después de la campaña de "Naty" Petrosino a LU3 Radio del Sur, fueron llegando otras. Todas las realizadas fueron de exitosos resultados, hasta que una de las últimas experiencias me obligó a suspender ese tipo de acciones solidarias. Esta vez, los que llegaron a la emisora y pocos minutos antes de comenzar mi programa de los sábados, fueron los integrantes de una familia humilde a los que un incendio les había destruído totalmente su vivienda. Las llamas se propagaron tan rapidamente que no les quedó absolutamente nada. Estaban realmente en la calle. Era un matrimonio y sus 5 hijos. Sin dudarlo, comencé a pedir ayuda al aire para las víctimas de este accidente. Una vez más la audiencia comenzó a responder espontáneamente. A los 30 minutos de iniciado el programa, ya había donaciones de todo tipo. Materiales de construcción, muebles, electrodomésticos usados en buen estado, colchones, sábanas, frazadas, alimentos no peredeceros, etc.
Ya sobre el final, aparece en el estudio un muchacho de unos 35 años, impecablemente vestido que estaba acompañado por una hermosa y elegante chica rubia. Sin decir una palabra, el visitante depositó sobre la mesa de transmisión un manojo de llaves.
Ibamos en vivo y le pregunté que éra eso y con tono muy seguro me responde; Yo dono una casa para esta pobre gente, y estas son las llaves. Que vayan cuando quieran, es una casa grande, muy cómoda. Todos los que estábamos en el estudio enmudecimos. Lo que estábamos presenciando nos había superado, no lo podíamos creer. A los pocos segundos, y más repuesto le digo; ¿Que lo ha llevado a usted a tomar la decisión tan generosa y poco común de donar una casa a esta familia? El jóven me mira y con gran tranquilidad me dice; "Porque tengo muchas casas y nada me cuesta donar una de ellas a este gente que no tiene nada".
Quedámos en ultimar detalles sobre esta donación fuera de serie y acordamos también, que la familia afectada llevara esa misma noche, con un "flete" a cargo de la emisora todo lo que habían recibido a la vivienda que les habían regalado.
El matrimonio y los 5 chicos que hasta hacía menos de 3 horas estában en la indigencia absoluta, ahora lo tenían todo. Incluso una casa propia. No podían contener su emoción. se abrazaban a mí, al joven , a su novia, a la gente de producción y no paraban de llorar y reir de felicidad.
Cuando cerramos el programa, Oscar Coleffi el director de la radio, que había permanecido en el estudio hasta último momento, nos invitó a tomar un café y me fuí a descansar con la satisfacción de haber cumplido un nuevo y extraordinario "Milagro de Radio" .Cuando llegué a casa, no quise cenar. Me sentía "felizmente" agotado y me dormí en seguida. A eso de las 6 de la mañana suena el teléfono. Esto me sobresaltó y cuando atiendo medio dormido aún, del otro lado una voz parca me dice; ¿Hablo con el señor Pipo Palacios?. Sí,con él está hablando. Mire, yo soy el abogado que representa a la familia xxx y nos hemos enterado que uno de los hijos , el señor xxx, regaló en su programa una casa a gente carenciada.
Sí, así es, le respondo pensando que me hablaría de detalles legales de la donación. El abogado, esta vez con tono más enérgico me dice: Ese muchacho estaba internado en una clinica siquiátrica y escapó hace dos días. Está declarado inimputable y todo lo que ceda no tiene ningún valor legal. Lo que le pido a usted es que haga desalojar la casa a esa familia antes de las 8 de la mañana, caso contrario, señor Palacios, tendré que hacerlo con ayuda de la fuerza policial".
Me cambié rápidamente, tomé mi auto y "volé" hacia la vivienda que ya estaba ocupada por el matrimonio y sus 5 hijos. Cuando llegué los encontré limpiando el jardín del acceso. Se pusieron felices de verme y me invitaron a entrar para mostrarme la propiedad. Dos de los hijos estaban cortando el césped del amplio patio trasero y el resto, acomodaba prolijamente junto a un tío, las cajas de alimentos, la ropa y todo lo que habían recibido en carácter de donativos.
Mate en mano, el jefe de familia me pregunta; ¿que lo trae tan temprano por acá, señor Pipo? Vea,le digo, hay un problema, el muchacho que les dió la casa está enfermo, muy enfermo. El hombre me mira preocupado y me dice; ¿Qué?, ¿le pasó algo malo a ese buen hombre?. "Es difícil de explicar, pero lo cierto es que tiene problemas mentales. Mire, ¿vé esas cajas de medicamentos que están sobre la mesa de luz?" Sí, hay muchos remedios, responde el hombre. Bueno, estos son medicamentos específicos para problemas mentales y el dueño de esta casa, no es el dueño o mejor dicho era, porque su familia y la ley lo han declarado insano. Eso quiere decir que lo que él quiso hacer de muy buena fé al regalarles esta propiedad no tiene valor.
Se produjo un silencio interminable. El hombre, la mujer y algunos de sus hijos me miraban absortos, sin dar crédito a mis palabras.
Con dificultad, seguí explicándoles que había que desalojar la casa antes de las 8, porque a esa hora llegaría el abogado y la policía.
Durante varios minutos se mezcló la confusión con la bronca y la impotencia, pero finalmente accedieron a irse. La condición que pusieron era que se les consiga un terreno en cualquier sector de la ciudad, para construir su nueva casa. Por suerte, a través de una llamada telefónica y mediante un contacto en bienestar social, pude lograr que la Municipalidad, finalmente les entregue un terreno.
Era una mañana luminosa y cálida de primavera. Una empresa de transportes envió desinteresadamente un camión donde la familia cargó la importante cantidad de donativos que tenían y en ese mismo vehículo partieron resignadamente.
Por suerte, todo había sido muy rápido y las cosas no pasaron a mayores. Le comuniqué al abogado del jóven inimputable que la casa estaba desalojada y me sentí mal, muy mal. Creo que ese domingo dormí toda la tarde. Semanas después me enteré que esa familia ya estaba terminando de construir su nueva vivienda propia y que el jóven insano, había retornado a la clínica siquiátrica por sus propios medios.
Me pregunté muchas veces; ¿Que es locura y que és cordura?. Hay mucha gente que se pasa la mayor parte de su vida acopiando bienes materiales en forma compulsiva. Y esto es también una forma de enfermedad, porque definitivamente todo lo que acumularon deberán dejarlo inexorablemente en este mundo y habrán perdido muchos años útiles acopiando lo que jamás disfrutarían o compartirían con nadie.
Y vaya a saber uno, porqué razón sicológica ese muchacho "loco" o insano, tuvo tamaño gesto de generosidad extrema. Años después, me enteré que el resto de la familia, supuestamente normal y muy unida, del joven inimputable se había enemistado, desintegrado y entrado en litigios legales a la hora de repartir bienes cuando fallecieron sus padres.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario