lunes, 31 de marzo de 2008

"ARME la GONDOLA " en CORDOBA. (parte 1)

Los hermanos Luis y Jorge Roth, propietarios de supermercados "Pinocho" en La Plata, habían obtenido grandes satisfacciones y resultados con la realización del concurso "Arme La Góndola" y más allá de la buena relación que tenía con ambos, no esperaba que su entusiasmo por los resultados del evento los llevara a recomendarme a los dueños de una importante cadena de supermercados Cordobeses para hacer lo mismo allá. A esta altura de las circunstancias, yo me sentía bastante cansado y también inseguro porque no contaba con un equipo de gente con conocimiento de marketing que me ayudara a controlar los distintos frentes que deben manejarse con "Arme la Góndola". Jamás había visitado Córdoba. Sabía que era una ciudad importante y con una población que superaba el millón de habitantes. Siempre tuve intuiciones bastante certeras sobre lo que puede sucederme ante decisiones precipitadas o los riesgos de improvisar sobre la marcha. Con supermercados Aragone,todos nuestros concursos salían casi perfectos porque esta empresa me respaldaba absolutamente en todo lo relacionado con el área de producción y administración y yó solo me ocupaba de impulsar la esencia de la idea y todo lo relacionado con el armado de las piezas publicitarias. El evento de "Pinocho" había sido muy exitoso, pero me desgastó sobremanera, ya que cargué con todas las responsabilidades y la única ayuda la obtuve por parte de Elvira. El desafío de Córdoba no me entusiasmaba simplemente porque mi subconciente me decía que me quede quieto o postergue esa acción. Quien más apuro tenía en motorizar el concurso era un amigo de años que estaba pasando un mal momento económico y a quién le pedí que viaje anticipadamente a esa capital, tome contacto con el supermercado y evalúe desde el punto de venta que posibilidades reales existían de llevar adelante la promoción. Mi amigo estuvo casi un mes en Córdoba y con el apoyo de los propietarios del supermercado y el probado interés demostrado por las marcas proovedoras, me pidió en reiteradas oportunidades que viaje cuanto antes, porque la respuesta era muy favorable. Ante los acontecimientos no tenía más excusas para evitar el viaje, ya que mi rol consistía en diseñar todo lo relacionado con la impresión de álbumes, figuritas, fotos de productos, lanzamiento publicitario, seguimiento de la propuesta, etc. Llegué al aeropuerto de "Pajas Blancas" en un vuelo de la tristemente célebre "empresa" LAPA. Antes de continuar debo confesar que soy fóbico a los aviones y los pocas veces que subí a alguno de ellos fué porque no "tenía otro remedio". La aeronave que me tocó en ese primer viaje, además de ser prehistórica, estaba tanto exterior como interiormente en deplorable estado de mantenimiento. Ya en el aire, el avión no cesaba de moverse, las valijas de mano y portafolios de algunos pasajeros se caían violentamente de las gavetas y pude ver que al igual que yó , varias personas estaban pálidas y transpiraban. Por suerte la pesadilla solo duró una hora. Arribamos al aeropuerto de "Pajas Blancas" y tomé un taxi hacia la ciudad. A causa de la tensión me dolía todo el cuerpo y solo quería echarme en una cama. Le pedí al taxista que me deje en el centro mismo de la capital Cordobesa. Recuerdo que solo llevaba una valija, caminé un par de cuadras y ví un cartel pequeño que decía hotel. Sin pensarlo dos veces ingresé y me recibe un morocho muy simpático y amable, que como comprobaría más tarde, la cordialidad es otro patrimonio de esa provincia tan hermosa y particular. El conserje me hace saber que solo le quedaba una habitación y me preguntó si quería verla antes de ingresarme. Le dije que no era necesario y en realidad ni la miré porque ni bien el conserje cerró la puerta, estaba tan cansado que me quedé dormido vestido y desperté al día siguiente. Mi habitación tenía un amplio balcón que daba a la calle Lima al 200, pleno centro de esa ciudad. Abrí las ventanas de par en par y lo primero que ví, fueron "trolebuses" conducidos por mujeres. Esos vehículos son similares a un colectivo, con la diferencia que funcionan con energía eléctrica. Yo los había visto en Buenos Aires en los años 50 y por entonces me parecían similares a tranvías, pero sin vías. En Córdoba los "trolebuses" se desplazan utilizando cubiertas similares a las de un colectivo común y sobre el techo tienen instaladas 2 astas flexibles que conectan a la unidad con 2 cables aéreos que proveen a la unidad de corriente. Quería bajar cuanto antes para recorrer esas arterias colmadas de gente que reía y caminaba feliz en una mañana plena de sol. Hacía mucho tiempo que no veía transeúntes alegres y esa vibración positiva que emergía de la calle la sentía en todo mi cuerpo. Estaba en una ciudad diferente, pero aún no la había descubierto. Lo mejor estaba por venir. Los directivos de Cordiez, el supermercado que estaba interesado en "Arme La Góndola", me esperaban por la tarde en la central de la empresa para hablar sobre el desarrollo del evento. Tenía que afeitarme y bañarme cuanto antes y allí sucedió algo muy extraño, porque al salir del cuarto de baño, me sentí observado. Miré hacia una ventana sin cortina que estaba a un costado de la cama y ví a dos niños y una señora con sus caras pegadas al vidrio. No entendía nada. ¿Que hacía esa especie de pecera de grandes dimensiones allí?. Cuando salí al pasillo, comprobé que la insólita ventana daba a una escalera interna que comunicaba a otro piso del edificio e inevitablemente, quienes bajaban por allí se encontraban con una abertura similar a una pantalla gigante de "Gran Hermano". Este episodio me hizo pensar en cambiarme a un buen hotel, pero no quería perder tiempo, dejé la llave de la habitación en conserjería y me dispuse a respirar y disfrutar del saludable aire Cordobés y empezar a descubrir las maravillosas avenidas y peatonales de esa ciudad única.

1994, contra todos los pronósticos, el dibujo manual vence a la computadora.

l994, la fiesta de "Charly" continuaba. La mayoría de los argentinos asalariados, seguían apostando al carnaval del "uno a uno". El país se dividía entre los sobrevivientes propietarios de pequeñas empresas o industrias, comerciantes , artesanos, productores independientes, creativos , etc, que trataban de mantenerse como podían y los empleados de distintas categorías e ingresos que se beneficiaban con la abrumadora invasión del plástico (tarjetas de crédito) y las "alegres" cuotas de electrodomésticos, los préstamos cómodos, accesibles vehículos cero kilómetro, viajes al exterior pagados a largo plazo, etc. Ya por entonces las computadoras amenazaban con exterminar a todos aquellos que como yó, aún se mantenían con los bocetos hechos a mano y dibujos pintados con acuarelas o témperas tradicionales. Las carreras de diseño gráfico brotaban como hongos y todos los chicos elegían estudiar marketing o comunicación, soñando que en algún momento formarían parte del gran planeta de ejecutivos millonarios que prometía el primer mundo del "Gran Carlitos"Yo, al menos no compré ese nuevo "espejito de colores" y una vez más, como siempre, tomé la ruta solitaria que nadie transitaba y seguí ejercitando mi pulso día a día con el dibujo clásico, método que para algunos "genios o adelantados", era obsoleto. Al poco tiempo me entero que los grandes artistas Argentinos habían emigrado y estaban trabajando en Estados Unidos y Europa con mucho éxito. Y me preguntaba: ¿Porqué razón estos dibujantes cotizan tanto allá? ¿Y las computadoras?. Estando aún en La Plata, una noche me llama Juan Romañello y me pregunta si estoy dispuesto a hacerle un diseño de etiquetas con personaje incluído, para un gran empresario de la miel. Le respondí que sí y de inmediato me puse a diseñar una abeja muy simpática con alitas y un casco antiguo como el que utilizaban los pilotos en la década del 40. A la noche, mientras Elvira me cebaba mate, desarrollé sobre un cartón grueso y pintado con témperas el original de la abeja. Al día siguiente, con el dibujo bajo el brazo, viajé a Capital donde me encontré con Juan Romañello, compartimos un café y de allí nos trasladamos hasta un edificio imponente que estaba ubicado en la Avenida Belgrano. El productor apícola, nos estaba esperando en uno de los pisos, donde funcionaba la administración de su empresa exportadora. El hombre no podía disimular su ansiedad, quería ver cuanto antes lo que había desarrollado para él. De inmediato, le mostré el dibujo y quedó extasiado. "Esto es una maravilla", exclamó feliz, mientras llamaba a su secretaria para que vea el trabajo. Al cabo de unos minutos, sacó una chequera y me dice: "Tu obra no tiene precio y quiero pagarla bien, sin que te ofendas". Cuando empecé a ver los números que estaba poniendo en el cheque no lo podía creer y Juan tampoco. Mostrándome el valor me pregunta: ¿Cinco mil está bién o le pongo un poco más?. Jamás pensé que unas pocas horas nocturnas de trabajo me iban a redituar esa plata. Juan no aceptó un solo peso de comisión, solo me pidió que a modo de retribución, le arme el diseño de una carpeta para un negocio que él iba a encarar. A partir de ese hecho y gracias a la hermosa "Abejita voladora" cuya imágen hoy recorre el mundo en miles de etiquetas de frascos de miel, estuve plenamente convencido que la computadora jamás podría superar el dibujo manual. Unos días después de aquello, y por casualidad, me dicen que un empresario hotelero cumplía 60 años y sus empleados y amigos querían regalarle una caricatura de tamaño grande para que sea firmada por todos los asistentes a una fiesta sorpresa que le estában preparando. Valiéndome de un par de fotos pequeñas del "cumpleañero" dibujé y pinté su caricatura donde aparecía como un prócer en un monumento. En esta ocasión, mis honorarios fueron algo menores, pero muy importantes al fin. El querido dibujo manual, contra viento y marea me seguía dando satisfacciones profesionales y económicas. Años más tarde, el tiempo y los hechos me darían la razón ya que si bien el diseño 3D de las computadoras tuvo su momento de esplendor, nada es comparable a la frescura que ofrecen las ilustraciones hechas a mano. Las máquinas apoyan las ideas previamente bocetadas, innegablemente son ágiles, tienen respuesta inmediata, pero al igual que la mente de un escritor, la mano del dibujante clásico continuará siendo, gracias a Dios una irreemplazable extensión del talento humano.

