Elvis Presley y The Beatles, fueron y siguen siendo mis cantantes preferidos. Con ellos conocí la época dorada donde bailaba bastante bien el frenético rock and roll.Estar en la radio como disc jockey (así se les llamaba a quienes presentaban temas musicales)me permitió acceder a los temas inéditos. Las empresas grabadoras elegían a los animadores más escuchados de las distintas radios del país y a través de sus representantes o difusores en cada ciudad, les hacían llegar semanalmente las últimas novedades discográficas para que las emitan en sus respectivos programas.
Cuando un intérprete era un éxito asegurado, las compañías apostaban con todo al tema. De esta forma, se aseguraban una gran penetración auditiva y en consecuencia una venta muy importante en las casas de música.
En mi época había "oleadas" de hits provocados por "Los Iracundos", The Mamas and the Papas", Nicola De Bari, Mina, "Sandro", Tom Jones, Roberto Carlos y muchos otros que eran sinónimo de impacto masivo y ventas que llegaban en algunos casos al millón de discos.
En todo el país se armaban grupos musicales (hoy se los llama "bandas"). Y estos grupos los conformaban chicos con vocación y que ayudados por sus padres, compraban instrumentos y con muchas horas de ensayo lograban un sonido muy bueno, que en su mayoría eran "covers" de grupos y temas conocidos.
En Bahía Blanca, se habían formado excelentes conjuntos que no estaban direccionados y actuaban ocasionalmente en bailes. Jamás se había realizado en esta ciudad un recital de rock y se me ocurrió producir el primero en el Teatro Rossini con la intención de presentar a los más destacados grupos rockeros.
El costo de alquiler del teatro era muy elevado. Ni hablar de la inversión publicitaria que hacía falta para promocionar un evento tan inusual. Antonio Panelli y su hijo Hugo, fueron los primeros en apostar a este emprendimiento. Esta familia, auténticamente Bahiense, aún mantiene intacto y vigente su negocio en calle O,Higgins 250 con venta de Cds e instrumentos musicales.
A partir de ese momento, Casa Panelli, auspició todos los recitales que produje en Bahía y la zona. Recuerdo a una casi niña Cristina Cantamutto que me dió una gran mano para pintar los telones con onda "hippie".
Debo destacar el asesoramiento y el apoyo que nos brindó Carlos Rivas Wilsen una de las personas que más conoce sobre la historia de los Beatles, para motorizar aquella "epopeya".
Aquel primer recital fué un éxito rotundo. Asistieron un poco más de 600 jóvenes que pidieron más rock and roll en vivo.
Habíamos logrado un clima fuera de serie. El Rossini nos quedó "chico" y busqué una sala más grande. El "Palacio del Cine" nos abrió las puertas sin dudar y allí fuimos con recitales en vivo y películas de The Beatles, todo por el mismo precio.
En los espectáculos del "Palacio del Cine" se lograban llenos totales en cada función. Siempre alcanzando los 1000 espectadores.
La televisión había "vaciado los cines". Las salas estában en una seria crísis por falta de público y esta situación hizo que los dueños de las salas no dudaran en facilitar las cosas para que sigan los recitales.
En el 2007, el Museo Histórico Municipal, hizo una muestra inédita dedicada a la historia de la música en Bahía, gracias a una muy buena idea de José Marcillese, su director. Y en esa exposición donde se rindió recuerdo y homenaje a los hacedores de la música en Bahía Blanca, también estuvo el testimonio gráfico de mi tránsito en el rock and roll y las bandas "pelilargas" de los años 60.
Tengo intacto en mi memoria el sonido y las hermosas vivencias junto a los integrantes de "The Hookers","Las Bestias", "Aurora Boreal", "Los Salvajes", "Grupo A", "Grupo Atomo", "Terrón de Azucar", "Los Platinos","Grupo Pelo", "Grupo Arena",
"Fruta Madura" y las chicas y chicos que conformaban un cuerpo de baile llamado "Clan Terremoto".Todas las bandas giraban a mi alrededor. Fué uno de los momentos más divertidos y edificantes de esa etapa de mi vida. Las ganancias de los distintos eventos, se repartía equitativamente entre los grupos intervinientes y yó con un sistema de cooperativa, algo que funcionó muy bien por entonces y que aplicaría más tarde en mi actividad como productor publicitario y también en radio y TV, con excelentes resultados.
Estábamos disfrutando de un gran momento. Teníamos una agenda completa de actuaciones en bailes y los grupos se hacían cada vez más populares gracias a la familia Panelli y las impagables manos que me daba el por entonces subdirector de LU2Radio Bahía Blanca, el señor Alberto José Fort, un ser humano excepcional que siempre apoyó mis "insólitas" propuestas.
Jamás habíamos perdido dinero con estos recitales y así como entraba la plata, desaparecía en horas. Yo le llamaba "papel que quema". Y no me arrepiento de haber invertido las ganancias en alegría y momentos inolvidables.
Los organizadores de "La Fiesta Provincial del Trigo" de Tres Arroyos, me habían pedido que lleve 4 grupos a su primera fiesta.
Nos ofrecieron el 100% de lo recaudado en entradas. Fuimos en un colectivo destruído que tardó como 6 horas en llegar. El transporte era tan impresentable que me dió verguenza y lo escondimos en un descampado, para ir caminando hacia la carpa donde se hacía el espectáculo.
En la carpa había 3000 personas. Fué fantástico. Los grupos le pusieron tanta energía que la gente no dejó de bailar y moverse durante las 3 horas que duró nuestro show. Ese evento se transmitió en directo por la radio de Tres Arroyos y pagando la promoción, gastos de traslado, "plomos" y los grupos, jamás me había quedado tanta plata.
Recuerdo que alquilé un boliche bailable para nosotros (éramos casi 40 personas, con músicos y plomos incluídos) Alberto freinkel, un gran camarógrafo de Bahía Blanca, filmó en 16 milímetros todo el show y el backstage.
Hoy, cuando miro esa película y me veo junto a los chicos, recuerdo que además de alquilar el boliche y "tomarnos todo", también almorzamos y cenamos como reyes.Como si fuera poco, nos quedamos un par de días en el Parque Hotel. Cuando regresábamos con Rocco Opedissano en mi Fiat 600, miré el indicador de nafta y calculé que teníamos lo justo como para llegar a Bahía en "bajada".
El "Fitito" glorioso respondió y me trajo de nuevo casi con el "olor" a combustible. Me había gastado todo, pero...¿Quien nos quitaba lo bailado?
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