía en urnas repletas de cupones o bién atendiendo teléfonos en la radio, donde desplegaba órden y eficiencia recepcionando cordialemente las muchas comunicaciones de la audiencia. Siempre fué estudiosa y responsable y nunca fué necesario hablar de este tema con ella, ya que en su paso por la escuela primaria y secundaria obtuvo notas y comportamiento excelentes. Su inclinación a escribir relatos de su inventiva y dibujar personajes que fluían de su frondosa imaginación, están testimoniados en los cuadernos de su infancia, al igual que los programas radiales que habitualmente creaba y conducía valiéndose de un grabador a cassette. En cada una de mis incursiones en los medios, la presencia de Virginia era infaltable, aunque dentro de sus muchas condiciones, cuando decidió su vocación eligió diseño industrial y posteriormente psicología (le faltan pocas materias para obtener la Licenciatura), para finalmente decidirse por la astrología, carrera que llevó a cabo en Mar del Plata donde recibió su título. Durante nuestra permanencia en "la Feliz", tuvo a su cargo la conducción de un exitoso programa infantil llamado el "Club de Alejo" , que se emitía de lunes a viernes, en la tarde de Canal 8 en vivo con más de 50 chicos presentes en el estudio, donde tuvo una destacada actuación. Años más tarde volvió a trabajar en la TV como productora integral de un programa llamado "Lóter Ocho" que yo conducía en el Canal 8 de esa ciudad y que era emitido en vivo los días domingo con sorteos y shows musicales. Cuando yo estaba en La Plata haciendo el programa "Sábado Show" por la cadena Radial Sat, se me ocurrió llamarla por teléfono a Mar del Plata y Bahía, ciudades donde ella se encontraba y sacarla al aire con horóscopos semanales, y esto, además de tener una muy buena respuesta por parte de los oyentes y darle un valor agregado al envío, puso de manifiesto el desenvolvimiento y la aptitudes de Virginia a la hora de enfrentar una cámara o un micrófono.
Estos micros zodiacales fueron grabados y posteriormente presentados por Virginia ante las autoridades de LU2 Radio Bahía Blanca quienes al tiempo la convocaron para que sea la responsable de dar a conocer los signos en el programa "Bienvenidos", un clásico de gran audiencia de esta emisora que se emite de lunes a viernes de 9 a 12 horas, con 20 años de exitosa permanencia con la conducción de Lorenzo Natali y la participación de Raúl Degásperi, Rafael Emilio Santiago, Juan Carlos Meschini y Héctor Gay entre los destacados profesionales que conforman el envío. Inquieta e incansable, paralelamente tomó la iniciativa de editar y dirigir la revista "Comunicación y Servicios", publicación mensual de distribución gratuita auspiciada por la Asociación Mutual Supervisores Ferroviarios. Había encontrado un lugar en un medio de comunicación serio e importante de la ciudad donde regresó en el 2000 para abrirse paso con innegables méritos propios. Es posible que en los comienzos, no le haya resultado fácil readaptarse, pero lo hizo en silencio, sin quejas y trabajando con pasos cortos y objetivos planificados a largo plazo, como es su costumbre.
Y como si todo esto fuera poco, Virginia no dudó en cumplir con un viejo anhelo, las tablas y después de 3 años de estudio e innumerables ensayos, el nuevo logro fué recibirse de actriz en la Escuela de Teatro de Bahía Blanca. Su carisma y dotes actorales se apreciaron en diferentes escenarios donde interpretó obras como "Venecia", "La Casa de Bernarda Alba", "El Efecto de los Rayos Gamma Sobre las Caléndulas" y "Radioteatro en Escena" junto a Rubén Stella, Claudia Cárpena, Stella Maris Closas y Aldo Pastur, donde su trabajo además de recibir críticas favorables también fué premiado con el aplauso del público.
Hace más de 3 años aceptamos el desafío de incursionar nuevamente en gráfica y hemos llegado al número 44 de la exitosa revista "Signos y Marcas" editada en conjunto con la firma supermercados Burgos, y casi en el mismo tiempo de este emprendimiento muy posicionado en la ciudad, comenzamos a trabajar juntos conduciendo "Palacios en el Aire", programa en vivo que se difunde por LU2 Radio Bahía Blanca AM 840 durante la madrugada del domingo de 0.15 a 05, donde además de divertirnos y hacer participar a los oyentes, nos sentimos plenamente asociados con el sincero bienestar que recibe la audiencia a través de un producto informal donde doy rienda suelta a mi locura siempre atenuada por la personalidad de Virginia, un complemento ideal para la mucha gente que trabaja, estudia, viaja o simplemente quiere disfrutar de un movido recreo de casi 5 horas.
Muy reconocida y querida por los oyentes, con su humildad y simpleza natural, supo ganarse además del cariño de sus compañeros un lugar destacado en la ciudad, algo que realmente tanto a mí como a Elvira, nos llena de orgullo.
Esta es Virginia, nuestra amada hija, una chica muy inteligente, de perfil bajo, sencilla, solidaria y por sobre todas las cosas, muy buena persona.

miércoles, 13 de agosto de 2008

2003, El Regreso a Casa.

Habían transcurrido casi 16 años desde mi partida a Mar del Plata, recuerdo que en aquella oportunidad mi plan era quedarme en aquella ciudad unos dos o tres meses y ver como iban las cosas, el tiempo y las oportunidades que fueron surgiendo en "la Feliz", además de convertirme en un ciudadano más, me permitieron extender el tiempo y quedarme a vivir allí durante una decáda y media. Durante esa ausencia prolongada, nuestra casa de Bahía, permaneció cerrada y cada vez que llegábamos, parecía estar ahí, esperándonos con todos sus muebles, libros, discos, equipos de audio y los recuerdos intactos de un pasado colmado de vivencias inolvidables. Allí, en mi pequeño estudio aún permanecían cientos de originales de los comics que comencé a dibujar para Amaika e Irusa de Barcelona a fines de los 70 más un sinfín de testimonios sonoros de mi paso por los micrófonos de LU2 Radio Bahía Blanca y LU3 Radio del Sur. Al segundo día de estar en mi ciudad, comencé a recorrerla con la curiosidad y emoción propia de quién faltó mucho tiempo ¿Como estarían las cosas? ¿se acordarán aún de mí?es el primer interrogante que surge de la mente recién llegada y en el andar, iba descubriendo algunos cambios edilicios, comercios nuevos y un ánimo de emprender cosas nuevas en comercios dirigidos por gente jóven con ideas renovadoras. Argentina estaba superando la crísis del 2001 y Bahía, no había estado ajena a las consecuencias económicas que dejó la época de Menem. Daniel Mussini, propietario de una importante imprenta local, me comentó que el dueño de Deportes Preti, Cesar Líberman, tenía intencion de imprimir un folleto diferente para promocionar su línea de calzado deportivo. Nos reunimos con Liberman y allí surgió la iniciativa de empezar a diseñar una pieza gráfica a la que llamé "El Ofercómic". Esta propuesta consistió en editar un volante diferente impreso en papel ilustración con una familia tipo como protagonista, que decide hacer sus compras en Preti.
