En 1992, la ciudad de Mar del Plata, había sufrido uno de los peores y más terribles temporales de su historia. Este desastre climático causó graves e irreparables daños a una considerable cantidad de habitantes. En pocas horas miles de familias, ante la destrucción total o parcial de su vivienda, quedaron sin techo y debieron ser evacuados. La catástrofe también provocó que el gigantesco estadio “Mundialista”, se inundara y costara varios años de esfuerzo y dinero, conseguir que las consecuencias originadas por el agua estancada en todo el sector de este magnífico complejo deportivo, fuera definitivamente desalojada. Como siempre, los Marplatenses se pusieron rápidamente de pié y prestaron su incondicional ayuda a las víctimas. Recuerdo claramente que el temporal comenzó con una intensa lluvia acompañada de un fuerte viento y era tan poderoso que una mañana, en medio del caos, Elvira y yó salimos de nuestra casa que estaba ubicada en el barrio “Chauvín” con la intención de comprar un farol de gas, ya que estaba faltando la energía eléctrica debido a la caída de cables. Las violentas ráfagas movían los autos como si fueran de papel, y como precaución, decidimos salir a bordo de la legendaria “tanqueta”, nuestra amada coupé Torino 380, modelo 67. Ibamos transitando dificultosamente por la avenida Independencia y Vieytes, cuando en ese sector y a unos tres metros de altura, vemos en la misma esquina a un hombre que el viento había aplastado contra una pared muy alta como si hubiera sido “imantado” por la misma. Me bajé del Torino con la intención de ayudar a ésta persona, ya que en la avenida totalmente anegada por las aguas, también se veían carteles publicitarios destrozados y pudimos presenciar en ese mismo instante el derrumbe de un local dedicado a la compra y venta de automóviles. Ni bien desciendo del auto, siento que una ráfaga me impulsa por el aire y por primera vez en mi vida, estaba volando de verdad. Por suerte, un árbol interpuso en mi camino y logré abrazarme con alma y vida a la añeja planta salvadora. Elvira asistió a esta absurda escena desde el interior de la seguridad de la “tanqueta” y le causó tanta risa el verme volar, que no atinó a nada, solo a reírse con lágrimas. Toda la ciudad estaba en emergencia y los medios de comunicación, inmediatamente se pusieron al servicio de los miles de inundados. Hacían falta alimentos, ropa, colchones, materiales de construcción, etc. Los entonces interventores de LU6 Emisora Atlántica, Isauro Martínez y Eduardo Valdéz, ambos de orígen Tucumano, deciden que la radio forme parte de un gran evento solidario a beneficio de los inundados. El festival se realizaría en la Plaza San Martín, y además de los medios radiales, televisivos y gráficos, en esta causa también participaban reconocidos músicos, artistas y animadores Marplatenses. A mí me tocó el privilegio de formar parte del staff de conductores, una distinción que jamás olvidaré. En ese entonces “Pajarito” Pagliani, además de excelente operador, también oficiaba como mánager y productor de un grupo llamado “Mega Party” que era liderado por un pintoresco personaje apodado “chizito”. Isauro Martínez que participaba en la organización, programó nuestra aparición para las 23 horas. La plaza estaba repleta de gente, se calcula que a ese evento concurrieron más de cinco mil personas. Todo estaba perfectamente organizado, desde el sonido hasta las luces y se había armado un escenario enorme y de sólida estructura. Cada conductor tenía que presentar a determinados artistas y a mí me tocaba hacer esa parte de la rutina con los “Mega Party”.Ya estábamos a punto de salir a escena, cuando “chizito” muy preocupado me dice que habían extraviado las pistas musicales con las que se ayudaban a la hora de cantar sus temas que en realidad habían sido producidos en un estudio de grabación y a la hora de ofrecer sus shows en vivo, les permitían salír a escena con la fuerza, el brillo y el apoyo que les proporcionaba la bendita pista. A tantos años de aquello, creo que en realidad la banda de “Pajarito”, solo sabía hacer play back. Los minutos pasaban a gran velocidad y el público que colmaba la San Martín, estaba en su pico máximo de entusiasmo, pero la grabación de soporte que contenía varios temas interpretados por el grupo seguía sin aparecer y en ese momento, solo disponían de un paupérrimo diskette conteniendo tres temas, entre ellos “Vení Raquel” y “La Canoa”, grandes éxitos de esa época. Isauro Martínez me dijo: “Arrancá con lo que hay, tenemos que salir yá y sea como sea”. Todo lo que sucedía en ese festival, se emitía en vivo y en directo por la radio. Sin dudarlo, salí al gigantesco escenario y presenté a los geniales “Mega Party”, que iniciaron su show con “Vení Raquel”. Cuando finalizaron esta canción, se me ocurre invitar a la multitud a bailar y la espontánea propuesta, felizmente dió resultado. Yo sabía que solo teníamos tres temas y con ellos había que “estirar” nuestros casi cuarenta y cinco minutos sobre el escenario. La gente se había entusiasmado y quería seguir bailando, habia allí una importante cantidad de familias con sus hijos y la noche era climáticamente excepcional. Cuando ví que la gran masa humana asistente se movía alegremente al ritmo de las canciones de la banda liderada por “chizito”, insití, insistí e insistí, porque los aplaudían tanto que les hice repetir hasta tres veces cada tema y decía: ¡Gracias, gracias por tantos aplausos y aceptación, ahora a pedido de ustedes, vamos nuevamente con "Vení Raquel"! y así sucesivamente hasta que llegamos al final.
Detrás del escenario, “Pajarito” se divertía como un poseído y “chizito” con su mejor cara de piedra preguntaba: ¿Estuvimos bién nó? ¿ viste como nos aplaudieron y bailaron?.
Aquella histórica e inolvidable actuación había sido un verdadero éxito, qué toda la ciudadanía Marplatense logró construir con su habitual compromiso participativo a la hora de la solidaridad y "Mega Party" con solo tres temas movió la San Martín.
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