domingo, 30 de marzo de 2008

El "después" de ARME la GONDOLA en La Plata (Parte 2)

Frente a nuestra casa de La Plata, viven unos "tanos" muy simpáticos, solidarios y buena gente en extremo. El jefe de esta familia, es "Gaspar", un hombre a quien empecé a querer desde el primer día en que lo conocí. Con "Gaspar", en una casa muy grande, también habitan su hija Estela, su nieta y un hijo, ya que este personaje es viudo. Una tarde, yo estaba sacando el auto para ir hasta la central de "Pinocho". Recuerdo que Fabio me estaba ayudando a abrir el portón de rejas cuando desde la casa de "Gaspar" escuchamos gritos muy fuertes. En la puerta de su casa, estaba su hija Estela gritando desesperadamente. Primeramente pensamos que los estaban asaltando, nos cruzamos y le preguntamos que le estaba pasando. "Mi tía, mi tía se cayó en la bañadera y se está muriendo", nos repetía angustiada y en estado de shock. Sin dudarlo Fabio y yó entramos a la casa y lo primero que vimos fué al hijo de "Gaspar" parado frente a la imágen de una vírgen y con el auricular del teléfono en la mano. Creo que no se percató de nuestra presencia allí, ya que parecía estar paralizado ante los sucesos. Resueltamente me encaminé hacia el baño, donde estaría la tía de los "Gaspar". La mujer era bastante obesa y estaba caída en la bañera con la lluvia abierta. Mucho no entiendo de estas cosas de primeros auxilios, pero la señora tenía todo el aspecto de estar desmayada. No ví a Fabio junto a mí, posiblemente estaría tratando de comunicarse con Emergencias y sin dudarlo cerré la lluvia, y comencé a sacar a la mujer de esa incómoda posición. El cuerpo inerte pesaba demasiado, pero en ese momento, lo único que me importaba era llevarla hasta el dormitorio principal. Tomándola de los brazos por la parte de atrás, logré trasladarla hacia la habitación y caímos juntos sobre la cama.
Ya en ese sitio comencé a darle palmadas en la cara e intentar que abra los ojos. Cuando los abrió, me abrazó con fuerza y me dijo: "Dottore, dottore, me moro, ío me moro". Nó, no te vas a morir, ya llega la ambulancia, aguantá le decía sin saber que hacer. La señora estaba reaccionando y en un momento le pregunto como se sentía y me responde: "Las piernas, las piernas están muertas, no las siento, estoy paralítica".
Se me ocurre una idea muy estúpida y le pido a Estela, que había entrado a la habitación que traiga corchos. Estela no dijo nada y a los pocos minutos volvió con un balde de plástico lleno de corchos. (los tanos no tiran nada, pensé). Tomé los corchos y comencé a cubrir las piernas de la mujer con ellos. Estela, no paraba de llorar y le frotaba las extremidades con los corchos. En un momento se me ocurre mirar hacia la ventana que daba a la calle y había en ella al menos diez personas (vecinos) observando la extraña y ridícula escena. Finalmente llegó la ambulancia. Un médico muy alto y corpulento fué el primero en entrar, atrás lo seguía un enfermero muy delgado y bajito. Ni bien escuchamos que había arribado el auxilio, Estela dijo: "Los corchos, saquemos los corchos, el doctor va a pensar que somos unos ignorantes".
El médico revisó a la mujer, le aplicó una inyección con sedante y le pidió al enfermero que traiga la camilla para trasladarla hasta la ambulancia y llevar a la señora hasta el hospital.
Yo a esta altura de los acontecimientos y con el cuerpo más frío, sentía que se me partía la espalda. Posiblemente el haber hecho tamaño e inusual esfuerzo para mover a la "víctima", me estaba causando ese dolor tan insoportable.
El médico me dice: ¿Me dá una mano? ¿Puede ayudar al enfermero a cargar a la señora hasta el final del pasillo?. Evidentemente me estaba pidiéndo ésto porque el pasillo que conducía desde la habitación al exterior era estrecho y la camilla no pasaba por allí. El dolor de mi espalda seguía en aumento y encima tenía que volver a cargar con la mujer que era bastante pesada. Dirigiéndome al médico le pregunto: ¿Porqué la tengo que llevar yó? Me mira y me dice: "Mire, estoy operado de hernia y no puedo hacer esfuerzos, por eso le pido este favor".
El enfermero petiso la tomó de las piernas y dejó para mí la peor parte; La cabeza y los hombros. No había tiempo para discutir ni objetar nada, así que irremediablemente volví a cargar a la señora. Antes que la ambulancia se vaya, le pedí al médico que me recete una inyección que alivie mi dolor de espalda. "Me hubiera dicho antes, me respondió muy tranquilo mientras me indicaba un medicamento".
Tres días después de aquel episodio grotesco, yo estaba cortando el cesped del jardín de nuestra casa. Los "Gaspar" se habían sentado en la vereda con sus reposeras. Era una tarde calurosa y la tía, que había caído en la bañera, también y "milagrosamente", había salido del hospital y se encontraba entre ellos.
Todos vieron que estaba cortando el cesped. Me saludaban a los gritos desde sus asientos y hasta me prometieron una comida de agradecimiento por mi buena acción para con la "tía".
En un momento, la extensión de la cortadora se desenchufa y me agacho para arreglarla, cuando al intentar incorporarme siento un "crack" en la espalda y quedo tan inmovilizado y doblegado por el dolor que tuve que arrastrarme utilizando los codos hasta el interior de la casa. Una vez adentro, y antes de tomarme un fuerte calmante pude escuchar que los "Gaspar", desde enfrente gritaban: "¿Pipo, Pipo, donde estás, desapareciste?, cruzáte a tomar una cerveza".

El después de ARME LA GONDOLA en La Plata (Parte 1)

El éxito de Arme La Góndola en La Plata, había sido indiscutible y aunque me sentía muy feliz por ese logro en una ciudad grande, que además de ser Capital de Provincia, también era totalmente desconocida para mí. El evento había tenido varias fallas en su organización y me hacía responsable de las mismas a la hora de la autocrítica. Con este concurso en especial, siempre me ha sucedido que en un punto, me supera ampliamente, me desborda y a esa altura de las circunstancias debo ir corrigiendo errores que surgen sobre la marcha. Con Supermercados "Pinocho", que tenía muchas bocas de venta el mayor inconveniente era tener una información diaria de las necesidades que iban apareciendo, abastecimiento de elementos gráficos para el público, el comportamiento de las promotoras, testear la reacción de la gente, luchar permanentemente contra una imprenta muy poco seria que no cumplía con las entregas de las planchas de figuritas semanales y los respectivos álbumes, etc. Los dueños del supermercado tenían sus propios problemas y el consecuente estrés, propio de una empresa de familia que estaba compitiendo con grandes cadenas supermercadistas. Esto generaba falta de comunicación entre las partes interesadas en tamaña producción y otra vez me encontraba "pagando un nuevo derecho de piso". Los medios platenses eran muy estructurados y por alguna extraña razón, en esa ciudad tampoco funcionaban las agencias publicitarias. Solo se mantenían los diseñadores "freelance" que trabajaban para comercios pequeños o medianos y la creatividad era bastante relativa. "Arme la Góndola", es una idea que requiere mucha fuerza de impacto que hay que sostener en el lanzamiento, mantenimiento y final o cierre de la campaña. Yo trataba de mantener y en lo posible, mejorar la misma línea publicitaria que tanto éxito había obtenido en Mar del Plata para supermercados Aragone, ya sea en el armado de los anuncios de radio como en gráfica, vía pública y los diferentes puntos de venta, pero la personalidad de la ciudad de la Plata, no era la misma. La Plata cuenta con una gran cantidad de empleados públicos y la dependencia del estado es muy grande convirtiéndola en una comunidad burocrática, poco flexible y donde funciona mucho la intermediación. Lo dueños de "Pinocho", estaban acostumbrados a confiar sus promociones habituales a diseñadores tradicionales que a su vez, tenían conexiones laborales y de amistad con imprentas. Este era un escollo difícil de sortear, ya que no tenía tiempo de elegir nuevas opciones y bajar costos. Sentía la resistencia que me ofrecían los "locales" y tal actitud era comprensible, porque yo estaba jugando de "visitante" y había llevado una propuesta que además de ser novedosa, se suponía que podía dejarme un rédito económico importante, algo que no era tan exacto.
Con "Arme la Góndola", además del boom que significa para el supermercado, paralelamente se genera actividad para mucha gente que interviene prestando los distintos servicios. El supermercado obtiene un considerable beneficio al reunir un promedio de 80 marcas proovedoras importantes en un solo álbum de figuritas, destinando un espacio donde irán pegadas las imágenes color de cada uno de los productos intervinientes. La finalidad es provocar el entusiasmo y la participación creciente del público consumidor. Todo esto se logra con la motivación de premios atractivos. Quienes en 8 semanas completen el álbum, reciben un cupón de "álbum lleno" e intervienen en el sorteo final que se realiza ante público y escribano. La promoción en los medios de comunicación se divide en 3 partes; Lanzamiento, mantenimiento y cierre. La duración total del concurso es de unos 90 días y durante ese tiempo hay que trabajar para que los avisos se renueven y provoquen una expectativa constante. Esta idea tan simple, actúa sobre el subconciente del participante mayor de edad, ya que le despierta aquella costumbre de su infancia de reunir figuritas, con la diferencia que en el caso de "Arme La Góndola", los personajes son los productos y el resultado un considerable incremento en las ventas de los mismos.Como antes mencioné, la casa de la ciudad de La Plata, tiene atractivos muy particulares y nó porque sea ésta una vivienda de lujo. La casa es modesta, cálida, práctica y allí tuve muchas señales muy poderosas al momento de inspirarme a preparar nuevas ideas, dibujar o escribir. La energía de la casa Platense es indiscutible y por esta razón entre otras de orígen afectivo, Elvira la quiere tanto y se preocupa en mantenerla. En esas paredes mi cuñada Elena, logró con mucho sacrificio estudiar y obtener finalmente su título de médico. Allí también vivió mi suegra María Peña, que se ocupaba de plantar y cuidar las variadas clases de flores diseminadas en el amplio jardín al que cuidaba con amor y dedicación. Otra parte muy positiva son los vecinos del barrio. Barrio de los de "antes", habitado por las últimas generaciones de "tanos" laburantes que practican la solidaridad y la convivencia y en las tardes y noches de verano, solían sacar sillas y reposeras a la vereda e intercambiar amenas conversaciones. Disfruté mucho de mi tiempo laboral en La Plata porque pude descubrir los intensos valores humanos de personas como Marilés Amorós, nuestra vecina, una Catalana de gran inteligencia y sensibilidad con la que compartimos momentos maravillosos y también otros difíciles, pero finalmente solucionables. Ella se había separado recientemente de su marido y llevaba su existencia adelante y como podía con hijos aún pequeños. María, Trinidad y Enrique, que por entonces eran una criaturas, se transformaron en nuestros hijos de la vida, al igual que Fabio Marrero, un chico que apareció en la casa Platense cuando hicimos unas reformas. Fabio, había llegado a hacer esas refacciones junto a su patrón, un maestro mayor de obras.
Cuando se terminó la obra, el jefe de Fabio, se reunió con Elvira y yó y nos dijo: "Miren, tengo que pedirles un pequeño favor. Ustedes tienen en la parte trasera una habitación con baño, ¿tendrían problemas en que Fabio se instale allí unos tres meses, hasta que yo le termine el departamento que le estoy construyendo?".
Fabio era un chico con todas las características de ser buena persona. Además no tenía familia y es oriundo de una zona rural cercana a Necochea. También pensamos que 3 meses no era demasiado tiempo y durante ese período, Fabio podría cuidarnos la casa, darle de comer a nuestro perro León y mantener el jardín en condiciones.
El tiempo, el cariño y la confianza, convertirían a Fabio en otro hijo de la vida, ya que aquellos 3 meses que nos solicitó el maestro mayor de obras, se hicieron 12 años, porque el mentiroso nunca más volvió a buscar a Fabio. ¿Lo habría dejado olvidado?.

martes, 25 de marzo de 2008

Todos estos hechos relatados, no habrían sido posibles sin la presencia a mi lado de una mujer incondicional e inteligente como ELVIRA, mi esposa.

La conocí cuando ella solo tenía 17 años. La recuerdo como si fuera ayer saliendo del bachillerato nocturno del Colegio Nacional de Bahía Blanca y caminando sin prisa y feliz en noches de invierno y bajo la lluvia. Además de su natural belleza y elegancia, lo que más me impactó de Elvira fué su amplísimo universo mental. Jamás soporté a las mujeres vulgares o mediocres. Elvira nunca me exigió nada. Por entonces, ambos nos buscábamos instintivamente motivados por la espontánea y sincera necesidad de estar juntos hasta el día siguiente. Pasábamos largas horas hablando de distintos temas que nos apasionaban a ambos hasta que nos sorprendía el amanecer. Siempre tuve la sensación que ella era una especie de mágico "Angel de la lluvia" que surgía con su propia luz desde la oscuridad nocturna y me seguía incondicional como si fuera mi misma sombra.
Con el paso del tiempo, aquella mujer niña se iba incorporando a mi alma, hasta que finalmente el nacimiento de Virginia, definió nuestra convivencia. Por entonces, nadie de mi familia ni de la de ella apostaba una mísera moneda por la durabilidad de esa relación que pronto cumplirá 38 años.
Puedo asegurar que nada nos resultó fácil en aquellos comienzos donde escaseaba el dinero y sobraban la esperanza y la confianza en nosotros mismos.
Tiempos de ilusiones plenas de riqueza en medio de carencias cotidianas y en los Elvira, lejos de amilanarse o resignarse me daba fuerzas y apoyaba con pasión mis ideales. Nos fuimos soldificando y creciendo en base al respeto mutuo, la comprensión y la perseverancia.
A los tiempos de bonanza legítimamente conquistados, también le sucedieron duros temporales que pudimos superar gracias al amor y la ayuda de Dios.
Siempre sostendré que no soy ejemplo de nada, me considero un vulgar ser humano que llegado el momento está dispuesto a declararse culpable y sin la necesidad de un abogado defensor a la hora de confesar sus pecados, porque la hipocresía nunca formó parte de mi forma de ser.
Elvira, me ayudó a no bajar los brazos y seguir siempre el sonido de mis voces interiores. Ella y Lucy, que son del mismo signo (Capricornio), además de llevarse maravillosamente bien, fueron y son mis más fieles admiradoras.
Felizmente , aún hoy seguimos "Viviendo de Sueños", y esto nos permite crecer, tanto en lo profesional como en nuestras propias vidas individuales unidas y asociadas al bienestar espiritual. Nadie nos regaló nada. Todo lo que logramos fué con esfuerzo propio y lo mejor que nos pudo ocurrir es no haber negociado aún en situaciones extremas con el facilismo, los políticos y la obsecuencia. A Elvira, además de su estímulo cotidiano, también le adeudo la aprobación de mis decisiones a la hora de priorizar ideales y nó el dinero. Por último, a Dios, además de los dones que me concedió, le agradezco que a esta altura de mi existencia, aún me permita vivir dignamente de esta apasionante profesión.

domingo, 23 de marzo de 2008

GRACIAS DE CORAZON A TODOS LOS QUE LEEN ESTA HISTORIA DE VIDA.