La familia de estilo humorístico creada especialmente para esta empresa, tenía los clásicos diálogos de un cómic mediante la implementación de "globitos" y en su paseo por las distintas secciones, los personajes centrales se movían dentro de un escenario real utilizando montaje de fotos. El lanzamiento del "Ofercómic" fué un verdadero éxito. Se imprimieron más de 50 mil ejemplares y hubo que repetir dos ediciones más. Apoyado por una intensa campaña televisiva este elemento gráfico tuvo un importante retorno por parte del público participante, ya que en una de sus páginas, contenía un cupón para sorteos extras y la enorme urna habilitada en el acceso al céntrico local estaba repleta de cupones. Para el gran sorteo final, la firma hizo montar un escenario de grandes dimensiones en O´Higgins y Drago, donde se programó la actuación de la banda de "Rulo" Delgado que durante algo más de 2 horas ininterrumpidas interactuó con el público. Esa tarde de un día de semana, el show colmó calle O´Higgins en una tarde de intenso calor con más de 2000 personas que asistieron a presenciar el espectáculo, los sorteos y la entrega de cientos de premios destinados a los presentes. "El Ofercómic" se repitió al poco tiempo con una nueva y diferente entrega, siempre con muy buena respuesta por parte de quienes recibían en mano los ejemplares del colorido comic con ofertas.
Mi regreso había sido feliz y no tardarían en llegar nuevas propuestas y desafíos publicitarios, entre ellos la creación de una pantalla llamada "Corazones Regalones" creada para un importante hotel alojamiento que implementó el sistema en el acceso al lugar y donde cada pareja que llegaba en su vehículo y se detenía frente a la conserjería, tenía la posibilidad de ganar premios instántáneos pulsando un botón que estaba al alcance de su mano. Esta acción era de sencilla y rápida instrumentación y se efectuaba antes de ingresar a su correspondiente habitación. Esta novedad, única en locales de este tipo, tuvo una gran repercusión, al punto que llegaban a formarse largas filas de autos que pugnaban por participar en el juego de resolución inmediata, donde cada cliente siempre se llevaba un regalo. De esta forma, el hotel logró posicionarse con fuerza y fidelizar a una numerosa cantidad de habitués a sus intalaciones.
Pocos meses después, vendría a través de Mussini el lanzamiento de un nuevo concurso de "Arme La Góndola" para supermercados Burgos, una empresa de familia y auténticamente bahiense con 30 años de trayectoria y 4 bocas de venta estratégicamente ubicadas en puntos céntricos de la ciudad.
Esta nueva puesta en marcha de "Arme la Góndola" contó con la adhesión de 80 marcas nacionales de primer nivel y al igual que en otras ediciones, en esta ocasión, también logró un éxito sin precedentes.
A modo de refuerzo de la promoción del concurso con Virgina condujimos un programa en vivo de 3 horas de duración, con el mismo título del evento que se puso en el aire por LU2 Radio Bahía Blanca, los sábados de 15 a 18 horas y donde se invitaba a los oyentes a cantar y responder preguntas puntuales sobre los productos que intervenían en este novedoso juego gráfico. Volver a trabajar con Virginia fué una emoción muy fuerte, ya que tuve en ella un gran apoyo a la hora de la conducción y producción, donde se reveló una vez más como una animadora fluída, fresca y muy querida por los oyentes que a través de cada comunicación telefónica le manifestaban su sincero cariño.
Lo mismo sucedió conmigo, ya que en cada tramo de ese programa, a medida que los participantes se contactaban con nosotros al aire, recibí muchas muestras de satisfacción y hermosas palabras de bienvenida provenientes de gente que me recordaba y estaba feliz de oírme nuevamente.
En esta incursión radial, también participó haciendo notas desde exteriores Gisela Burgos, una muy joven y talentosa periodista que hizo un trabajo sumamente profesional aportando al envío su simpatía y solvencia en el manejo manejo del micrófono. Simultáneamente, a Daniel Mussini, se le ocurrió editar un álbum de las figuritas "Econautas", el cómic de mi creación, impecáblemente dibujado por Juan Carlos Quattordio que en su lanzamiento contó también con una considerable venta de álbumes y figuritas que se vendían en kioscos de Bahía. Estas acciones llevadas a cabo en un corto período me brindaron además de la incursión en distintos medios y posibilidades laborales, comprobar que el tiempo parecía "no haber transcurrido" y que todo estaba casi como antes, ya que nada había fallado y los resultados eran más que óptimos. En ese momento,no había pensado en retornar a Bahía, posiblemente debido a que en varias ocasiones extrañaba nuestra casa de la Plata, el barrio, los buenos vecinos y todo lo que habíamos logrado durante tantos años de permanencia en la ciudad de las diagonales y también en Mar del Plata, pero más adelante, el destino y diferentes propuestas me harían regresar nuevamente a casa, algo que necesitaba porque quería estar cerca de Virginia, quién estaba radicada desde hacía tiempo en Bahía y que además de su talento natural, tenía mucho por hacer en este medio de la comunicación.

lunes, 4 de agosto de 2008

El 11 de Septiembre del 2001, las TORRES GEMELAS también "cayeron" sobre Argentina.

En esa época, en la Argentina, la gran mayoría de los ciudadanos, aún disfrutaba de los beneficios que aún quedaban como resultado de la venta del país a empresas extranjeras. Tiempos del gobierno de un hombre apático y de sangre artificial como el de Fernándo De La Rúa, que aún mantenía vigente el famoso "uno a uno", un dólar, un peso, insólita paridad cambiaria impuesta por el gobierno de Carlos Menem e ilusión o espejismo que estuvo vigente durante casi 10 años. Durante ese largo período de abrumadora invasión de productos importados que provocaron el naufragio inexorable de innumerables y prestigiosas empresas productivas del país, De La Rúa, quién heredó esta política económica, parecía no encontrar el rumbo. Todas las brújulas, mapas y manuales parecían habérsele quemado y el confundido presidente no tenía la más pálida idea del curso a seguir, para colmo Domingo Cavallo, que otrora había sido calificado como un "iluminado" gurú de la economía, comenzaba a mostrar contradicciones en cada uno de sus discursos acrecentando la incertidumbre y descreimiento popular. Hasta el 11 de Septiembre, los argentinos éramos como "hermanos" con los Estados Unidos, país que durante una década fué visitado contínuamente por miles de ciudadanos que viajaban hacia el gran país del norte pagándo su vuelo y estadía con las facilidades que les ofrecían las distintas tarjetas de crédito. El dinero plástico les permitió disfrutar de Miami, Los Angeles, New York, San Francisco y las diferentes capitales estadounidenses sin demasiados obstáculos al momento de obtener una visa e ingresar a los EE.UU. Mucha gente aprovechó esta única e histórica oportunidad que le permitió conocer y pasear por la Quinta Avenida, el Central Park, Disneyworld, el World Trade Center, etc. El negro día en que los aviones de los vuelos 175 de United Airlines y 11 de Américan Airlines, se estrellaron contra las "Torres Gemelas" provocándo su rápida destrucción total más una cifra de 1300 muertos y cientos de desaparecidos, Argentina, al igual que el resto del planeta quedó en estado de shock, cuando a cada instante a través de la televisión, podían verse una y otra vez las terribles imágenes de la gran catástrofe. Las torres, magníficos símbolos edilicios de la nación más poderosa del planeta, habían sido derribadas en horas mediante la utilización de aviones para uso civil capturados por terroristas kamikazes y otra vez parecían regresar aquellas escalofriantes secuencias del pasado filmadas en 8 milímetros mostrando el momento preciso del asesinato de John Fitzgerald Kennedy o las cruentas escenas de la inútil guerra de Vietnam. Nuevamente éramos impávidos espectadores de un huracán de violencia y muerte que ésta vez nos llegaba casi en simultáneo al "living" de nuestra casa gracias a la tecnología satelital. En pocas horas también nos enteraríamos que el vuelo 93 de United Airlines había caído en un campo de Shanksville, posiblemente derribado por los propios pasajeros que se enfrentaron a bordo con los miembros de Al Qaeda. Inevitablemente, después del 11 de Septiembre, aquí nada volvió a ser igual, sería estúpido negar que el atentando nos dolió en carne propia, ningún ser humano sensible puede alegrarse con tragedias de tamaña magnitud que evidencian una triste y peligrosa involución de la civilización y dá por tierra con