Había cumplido 24 años y estába trabajando activamente como director creativo de la desaparecida agencia Idea Publicidad en Bahía Blanca. Una de las principales cuentas de entonces, era la firma "Barrita de Oro" una empresa pujante y acreditada que elaboraba fideos de reconocida calidad que lograron imponerse en toda la Argentina a través de una recordada campaña creada por Oscar Marcovechio donde las promociones gráficas y televisivas mostraban un alargado paquete del producto con un simpático "bigotito" aplicado al mismo. Cuando quedé con toda la creatividad a mi cargo, los comerciales comenzaron a filmarse en la ciudad y una de las particularidades era realizar las piezas televisivas con la participación de figuras femeninas destacadas. Anteriormente, y con mucho acierto se había convocado a la legendaria Petrona C. De Gandulfo, una exitosa "cheff" mediática de la década del cincuenta que fué el indiscutido referente gastronómico de millones de amas de casas que adaptaban sus recetas vistas y oídas en la TV o compraban sus libros para después aplicarlas en sus hogares. Por aquellos años, la idea de los directivos de "Barrita de Oro" y también de la agencia, era cambiar la imágen de Doña Petrona por la de una mujer jóven y bonita. Fué entonces que se pensó en una modelo en ascenso que había logrado gran notoriedad a través de un audaz y muy bien logrado comercial televisivo realizado para jabones "Cadum" donde ella aparecía duchándose y remataba el mensaje con un simpático mohín y la palabra "Shock". La chica del "Shock", era nada menos que Susana Giménez, quién en ese momento tambíén había actuado como figura principal en la película de Leonardo Favio titulada "Fuiste mía un Verano".
La señora Giménez llegó a Bahía contratada para filmar una serie de comerciales que se realizarían en el interior de la fábrica "Barrita de Oro" El camarógrafo fué Miguel Thomé y los doblajes se llevaron a cabo en los estudios de Canal 9-Telenueva. El rodaje fílmico se llevó a cabo durante una jornada casi completa y al día siguiente, Susana Giménez fué agasajada con una cena en las instalaciones del Club de Golf Palihue, a la que asistieron los propietarios de la empresa auspiciante y los directivos de la agencia Idea.
Los guiones y story boards que se utilizaron para esta producción local eran de mi autoría y recuerdo el paso de aquella joven modelo es ascenso como una hermosa e inolvidable experiencia, ya que durante una charla informal que mantuvimos en esa cena, ella daba claras señales de ser una mujer objetiva que tenía muy en claro lo que quería para su carrera artística. Inteligente, sobria y dúctil, años después, el destino, su fuerza de voluntad y carisma la ubicarían merecidamente en el podio de las grandes estrellas nacionales, sitial donde supo mantenerse hasta la actualidad.
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