Jamás imaginé que este blogspot que comencé a escribir con mucha sinceridad, llegaría a interesarle a tanta gente. Felizmente me equivoqué, porque las diversas muestras de cariño y adhesión que recibo día a día en mi correo, me alientan a continuar con los relatos de mis historias de vida. Les confieso que tenía mucha necesidad de contar los diferentes tramos de mi "Vivir de Sueños" donde no todas "son rosas", pero que definitivamente no deja de ser un desafío apasionante contra los imposibles. Estoy muy agradecido a Dios y a los seres humanos maravillosos que fuí conociendo a lo largo del tiempo por la compleja ruta transitada. Esta pequeña sumatoria de logros se la debo fundamentalmente a la gente que comprendió, apoyó y respetó mis ideas, ya que sin su aprobación incondicional nada de lo expuesto se habría concretado. La finalidad de este diario donde priorizo mis ideales es demostrar que si uno confía en ellos, los sueños pueden hacerse realidad. Pero, ¿como lograr que un sueño se concrete? ¿Como vender ese proyecto y demostrar que es redituable? .Hay muchas preguntas que estoy dispuesto a responder sin compromiso alguno a las inquietudes de todos aquellos jóvenes a quienes les apasione el marketing, la creatividad y el fantástico mundo la comunicación. El secreto consiste en tener vocación y mucha paciencia, ya que los éxitos suelen ser efímeros y lo más difícil es sostener una constante fluidéz creativa. Recuerden que en esta carrera "largan" muchos participantes, pero lamentablemente, son pocos los que llegan, algo que hay que tener muy en claro. Y para llegar es primordial no ambicionar el primer puesto, porque es el más complicado de mantener y el ruido y las consecuencias, son mayores cuando se cae desde una altura importante.
Con una buena dosis de ánimo, optimismo, mucha autoestima, capacidad de recuperación y perseverancia, nada será imposible si tenés una buena idea entre manos.
Tampoco la malvendas. Protegéte registrándola y llegado el momento, si te la hurtan, defendé tus legítimos derechos hasta las últimas consecuencias, porque una creación no tiene precio y siempre la ley estará de tu parte a la hora de iniciar una acción reclamando resarcimientos por daños, perjuicios, lucro cesante, etc.
No hay mucha experiencia ni difusión sobre este tema legal que ampliaré más adelante en todos sus detalles y que puede servir de mucha ayuda y orientación a quienes en algún momento descuidaron su "retaguardia" y los tomaron por sorpresa, quitándoles y lucrando con lo que crearon, diseñaron y les pertenece.
Finalmente opino que ver la cruda realidad del mundo actual y principalmente de la Argentina, no es lo más aconsejable y saludable para el espíritu del habitante común.
El exacerbado consumismo, la ambición desmedida, la indiferencia y la creciente falta de sensibilidad, además de provocar daños en el ánimo de los humanos, también es una enfermedad que contagia, robotiza y nos quita la virtud de soñar. ¿Imaginan una existencia plana, gris, aburrida, histérica y sin sueños?. Nó, luchemos para que esto no suceda porque si llegara a ocurrir terminaríamos devorándonos los unos a los otros y por último, encerrados tras los barrotes de una frágil seguridad en la cárcel de nuestros propios miedos.

"LEON", mi Amado Perro Platense.

Muchas veces me compadezco de las pobres personas que marginan o directamente no quieren a los animales porque definitivamente, son tan mezquinos que tampoco se quieren a sí mismos. Gracias a Elvira, yo aprendí a conocer los sentimientos y la fidelidad que permanentemente brindan los perros. Felizmente, hace muchos años que convivimos con animales simples, o los comunmente llamados "callejeros". En los diferentes hogares y ciudades en los que nos tocó vivir durante nuestra "movida" existencia, siempre tuvimos la fortuna de compartir la casa con los mejores amigos del hombre; los perros. Para nosotros, esas queridas mascotas, además del cariño y atención que merecen, también tienen los mismos o mayores privilegios que un simple ser humano. Nuestros perros nos han dado permanentes muestras de amor con sus demostraciones espontáneas y por sobre todas las cosas, sinceras. Es poco probable que un perro traicione. Contrariamente, es agradecido, demostrativo, compañero y puede percibir perfectamente los estados de ánimo de sus "dueños". Cuando nos fuimos a trabajar a La Plata con el concurso "Arme La Góndola" para supermercados "Pinocho", ni bien llegamos, nos encontramos con "León", un hermoso e inteligente Collie dorado, más conocido como "Lassie", que salió a recibirnos alborozado. La dueña de "León", era mi cuñada Elena Rabanetti, quién a principios de los años 90, se fué a trabajar al Hospital Regional de Comodoro Rivadavia. En ese momento, Elena, que es médico, no sabía si se adaptaría o nó a esa lejana ciudad sureña. Ella creía que en algún momento, ya vencido su contrato, regresaría a La Plata y en su ausencia, "León", había quedado como único ocupante y responsable de la casa. En el 94, cuando llegamos a la ciudad de las diagonales, "León", estaba firme en su puesto. Bien cuidado y alimentado, tenía un amplio parque a su entera disposición donde podía desplazarse a gusto, pero nuestra presencia le fué cambiando la vida y pasó a integrarse cada vez más con Elvira y yó. Recuerdo que todas las noches me quedaba dibujando o escribiendo en el living de la vivienda y "León" se acostaba a mis piés quedándose a mi lado hasta que llegaba el amanecer, momento en que ambos nos íbamos a dormir. Casi siempre, en horas de la tarde, solíamos salir a caminar por el barrio y "León" caminaba a mi lado con la elegancia propia de un lord inglés. Cuando me paraba a mirar alguna vidriera o conversaba con algún vecino, él también se detenía y esperaba pacientemente. Ambos nos sentíamos muy bien con esos paseos que llegaron a convertirse en una saludable costumbre cotidiana. Pero un día, "León" no se sintió bien. Los años habían pasado para el esbelto animal al que querían y admiraban casi todos los vecinos. Su salud se iba resintiendo día a día y aunque no se escatimaron medios para que cuente durante las 24 horas con la mejor asistencia veterinaria, "León" empeoraba. Digno y luchador, aún con sus escasas fuerzas, salía dificultosamente al parque a hacer sus necesidades. En un momento dado, ya no podía valerse por si mismo y fué entonces que Fabio Marrero, un chico que alguna vez el destino acercó a nosotros, convirtiéndolo en un hijo más y que estaba viviendo desde hacía varios años en la casa de La Plata, lo levantaba en brazos y con sumo cuidado lo llevaba al exterior. En ese momento triste, Elvira no se encontraba allí y durante varios días, Fabio y yó, dormíamos junto a la cama de "León", atentos a sus fuertes dolores y listos para cambiarlo de posición y aliviarlo. Una veterinaria muy sensible venía todas las tardes a controlarlo y acordamos con ella que bajo ningún concepto "León" sería sacrificado y que lo cuidaríamos todo el tiempo que fuera necesario. Ya los calmantes no le hacían efecto alguno y una tarde de lluvia, la vida del "rey" se apagó para siempre. No sé porqué razón, mis pérdidas afectivas suceden en días de lluvia. Cuando falleció mi viejo Víctor, durante las 4 horas de trayecto desde Mar del Plata a Bahía, llovía torrencialmente al punto que no podíamos ver la ruta y perdimos 3 escobillas del limpiaparabrisas. Lo mismo ocurrió cuando Lucy enfermó gravemente e hicimos ese mismo recorrido en medio de un temporal. La tarde en que "León" partió, el cielo se oscureció y la lluvia se tornó más intensa, posiblemente para mezclarse con nuestras lágrimas. Tenía necesidad de contar esta historia, porque con "León", el amado Collie al que alguna vez Pierino bautizó como "cara de tubo", me eligió, acompañó y devolvió con creces el amor que sentía por él. Cada vez que vamos a la casa de La Plata e ingresamos al living, imagino a mi querido amigo "León"estirado cómodamente sobre el sillón grande de cuero donde solía descansar.

viernes, 21 de marzo de 2008

1994, "ARME LA GONDOLA" en LA PLATA.

