domingo, 4 de enero de 2009

"Lucho", no estuvo solo en Año Nuevo.

Se llama Luciano Ortíz, le dicen “Lucho”, tiene 21 años y es uno de los tantos ciudadanos a quienes le tocó trabajar durante la noche del 31 de Diciembre del año pasado. Desde hace dos meses y medio, cumple tareas en la estación de servicio Petroeste, ubicada en Avenida Alem y Alsina de Bahía Blanca. Segundos después de la medianoche, en todos los hogares del país, comenzaron los tradicionales festejos en familia, por lo tanto, a esa hora, las calles de la ciudad estaban casi desiertas y en el cielo estallaban cientos de cohetes, bengalas y luces multicolores de todo tipo. “Lucho” había quedado solo en la playa esperando el relevo de la una. Entonces se puso a observar el luminoso espectáculo que producían los fuegos artificiales y en eso estaba, cuando de pronto se percata que varias personas, hombres y mujeres de diferentes edades habían bajado de los edificios que están frente al Teatro Municipal acercándose al sorprendido joven portando botellas de sidra, champagne y pan dulce. Hubo abrazos, apretones de manos, buenos deseos, sonrisas y un brindis que surgió espontáneo en el escenario de la estación que hasta hacía un rato aparecía desolada. Esta acción hermosa de las personas que esa noche fueron al encuentro de “Lucho” para compartir con él la despedida del año, nos alienta a tener esperanzas, porque gracias a Dios, en estos tiempos donde todo el mundo parece mirar hacia otro lado, esa gente maravillosa que no quiso dejar solo a “Lucho”, nos prueba que estamos vivos, enteros y que aún somos capaces de reemplazar el frío de la indiferencia por la intensa virtud de amar al prójimo. Finalmente queridos amigos, les hago saber que con el permiso del protagonista, quería compartir esta historia real con ustedes porque me pareció sumamente enriquecedora.

No hay comentarios: