"Pierino", ya se estaba ubicando en Barcelona y se comunicaba bastante seguido con nosotros a través de extensas llamadas telefónicas que realizaba desde teléfonos públicos. Para entonces, muchos jóvenes Argentinos, habían recalado en la "Madre Patria". La mayoría de ellos en carácter de exiliados que huían por distintas razones del gobierno de facto, y otros buscando mejores oportunidades o aires renovadores y menos opresores. España estaba renaciendo con su jóven democracia, después de padecer la dictadura del General Franco y esta circunstancia de liberación hacía que los Españoles, acostumbrados a los padecimientos de su larga y sangrienta "Guerra Civil", la represión interminable, la censura y los años oscuros de la era "Franquista", no vacilaran en recibir solidariamente y brindar ayuda incondicional a los miles de Argentinos que iban llegando a la península. "Pierino" siempre se había calificado a sí mismo como un "Comunista con chequera y tarjeta de crédito", pero su simpatía y disparatada forma de ser le permitieron insertarse en poco tiempo y con facilidad entre los españoles. En sus comunicaciones telefónicas y cartas, nos contaba sobre la libertad que reinaba en la tierra que lo había adoptado.
También nos hacía llegar revistas de todo tipo. Algunas mostraban fotos de chicas ligeras de ropa o sin ella y también comics audaces con lenguaje adulto, "puteadas", etc, algo que aquí jamás habíamos visto.
La editorial española "Amaika", que editaba la exitosa revista "El Papus", un comic muy divertido y transgresor, además de incluirlo en su staff de humoristas y pagarle muy buenas pesetas por sus trabajos, también lo había convertido en un dibujante estrella.
En tanto, aquí en la Argentina, nuestra agencia ya se había transformado en una financiera. Elvira y Carlos Méndez, seguían luchando a diario para cubrir descubiertos bancarios y llevando los documentos impagos y cheques sin fondos de los muchos clientes morosos a los abogados. La temida guerra con Chile felizmente fué abortada y si bien esto produjo un gran alivio, la economía impuesta por el "gurú" Martínez de Hoz, nos seguía acercando al abismo y mi mente no resistía tanta presión.
A "Pierino" se lo notaba feliz, distendido, disfrutando plenamente de un país lleno de entusiasmo y dibujando sin censura o "pacatos" condicionamientos.
En alguna de nuestras conversaciones me dijo; "Dejáte de joder, largá todo y venite a España, esto sí es el primer mundo, y vos estás en el culo del mundo".
Confieso que lo envidiaba. Entonces, me puse a dibujar un cómic de una página. Esta historieta se llamó "Sañas Bélicas" y era una sátira de la estupidez y crueldad de las guerras. Sin dudarlo, la envié a la editorial del "Papus", la revista donde estaba colaborando "Pierino".
Un mes y medio después, y con gran sorpresa, recibo un sobre de la editorial "Amaika" que contenía un ejemplar de "El Papus" con mi comic publicado, un cheque de 100 dólares y una carta firmada por Xabier Etcharri Moltó, el director propietario de la empresa, donde me decía que le había gustado el comic y que siguiera enviándole otros sobre el mismo tema.
Nunca dejaré de agradecer a Xabier, aquella oportunidad que me dió a 14 mil kilómetros de distancia y sin conocerme.
"Pierino" no podía creer que desde aquí, y sorpresivamente, yo estuviera compartiendo páginas con él en una de las revistas más vendidas de España.
Desde aquel feliz logro y durante más de 14 años, seguí dibujando "Sañas Bélicas" para las distintas publicaciones de "Amaika" y posteriormente "Irusa", ambas pertenecientes a Xabier Etcharri Moltó y su socio Carlos Navarro.
Por esas cosas de Dios y el destino, mis comics comenzaban a difundirse en España, algo que no era poca cosa y que además sirvió para refrigerar mi cabeza en uno de los momentos más calientes y depresivos de aquellos años setenta.
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