Como relaté en páginas anteriores, Mar del Plata, a partir del principio de los noventa, comenzaba a naufragar lentamente. La legendaria empresa de familia "Pehuamar", perteneciente a los hermanos Serdá, se vendió íntegramente a una multinacional. Supermercados Aragone, comenzó a tener graves dificultades financieras e intentaba buscar una salida. Al mismo tiempo, la tradicional firma de alfajores Havanna pasaba a manos de un grupo financiero y "Balcarce", también navegaba rumbo a una quiebra inevitable. Sierras del Mar, la embotelladora de Pepsi Cola, también había sido vendida y el ámbito publicitario comenzaba a debilitarse. Aquellas empresas importantes, las mismas que posibilitaron mi acceso por la puerta grande de "La Feliz" ,tenían ahora nuevos dueños y tanto el panorama comercial como anímico de los Marplatenses empeoraba día a día. A Elvira ,que siempre tuvo y tiene un gran cariño por la ciudad de La Plata, se le ocurrió que intente ofrecerle mi concurso "Arme La Góndola" a algún supermercado Platense. Sin dudarlo, nos instalamos en nuestra casa de de La Plata y a los pocos días de llegar concurrí a la central de supermercados "Pinocho", una empresa de familia perteneciente a los hermanos Jorge y Luis Roth, que por entonces contaban con 8 bocas de venta muy bien distribuídas en distintos barrios de la ciudad de las diagonales. A los Roth, les entusiasmó mi propuesta y me puse a trabajar en la pre-producción del evento. A todo esto, Ernesto Figueroa, un amigo y compañero de inolvidables momentos, también estaba sufriendo las consecuencias del "uno a uno" y tenía serias dificultades con su fábrica en Mar del Plata. Finalmente hice el lanzamiento de "Arme la Góndola" con supermercados "Pinocho". Estaba conociendo una ciudad nueva y también pagando un "derecho de piso". Si bien había llevado a cabo y con mucho éxito una importante cantidad de concursos para supermercados Aragone en Mar del Plata, en esta oportunidad no me resultaba sencillo motorizar solo y con la ayuda incondicional de Elvira tamaño emprendimiento. En mi convenio con "Pinocho", había asumido el compromiso de controlar la distribución semanal de las diferentes series de figuritas con imágenes de productos auspiciantes que se distribuían semanalmente y en simultáneo en las 8 bocas de venta.
Necesitaba colaboradores y pensé en un tipo conocido de Mar del Plata que estaba sin trabajo y lo convoqué para que me ayude en La Plata. Su tarea consistía en controlar diariamente la entrega de las figuritas y estar atento a las necesidades del concurso. Este hombre tenía la misión de ocuparse del abastecimiento de álbumes, volantes, figuritas y supervisar la tarea de las promotoras destacadas en cada uno de los "Pinocho".
A los 4 días de iniciado el concurso recibo un llamado de Jorge Roth, uno de los propietarios del supermercado. Ya frente a él, me dice muy seriamente: "Mirá, o lo rajás vos o lo tiro yó por la ventana". ¿A quién hay que rajar, de qué me estás hablando?, le pregunto sin entender nada. "A ese pelotudo que trajiste de Mar del Plata. Viene a la mañana temprano, se sienta en mi escritorio, lee todos los diarios, se sirve café, se saca los mocos como un cerdo, le mira el traste a mis empleadas y encima se rasca las bolas, ¿te parece poco?.
De inmediato me encontré con este personaje y le dije lo que estaba pasando con "Pinocho". Le dí el dinero que le correspondía por lo que "no había hecho" y le sugerí que se vuelva inmediatamente a Mar del Plata. Como respuesta, se puso a llorar y me rogó que no le deje sin trabajo. Por ese entonces, éste ya era un tipo bastante mayor. Me dió cierta pena y como última oportunidad le propuse que se quede trabajando como mi chofer particular a cambio de un sueldo normal. Aquí fallé. Tendría que haber seguido la sugerencia de Roth y pegarle una patada en el culo por estúpido e inútil, pero aflojé, quizás superado por la marcha exitosa que había tomado el concurso. Yo nunca tuve gran pasión por los autos, tampoco soy un hábil conductor y en La Plata, las diagonales me superaban y cada vez que salía, era inevitable que fuera a parar a la otra punta de la ciudad o me extraviara. Esto, provocaba que demore una eternidad en llegar a los "Pinocho", ya que las distancias entre uno y otro eran muy grandes. Aceptar al "sacamocos" como chofer, me facilitó en gran forma el desplazamiento cotidiano por La Plata, ya que el hombre conocía como a la palma de su mano las calles numeradas. El "Arme la Góndola" Platense, gracias a Dios y la inmediata aceptación de la gente, crecía semana a semana. Con Elvira nos quedamos todo el tiempo en la casa de La Plata. Disfrutamos mucho de aquellos meses de trabajo y además del rédito económico que producía esta probada idea interactiva, habíamos "cambiado de aire", al menos por un tiempo y eso me brindaba, además de un respiro, una visión más amplia y clara de la crísis que se vivía en la capital de la Provincia y también en la cercana Capital Federal. "Arme la Góndola" con "Pinocho" , tuvo una duración de 60 días y estába llegando a su fin. Trabajamos mucho para que todo salga lo mejor posible. La publicidad del concurso pautada en los medios Platenses más importantes fué intensa y efectiva y la impresión de los miles de álbumes y figuritas se realizó con óptima calidad sin escatimar recursos.
Con los premios a los ganadores, sucedió lo mismo. Queríamos ofrecer lo mejor a los miles de participantes que intervinieron en el concurso y decidimos sortear un 0km como primer premio, una moto de gran cilindrada en segundo lugar y más de 20 televisores e idéntica cantidad de videocaseteras. Recuerdo que el gran sorteo final se llevó a cabo el mismo día en que la ciudad de la Plata cumple años y en cierta manera competíamos con los atractivos actos de festejos que había programado el gobierno Municipal. Contra todos los pronósticos, al cierre de "Arme La Góndola", asistieron más de 1500 personas. Recuerdo que el ganador del "Twingo" cero kilómetro estaba presente al momento del sorteo. Cuando escuchó su nombre y apellido, se abrió paso entre la gente y subió al escenario con un inflador de bicicleta en la mano. Cuando lo tuve frente a mí, pedí aplausos y le pregunté si estaba contento por haber ganado el auto. El hombre me mira y me dice: ¿Contento? y...Sí, más contento estaría si tuviera laburo. Hace 3 años que vivo de las changas, y apenas me alcanza para mantener a mis 5 hijos, ¿No me puedo llevar plata en lugar del vehículo? Los hermanos Roth, entendiendo la situación del hombre, no tuvieron problemas en darle el dinero efectivo equivalente al valor del "Twingo".

jueves, 20 de marzo de 2008

1992, Lucy, en el Cielo y con diamantes.