los supuestos adelantos de los que tanto se jacta la humanidad. Casi tres meses después, el inoperante gobierno de De La Rua, llegó a su fín y Argentina se hundía en una nueva crísis institucional y consecuentemente económica. Miles de millones de dólares fueron confiscados impunemente a sus confiados clientes ahorristas por los bancos locales e internacionales y como de costumbre, no teníamos otra alternativa que volver a creer y empezar de nuevo. En este ciclo que nos tocaba vivir como habitantes de este enorme país siquíatrico donde el efecto de cada medicación, inyección o "penetración" tiene una duración aproximada de ocho años, tendríamos que adaptarnos al cambio que se venía. La nación estaba devaluada y ahora, con un dólar alto, sería imposible acceder a la habitual práctica del turismo internacional a la que estábamos acostumbrados, sin otra alternativa que "resucitar" las muchas maravillas naturales que ofrece esta "mujer golpeada" llamada Argentina y que durante una década habían sido injustamente olvidadas. Muchos conocidos míos llegaban de sus viajes por el mundo y lo primero que hacían era putear contra esta tierra comparándola con el modo y estilo de vida norteamericano o europeo, era habitual y odioso escucharlos decir con frecuencia "esto es una mierda", sentimiento despectivo y muy propio de un sector de "reventados" que además de renegar de sus raíces, a la hora de la verdad no tenían en cuenta que aquí habían contado con la posibilidad de crecer económicamente, tener su propia casa, comercios, vehículos cero kilómetro y hasta darse el gusto de recorrer el mundo. Muchos de mis compatriotas no quieren reconocer que Argentina, aún con sus avatares y cambios anímicos, continúa siendo una tierra de oportunidades para quienes tengan una línea de conducta y ganas de realizar emprendimientos serios, que en Europa o Estados Unidos no les sería tan fáciles de llevar a cabo, simplemente porque hasta el fin de sus días y estén donde estén, seguirán aplicando la tristemente célebre "viveza criolla". Aquí muchos ciudadanos que están convencidos de ser los más listos del mundo, siguen evadiendo impuestos, cruzándo semáforos en rojo y desatendiendo entre otras cosas las reglas de tránsito y por causa de ésto último ostentamos el triste record de accidentes automovilísticos fatales en calles y rutas. Mucho dudo que quienes compararon estúpidamente nuestras costumbres,la precariedad de servicios, los obsoletos medios de transportes y la constante transgresión a las leyes locales, pudieran algún día adaptarse a las férreas e inflexibles normas de conducta que rigen en los países del primer mundo. Hace un par de años, estaba en Bariloche recorriendo el lago Nahuel Huapí en una lancha que transportaba turistas, lo primero que me llamó la atención fué la antiguedad de la embarcación que no estaba en óptimas condiciones como para navegar en aguas tan frías y profundas, lo mismo ocurrí con el muelle desde donde zarpaba el la nave, evidentes muestras del deterioro y falta de mantenimiento sufridos por estos sitios durante los "años dorados". Una turista española que tendría unos treinta años me pidió que le tome unas fotos a ella y a su amiga, también española. En uno momento, comenzamos a conversar en un sector de proa y mirando el paisaje que estallaba ante nosotros me dice: "Que bello país tenéis vosotros los argentinos, lástima que nunca puedan salir adelante, posiblemente porque sois muy vagos".
Esto me cayó muy mal y no resistí el responderle: "Sí, es posible que seamos vagos, pero tus abuelos te deben haber contado, que alguna vez, cuando vos no habías nacido y España estaba muerta de hambre, desde aquí, los vagos argentinos les mandábamos barcos repletos de comida". La chica se quedó mirándome con evidentes signos de verguenza, pero realmente esto fué así para con ellos y también con el resto de los habitantes de muchos países europeos que la estában pasando muy mal. En Diciembre del año pasado, una jóven española, esposa de un gran amigo radicado desde hace más de 20 años en Barcelona, había llegado a Bahía para pasar la fiesta navideña con la familia de su marido, era una noche calurosa y estábamos cenando en un restaurante, ubicados en la vidriera cercana a la calle, de pronto exclamó: "Oye,¿quienes son esos tíos que andan en ese carro tirado por ese flaco caballo?". Son cartoneros, le respondí, gente que trabaja de juntar y reciclar papeles. "Que horror, dijo no sabía que estábais tan mal, Argentina parece estar llena de mendigos".Me dí cuenta que sería inútil hacerle entender que su país también estaba atestado de ilegales, indigentes y miles de ciudadanos que vivían del "paro". Definitívamente los días posteriores al 11 de Septiembre además de demostrarnos que el supuestamente inexpugnable escudo aéreo de EE.UU había sido vulnerado, también nos hizo encontrarnos cara a cara con la realidad de un mundo desgastado e imperfecto, tan imperfecto y débil como el mismo ser humano que tendrá que sufrir varios karmas existenciales para llegar a su excelencia espiritual. En otros tramos de este blogspot, he mencionado la influencia que desde que era un niño apenas, tuvieron en mí los Estados Unidos. Amo a Hollywood y todo lo que recibí y continúo recibiendo de esa maravillosa industria del cine. Lo mismo opino de Marvel, DC Comics y el resto de las editoriales que desde hace más de medio siglo resucitan a nuestros superhéroes favoritos para deleite de las viejas y nuevas generaciones. Haber trabajado más de diez años como locutor radial de la subsidiaria nacional de Reprisse Records, empresa creada por Frank Sinatra, producir discos de mi marca para esta compañía internacional y aplicar toda mi locura a las piezas publicitarias, programas de radio, campañas y eventos que realizo, son producto de toda la magia que desde la época de "Rosco Show", Estados Unidos me fué dando a lo largo de los años. He tenido muchas posibilidades de viajar a Los Angeles, o New York, pero mi maldita aerofobia o pánico a las alturas, me lo ha impedido, incluso en estos días en que he sido invitado por amigos a disfrutar de vacaciones en Miami. Pienso que es mejor seguir imaginando eventos y continuar haciendo cosas aquí con limitados presupuestos y mucha imaginación, peleándola para que alguna vez los supuestamente serios, normales y también patéticos dirigentes políticos actuales sean reemplazados de una buena vez, por una ola renovadora que ofrezca a las generaciones venideras los beneficios de un país realmente nacionalista con fuentes de trabajo auténticas y la desaparición de la palabra corrupción en todos los sectores. Las consecuencias del atentado a las "torres" tienen un antes y un después, porque desde entonces, EE.UU ha debido potenciar sus sistemas de seguridad internos y replantearse la efectividad de los mismos. Por otra parte, nosotros los argentinos pasamos de ser "primer mundo" y "rubios de ojos celestes" al sector de los "sudacas" poco confiables con acceso restringido al cada vez más pequeño "gran sueño americano". El actor Robert Duval, tiene una esposa Argentina y cada tanto viene por estos lados a bailar tangos y comer asados, Francis Ford Coppola filma y montó una productora en Buenos Aires y esto es positivo, porque les resultamos atractivos y en corto tiempo, continuarán llegando norteamericanos ya sea para visitarnos o invertir aquí y nuestra historia puede cambiar favorablemente si al igual que ellos asumimos una actitud patriótica. Solo bastaría con sincerarnos y empeñarnos en poner en marcha de una buena vez, la maquinaria de producción alimenticia o explotar inteligentemente nuestros yacimientos de oro, petróleo, etc. Tenemos casi todo, solo hace falta ese milagro llamado unidad y voluntad, porque como dijo Martín Fierro: "Los hermanos sean unidos, pués esa es la ley primera, tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean,los devoran los de afuera".