Con la ayuda invalorable del pequeño grupo de colaboradores y amigos que habían quedado conmigo para ayudarme a cerrar definitivamente la agencia, pude al fin ordenar mi mente, y estudiar donde estaba parado entonces. Lo primero que debía encontrar era una manera de generar recursos en lo inmediato. Una mañana, paso por el acceso del Club Olimpo, en Sarmiento al 100. Se me ocurrió hacer bailes de carnaval, algo que desde hacía tiempo no se realizaba en la ciudad. Hablé con el presidente del club;("Pipa" Migliorini) a quien le presenté la idea. La propuesta le gustó y acordamos en probar durante dos sábados de Febrero. Ya tenía luz verde para utilizar el salón, pero me faltaba lo más importante; Potentes equipos de audio e iluminación necesarios para alimentar un salón con capacidad para más de 1500 personas. También precisaba el respaldo de una fuerte batería publicitaria para atraer al público. Y esa campaña, además de fundamental, resultaría muy costosa.
La intención de llenar Olimpo se convertía en un verdadero desafío. En una inolvidable entrevista con los respectivos subgerentes de Canal 9-Telenueva, LU2 y La Nueva Provincia,les propuse sumarse al insólito proyecto. Los directivos no vacilaron en brindarme su apoyo incondicional y no escatimaron segundos de radio, televisión y centímetros de diario para que no falte publicidad del evento en los tres medios. Gracias a esa intensa promoción pudo concretarse cabo tamaño intento. En ese invalorable acuerdo de palabra, no me pusieron condiciones en cuanto a lo económico y acordamos en hablar de porcentajes en caso que los bailes funcionen.
A ese bailable lo bauticé "CRIPY", en homenaje a una exitosa revista norteamericana de comics del género de terror del mismo nombre y cuyo director propietario era James Warren. Hecho el lanzamiento publicitario integral, en la noche inaugural entraron más de 1800 personas, cifra que superaba todo lo previsto.
Con una parte de lo recaudado en esa apertura, pudimos comprar todo el sistema de audio y luces. El slógan de "Cripy", fué "Chicas Nó Pagan". La decisión de no cobrarle entrada a las mujeres, nos aseguró una asistencia casi perfecta de 500 chicas en cada uno de los bailes sabatinos que hicimos durante poco más de 3 años consecutivos. "Cripy", tenía algunas particularidades dignas de destacar. En principio no había expendio de alcohol, solo bebidas gaseosas. En todo ese tiempo, nunca tuvimos disturbios ni problemas entre el público, habíamos generado una energía muy especial y esto era gracias a la ausencia de la agresividad que despierta y potencia el alcohol.
El ritmo bailable era sostenido, jamás decaía porque "Cripy" tenía tres disc jockeys fijos que iban presentando su música con estilo propio cada 30 minutos. Con este método no "quemaban" temas, competían entre ellos y mantenían la pista siempre "caliente".
También programábamos fiestas temáticas con premios, elecciones de reinas y todo lo que generara atracción constante a ese super bailable, siempre con alegría sana, sin necesidad de estimulantes. Solo dos policías de civil, eran únicos responsables de la seguridad (Sarden y Leiva), que supieron manejar el ambiente con profesionalismo y sicología sin llegar a extremos indeseados.
También se instalaron rampas para los chicos lisiados que venían a bailar en sus sillas de ruedas y paralelamente se creó un espacio para que se integren a la pista los no videntes.
Otra de las premisas era que ningún chico sin dinero para la entrada quedara afuera e infaltablemente, al sábado siguiente, esos muchachos que ingresaban sin problemas buscaban espontáneamente a los encargados de la boletería y pagaban sus entradas adeudadas.
Durante la Guerra de Malvinas, hubo un hecho digno de aquél público maravilloso. Recuerdo que subí al escenario y pedí colaboración para ayudar a un chico, que era un asiduo concurrente del bailable y que había tenido un accidente en una de sus piernas. Lamentablemente había perdido ese miembro y no contaba con los recursos necesarios para acceder a una prótesis.
Todos contribuímos y el 80% de los concurrentes, esa madrugada tuvo que regresar hasta su casa caminando porque habían dejado hasta las monedas del colectivo para ayudar al amigo que gracias a "los Cripylines" pudo obtener su pierna ortopédica.
La puesta en marcha de "Cripy" , hizo posible que pagara en poco tiempo, las deudas que me habían quedado de la época de la agencia. También contaba con efectivo suficiente durante la semana como para vivir tranquilo y terminar con la terrible pesadilla de los bancos.
Jamás volví a usar una chequera. Me sentía libre y dedicaba 5 días a la semana a dibujar y escribir guiones para la editorial Española que publicaba mis comics y en ese momento ya me había asignado 6 páginas fijas en cada edición mensual de la importante revista Catalana, También comencé a hacer radio nuevamente.
Los "MH Positivos", al igual que el resto de las empresas grabadoras, estaban siendo afectados por la crisis económica que venía anticipando el fin del gobierno militar. Mucha gente perceptiva comenzó a comprar dólares y al ministro de economía de esa época, se le ocurrió frenar aquella avalancha utilizando un slógan desesperado que decía; "El que apuesta al dólar pierde". La historia de las catástrofes financieras de Argentina, indica claramente que siempre hay que hacer todo lo contrario a lo que sugiera el gobierno de turno. Como era de esperar, en un breve tiempo el dólar "estalló" y trepó velozmente. Mis billetes Norteamericanos seguían haciendo de "soporte" en mi amplio tablero de dibujo. Como expliqué antes, estaban desparramados debajo del cartón que había montado sobre la madera. Una tarde, se me cae el frasco de tinta china sobre ese viejo cartón y cuando saco las "chinches" para cambiarlo por otro nuevo, el cartón fué expulsado hacia arriba a causa de la presión que provocaban los muchos dólares que durante casi 3 años había "apretujado" allí.
Eran todos billetes de 100 y sinceramente no tenía la menor idea de la cantidad que sin querer, había acumulado en ese insólito lugar.
Ese pequeño gran "tesoro" fué un regalo del cielo, que me ayudó muchísimo a mejorar notoriamente mi situación económica.
"Cripy" seguiría funcionando sin altibajos, se venía la inesperada Guerra de Malvinas y con ella las graves consecuencias que provoca cualquier conflicto bélico, donde la única que siempre sale victoriosa es la muerte.
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