Mucho he hablado y quizás sea poco de mi relación con Lucy, que además de ser mi abuela, fué en verdad una madre para mí. Mi viejo Víctor ya había partido un año antes y no me resultaba fácil acostumbrarme a que ya no estuviera en este plano terrenal. Me quedaba la inmensa satisfacción de los hermosos momentos que felizmente pudimos disfrutar junto a él durante muchos años. Ahora, la salud de Lucy se estaba resquebrajando día a día y como ya relaté antes, su vida no era la misma desde que se fracturó la cadera cuando resbaló en el piso de un conocido supermercado Bahiense. Estoy seguro que ella no se resignó a depender de su bastón y menos aún de sentirse limitada en sus movimientos o supeditada a la atención que le brindaban las empleadas que la asistían en el departamento donde habitaba junto a Osvaldo, su hijo.
Lucy, siempre había estado atenta a las necesidades de sus parientes. La recuerdo yendo a atender a los enfermos y quedarse horas junto al lecho de los mismos como una verdadera samaritana plena de humanidad. Pero lamentablente, cuando el infortunio le tocó a ella, comenzó a darse cuenta que había quedado sola. Unicamente Osvaldo, que trabajaba desde la primera hora del día, hasta la noche, tanto en el Ministerio a su cargo como en las cátedras de la Universidad, hacía malabares con sus tiempos para estar cerca de su madre.
En más de una oportunidad, Elvira y yó le pedimos que se venga a vivir a Mar del Plata con nosotros, pero su respuesta siempre fué una negativa. Nuestra vida fué y és en "contramano" a la del común de las personas. Para mí, la noche siempre fué mágica y aún, suelo acostarme más allá de las 4 o 5 de la madrugada. Lucy, sabía perfectamente que en mi casa somos noctámbulos crónicos, y es muy posible que no haya querido ser una molestia, cuando en verdad nuestro ofrecimiento era tan sincero como el amor que sentíamos por ella.
El llamado de Osvaldo nos hizo saber que Lucy se había descompensado y estaba muy mal. Cuando llegamos a Bahía, estaba internada en un sanatorio y los pronósticos médicos no eran favorables. Ella había caído en un estado de coma. Alrededor de Lucy, se movían diagnósticos agoreros, parientes "buitres" ,que revoloteaban esperando un rápido final y también médicos equivocados que aseguraban que "no había nada que hacer". Elvira, que siempre amó y sintió a Lucy como a su propia abuela, fué quién se encargó de permanecer a su lado, prodigarle mimos, hablarle permanentemente o hacerle preguntas que Lucy respondía con increíble precisión. No abrió los ojos en ningún momento, pero podía percibir todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Así estuvo durante 3 meses, como dormida y rodeada de ángeles que le permitían recordar innumerables momentos de su vida que repetía con absoluta claridad. Eran los últimos días de una mujer increíble cuya niñez había estado llena de carencias. Dios quiso que Lucy recordara como episodios del pasado lejano y sin resentimiento alguno sus años pobres en el pueblito de Italia donde había nacido. Siempre nos relataba aquello como anécdotas divertidas, porque en lo mejor de su vida, gracias a su esfuerzo y el empuje de mi visionario abuelo Próspero Abitante, lograron alcanzar una merecida posición económica y disfrutar de sus logros genuinos.
Lucy, se tomó su tiempo y se fué yendo tranquila, durmiendo en paz, recordando y su mente, proyectaba como en una película en cámara lenta todos los capítulos, imágenes y personas que habían compartido su existencia. Creo que en sus últimos momentos, ella sentía lástima por los pocos que habíamos quedado a su lado. Lástima, porque ya nada sería igual y las miserias humanas, el olvido o la indiferencia hacia una grande, nos demostraría poco tiempo después que la familia que alguna vez había idealizado o intentado unir, se había destrozado en mil pedazos, con la fragilidad propia de las mentiras y la indiferencia.
Lucy, logró ver desde algún sitio más elevado y con anticipación todo lo que vendría. Posiblemente por esta razón, demoró su despedida y en cierta forma, gracias al amor recibido rompió con todos los pronósticos humanos y médicos.
Esta fué otra de las "travesuras" de mi amada "Capricorniana" que seguramente en su sobrevida, le hizo un pequeño y último corte de manga a personas turras y también a la ciencia. Aún hoy, niego la "muerte" de Lucy.Y no es esta una actitud caprichosa o desentendida de la realidad. Por fortuna, la percibo cada día en mi interior, ella está cerca mío como un ángel guardían protegiéndome de la oscuridad humana y enviándome permanentemente luminosas señales celestiales.
Felizmente guardo cientos de fotos, películas y audios grabados de largas charlas con Lucy. De esta forma inusual y a mí manera, la escucho y la veo cuando se me dá la gana y en este mismo instante, la imagino y la veo riéndose de mis aventuras nocturnas, pidiéndome que le cuente mi última historia, sentada junto a Elvira, cuando estaba enferma, entrándo al Comando a llevarme una torta de chocolate cuando yo era "colimba" y definitivamente aceptándome y amándome tal como soy.

Porqué mi serie de comics, se publicó con el título de "Hasañas Bélicas" y nó "Hazañas", como corresponde.

Vale la pena aclarar que esto no se debe a un error de ortografía. Sucede que cuando comencé a enviar a Barcelona los primeros originales de esta serie, primeramente a la antológica revista "El Papus" y luego "Hara Kiri" , ambas pertenecientes a la editorial Irusa, Carlos Navarro, uno de los socios de la empresa dijo: "¿Porqué no le ponemos SañasBélicas?". Posiblemente por una cuestión de apuro, se produjo un error de armado y los Españoles titularon la obra como "HASAÑAS". Por cábala y ante la aceptación que tuvo allá ese comic, decidimos dejar los títulos como estaban y de ésta forma se publicaron durante muchos años.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Los Hermanos Kairuz, Mis Amigos de "Fierro".

Nos conocimos en el barrio donde nacimos y fuimos creciendo juntos. Los hermanos Kairuz, vivieron primeramente en Dorrego y Belgrano y yó en Dorrego al 100, donde pasé gran parte de mi infancia junto a la abuela Lucy y Osvaldo. Ellos son Carlos, más conocido como "el negro" y Guillermo, a quien por su particular forma de ser apodamos "Isidoro". El "negro" desde temprana edad era un verdadero "demonio de Tazmania", audaz en extremo, además de decidido, era capaz de agarrase a piñas con dos pibes a la vez y ganarles limpiamente hasta ponerlos de espaldas o animarse sin dudar a trepar las paredes más altas poniéndo a prueba su increíble agilidad y audacia. En una oportunidad, "el negro", dirigió la demolición total de una vieja construcción abandonada que estaba en la calle Portugal. Esta travesura, quizás la máxima del pequeño "negro", fué noticia en uno de los diarios de aquella época. Recuerdo que con los hermanos Kairuz, íbamos muy seguido al cine, generalmente a ver las de "acción" que se exhibían en función continuada. Muchas de esas películas influenciaban notoriamente en la mente de "el negro" que a la hora de las peleas, siempre iba al frente como un gladiador sin temer a nada ni nadie. Los "combates" callejeros protagonizados por el "negro", la mayoría de las veces, se desarrollaban en las inmediaciones del llamado "Palihue Chico" una villa de emergencia muy temida que ocupaba una amplia extensión en calle Belgrano al 700, donde el arroyo Napostá era la "frontera" que dividía el sector. De un lado, habitaban los pudientes y en el otro, los "marginales" de aquellos años. La villa "Palihue Chico", fué erradicada completamente en la década del 70.
Viene a mi mente un episodio insólito que le tocó vivir o sufrir a Guillermo. Esto ocurrió, cuando concurríamos a las clases vespertinas de catecismo que nos daban en la Iglesia San Luis Gonzaga, y que eran necesarias y obligatorias para que tomemos la primera comunión. En aquel tiempo, la calle Espora donde aún está ese templo, no contaba con asfalto y cuando llovía, se juntaba tanto barro que para cruzar de una vereda a la otra, a modo de pasarelas improvisadas solían ponerse tablones. En la iglesia, acostumbraban a servirnos chocolate con bollitos y a esos encuentros o recreos, asistía un 90% de chicos provenientes de la villa "Palihue Chico", que olían muy mal y se percibía a gran distancia la falta de baño, jabón y desodorante. Un buen día, Guillermo no resistió el "tufo" insoportable y comenzó a vomitar pidiendo a gritos que lo saquen de allí cuanto antes. Los padres de los hermanos Kairuz, eran Juan y Tita. Juan, además de ser comerciante, también militaba en el partido Radical y cumplió funciones como Diputado durante el gobierno del Dr Arturo Illia. Siempre recuerdo a Tita, como a la madre ideal. En aquellos años, tener soldaditos de plomo, eran el valioso tesoro de cualquier chico de clase media. En una oportunidad, Tita y Juan, habían regresado de un viaje a Brasil y cuando fuí a saludarla, me entregó una caja y me dijo: "Tomá Pipo, esto es un regalo para vos". Cuando la abrí, en esa caja había un tanque, soldaditos y un cañón de juguete, todas réplicas originales norteamericanas y de la codiciada marca de juguetes "Dinky Toys". Con esta actitud, Tita me estaba demostrando que yo era para ella como un hijo más. Cada vez que iba a su casa, me recibía con su clásica sonrisa y además de ser una mujer muy coqueta, infaltablemente a la hora de "tomar la leche", solía colocar prolijamente sobre la mesa las exquisitas tortas y masitas caseras que ella misma preparaba. Lamentablemente, Juan Kairuz, pudo disfrutar muy poco de la casa de la calle Portugal, recientemente construída y que tanto había soñado para su familia. Aquellos tiempos audaces iban quedando atrás, nos íbamos haciendo adolescentes y los caminos de la vida nos separaron por un tiempo. No muy lejos, estaban los recuerdos de las intrépidas e inocentes "hazañas" de la infancia, las revistas "Mejicanas", "Patoruzú", el cine "matinee", el kiosco del señor Panero, que estaba instalado frente al Teatro Municipal y todo lo que formaba parte de la hermosa e irrepetible edad de los asombros. Los hermanos Kairuz, terminada la secundaria, se fueron a estudiar a Capital. Juan, su padre, falleció a una edad temprana y ellos ante este sorpresivo revés del destino, regresaron a Bahía para hacerse cargo del negocio que su padre tenía en calle Undiano. Carlos, "el negro", seguramente pudo haber sido un excelente abogado y Guillermo, un político exitoso. Con los años nos reencontramos y ellos, además de alentarme a que yo instale mi propia agencia publicitaria, también fueron mis incondicionales garantes durante todo el tiempo que estuve en actividad. Los hermanos Kairuz, en un momento, se destacaron como dos jóvenes empresarios que se adelantaron al tiempo. Los negocios que emprendían, además de inteligentes, eran sumamente revolucionarios para la época. Carismáticos y visionarios dejaron una huella de su paso por el mundo empresarial con emprendimientos muy importantes como el edificio "Monumental", "Galería Paseo del Angel" y el country "Pago Chico", una obra de anticipación que hoy muestra en la arquitectura de las muchas viviendas allí existentes, los resultados de muchos años de esfuerzo y sacrificio empleados para transformar ese predio en un hermoso ámbito pleno de belleza natural y recreación. Aunque nos vemos de tanto en tanto, ellos están incorporados a mi existencia como genuinos "amigos de fierro". "El negro" e "Isidoro", al igual que sus padres Juan y Tita o sus adorables tías porteñas; Serafina, Sara y Rosa unas "turcas" maravillosas y fuera de serie, que vivían con su hermano Ramón, un auténtico "Play Boy". Incorporo a mis sentimientos del ayer las figuras de Tita Redivo Y hoy a una madura y vital Graciela, esposa, compañera y el amor de siempre del "negro" que lo apoyó incondicionalmente en las buenas y las malas, fueron y serán hasta el fin de mis días, seres humanos únicos y queridos que además de las hermosas vivencias compartidas, me ofrecieron incondicionalmente lo mejor de sí, tanto en mi infancia como en los distinos tiempos y circunstancias que posteriormente nos tocaron protagonizar.

martes, 18 de marzo de 2008

Historias de Radio, homenaje a la querida LU3 Radio Del Sur.

Me he dado cuenta que a medida que voy escribiendo aspectos de mi vida en este blogspot, he dejado pasar algunos de los inolvidables momentos que sucedieron durante el tiempo que trabajé en LU3 Radio del Sur, una emisora legendaria de Bahía Blanca, que marcó durante más de 50 años una historia muy importante en el aire AM de la ciudad. Esta querida radio, aún funciona en calle Lamadrid 116, en el mismo edificio donde vivió el ilustre escritor Eduardo Mallea. LU3 tuvo su largo e importante momento de gloria y llegó a tener una programación amena y de gran penetración popular que contaba con la participación de excelentes locutores, animadores, periodistas y hasta el popular radioteatro de Mario Mauret. Esas voces sumadas a un estilo propio, marcaron una época inolvidable en la preferencia de los oyentes de la ciudad y zona. Al igual que LU2, LU3 Radio del Sur, supo conquistar una importante e incondicional audiencia. Desde hacía mucho tiempo, LU3 se había convertido en la segunda emisora de Bahía Blanca. Personalmente nunca tuve en claro quien o quienes eran los legítimos propietarios de la radio, aunque sí tuve la posibilidad de conocer a mucha gente que trabajaba allí desde hacía muchos años y que más allá de las incertidumbres que generaban las distintas direcciones, problemas financieros y medios técnicos limitados, el personal que permanecía en la radio, ponía lo mejor de sí para que LU3 siga saliendo al aire. Cuando Oscar "Bibi" Coleffi fué nombrado gerente de la emisora, me convocó para conducir nuevos programas, lo primero que me anticipó con su clásica frontalidad fué cuando me dijo: "Pipo, te necesito. Quiero hacer cosas nuevas, pero no hay un mango, solo te puedo pagar con segundos de publicidad". "Bibi", fué una persona muy importante en mi vida, ya que en una cena que compartimos en el pequeño departamento de calle Zeballos que en nuestros comienzos habitábamos con Elvira y Virginia, "Bibi", fué el primero que nos convenció plenamente para que no dudemos en montar nuestra agencia de publicidad. Inmediatamente acepté la oferta de mi amigo Coleffi. Siempre tuve claro que en este trabajo, la mayoría de las veces no queda otra que arriesgarse. Hay 3 ciclos que hice durante ese paso por LU3 que recuerdo con muchísimo cariño. Ellos son: "Desde el Jardín" , "Viva La Gente" y "Sabor a Vacaciones". Corría el año 1985, y Coleffi, me presentó a un chico llamado Sandro Romay, que en ese momento estaba haciendo relatos deportivos y tenía ganas de iniciarse en la conducción de programas. Con Sandro, nos subimos de inmediato a esos desafíos que se emitían en tira diaria y en horario vespertino con un éxito sin precedentes. Romay fué el único co-conductor que "pescaba" de inmediato cuales serían mis ocurrencias y podía improvisar facilmente o seguirme con mi mismo o mayor ritmo en cada entrega en vivo. Siempre reconoceré la capacidad profesional de Sandro, ya que juntos, en esos ciclos, logramos una dupla similar y salvando distancias, a las que oportunamente formaron Jerry Lewis y Dean Martin o Dolina y Stronatti.
En estos envíos también tuvo una destacada participación nuestra hija Virginia quién tuvo a su cargo el prolijo manejo de la producción telefónica. Ningún programa radial que pretenda ser ágil y espontáneo puede hacerse sin el respaldo de un buen operador de estudio. En estos contenidos operó un casi niño "Piquito" De Cunto, que lograba verdaderas genialidades todas las tardes. La locura auténtica de "Piquito", muchas veces solía llegar a límites insospechados. Durante uno de los programas, hicimos un homenaje a los ex intendentes Bahienses. El clima en el estudio era de gran seriedad y respeto, porque allí estaban los hombres que habían dirigido oportunamente los destinos de la ciudad. Para llevar adelante este envío especial, convocamos a Eduardo Cenci, una gran persona y excelente periodista. "Piquito" tenía la increíble habilidad de convertirse en "bola humana" y esto lo lograba gracias al manejo de su anatomía. Estábamos en medio de la entrevista con los ex intendentes, cuando la "bola humana" entra sorpresivamente al estudio. "Piquito", no tuvo mejor idea que poner a prueba su destreza en ese programa. Se había quedado en calzoncillos y a gran velocidad iba y venía rebotando de pared a pared. Los invitados quedaron mudos. Estábamos en el aire y la escena era más que insólita. "Piquito" no paraba de hacer de pelota viviente y esto lo divertía y potenciaba sobremanera. En "Viva la gente", a Sandro y a mí, se nos ocurrió inventar la presencia de un helicóptero y anunciamos que el programa contaba a partir de tal día con la presencia de un aparato Sea King, "adquirido" por la producción y que todas las tardes recorrería la ciudad buscando noticias o entrevistas. El sonido del supuesto helicóptero lo logré grabando el ruido extraño que generaba un viejo lavarropas que teníamos en mi casa. Una tarde, mientras el imaginario helicóptero estaba a punto de despegar de la terraza de la radio, "Piquito" comenzó a hacer señas incomprensibles y desesperadas desde su puesto en el control. Lo único que repetía era: "Ché paren con el helicóptero, se armó quilombo con la base". Cuando estuvo un poco más calmado, nos contó que efectivamente habían llamado desde la Base aeronaval Comandante Espora diciendo que de ninguna manera podíamos poner un helicóptero en la ruta de los aviones, porque esto significaba un peligro para el tránsito aéreo. "Piquito", no exageraba, hicimos un llamado a la base y en efecto, nos atendió un oficial que realmente había creído que teníamos un helicóptero en el aire. Aclarado el malentendido, en común acuerdo, decidimos parar con la joda del helicóptero, porque ya no tenía gracia.
Antes de cerrar esta historia de radio, quiero recordar a otros amigos queridos que transitaron por LU3 Radio del Sur, ellos son: Vicente Levantesi, Osvaldo Linares, Mónica Celave, Delia Kauffman, Mario Gerlini, Pablo B. Serrat, Esteban OlivioQuaglia, Gustavo Daich, Federíco Fernández, "Manolo" Belza, "Charlie" Araque, Susana y su hermano Carlos "tuerca" Simonetti, Gustavo Gabí, Rubén Coleffi, Elio Sieli y Estéban Dobal son algunos de los nombres de personas entrañables que recuerdo con gran cariño y respeto.
En mis distintos viajes a Bahía, mi ciudad natal, solía entrar al viejo edificio donde está LU3 y aún podía sentir la magia que habita en cada uno de los rincones de la casona. Magia de radio que al igual que la "Bella Durmiente", está esperando el "beso milagroso del príncipe encantado" para despertar y volver a brillar con la intensidad que merece.

domingo, 16 de marzo de 2008

Triste y Solitario Final de "LA COMADREJA".

Hasta el fin de mis días, sostendré que los ciudadanos Marplatenses son excelentes personas que permanentemente se ven defraudadas por "aves de paso" que llegan a esa hermosa y atractiva ciudad provenientes de distintas partes del país, pero la mayoría llega de Capital Federal. Muchos gerentes de empresas o encargados, solían arribar a la "Feliz" omnubilados por la belleza natural de esta amplia urbe costera y pretendían "exprimir" al máximo en su propio provecho los 2 ó 3 años que debían permanecer en sus cargos transitorios. Con "La Comadreja", calculo que pudo suceder lo mismo. Ella quería tener su minuto de gloria en un medio complejo como la televisión y creo que de TV, apenas sabía cómo manejar el control remoto. Yo fuí una verdadera víctima de la nefasta y oscura "Comadreja" . Muchos sobrevivientes de aquellos años de su gestión intrascendente, pueden certificarlo, pero eso no me convirtió en mártir, porque ante el estado de cosas y el perjuicio económico y anímico que me causaba la actitud enfermiza de la "Comadreja", bien podía haberme ido del canal o rendirme finalmente a sus caprichos y soberbia extrema. Tanto yó como mi pequeño equipo de colaboradores, seguimos resistiendo como pudimos al "ninguneo" de esta mujer. Mientras tanto, en la avenida Juan B.Justo, los negocios y fábricas de sweters y camperas iban cerrando a velocidad increíble, llegando a convertir esa zona en un páramo triste y desolado.
En el puerto, los tradicionales pesqueros, arrasados por la tecnología de los buques factoría extranjeros que pescaban a gusto y discreción en nuestras propias aguas, se iban pudriendo al sol y casi 100 mil trabajadores de la pesca pasaron a ser desocupados.
Un buen día, algo sorpresivo sucedió en el canal y la "Comadreja" fué despedida en pocos minutos. La "reina" de la TV de cabotaje, había sido derrocada. Ya sin el esplendor de su trono endeble, pasó a ser una paria a la que nadie decía conocer.
A "rey muerto, rey puesto" y de un día para otro, todos los alcahuetes unisex que conformában el mediocre séquito de la "Comadreja", empezaron a rondar por el edificio del canal buscando la simpatía y aceptación de las nuevas autoridades. Una mañana, recibo el llamado de dos auditores de ese medio pidiéndome almorzar conmigo. Fuimos a un restaurante de la costa, eran dos muchachos jóvenes con aspecto de "yuppies" y querían saber porqué la "Comadreja" me había hecho una guerra tan incomprensible y estúpida. Ellos sabían absolutamente todo y estos datos los habían obtenido por parte de viejos empleados confiables del canal.
Me pedían que escriba una acusación firmada para sumarla a una o varias causas que los propietarios de la empresa le iban a iniciar. Confieso que tenía todas las pruebas necesarias para hundir definitivamente a la "Comadreja", pero no quise hacerlo. Me negué rotundamente, solo les dije: "Que Dios se apiade de esta pobre mujer".
Aún hoy, a través de buenos amigos que tengo en Mar del Plata, me llegan noticias relacionadas con "sicarios" ya destituídos de la época de la "Comadreja" donde confiesan sentirse arrepentidos de injustas decisiones que habían tenido que tomar para conmigo y como excusa vulgar, agregaban: "Eran órdenes de arriba, nos vimos obligados, éramos nosotros o Pipo".
Por último, la "Comadreja" se encerró en un pequeño departamento, donde pasaba horas interminables mirando por la ventana. Fuí a verla un par de veces y sentí mucha lástima por ese ser tan mezquino que tanto daño gratuito me había causado. En esas 2 oportunidades le hice saber que se quede tranquila porque yó no accionaría en su contra. Creo que esa fué la última vez estuve con la "Comadreja",que en una actuación poco creíble, me pidió perdón por sus procederes,
Al irme del edificio, en esa fría tarde de invierno pensé: ¿Que habría hecho otro tipo en mi lugar? ¿Porqué me salió el perdonar a esta mujer de mierda? Pensé en los males que el odio y el rencor provocan en el cuerpo y el alma. ¿Que me estába pasando?. Al cruzar la calle miré hacia lo alto e imaginé a la "Comadreja" con sus ojos pequeños y su mirada de hielo preguntándose: ¿Que habré hecho mal, porqué me sucedió esto y porqué éste, que es el tipo que más perjudiqué es el único que vino a compadecerse de mí?

LA "COMADREJA" Parte 1.

La "Comadreja" es el apodo que le puse a una mujer que oportunamente había sido designada como directora del canal de Alejandro Romay. Solo estuve con Romay en dos oportunidades. Una de ellas cuando ordenó armar el estudio de "TV Juegos" y en la gran cena donde reunió a todos los que trabajábamos en Canal 10, para anunciarnos que vendería ese medio Marplatense a una empresa multinacional. La "Comadreja" no entendía nada de televisión, pero sí de todo lo relacionado con el manejo de dinero. Ni bien la conocí, me dí cuenta que inevitablemente tarde o temprano, tendría que enfrentarme con ese extraño personaje y también sabía que sería yo quien llevaría las de perder. A ella le caían muy bien los empleados que jugaban de "agradables" y ni hablar de los nuevos y obsecuentes "amigotes" que día a día concurrían a su opulento despacho a hablar durante horas de distintas estupideces o chismes baratos. La "Comadreja", además de creerse omnipotente era la típica mujer avara que en algún punto pone al descubierto y desnuda sus propias miserias humanas, la causa de sus odios, ignorancia, codicia y principalmente el porqué de su soledad. Esta mujer no podía entender cómo diablos hacía yó, que no contaba con una mínima estructura para sostener pautas publicitarias provenientes de cuentas importantes que confiaban en mi creatividad, hecho que indiscutiblemente les brindaba resultados. Por todos los medios intentó que yo formara parte de su entorno de cortesanos alcahuetes. Tampoco entendía mi actitud de tomar prudente distancia y limitarme a producir para mantener a los escasos anunciantes que iban quedando en la era del "uno a uno", la peor época de Mar del Plata. En ese tiempo nefasto, se calculó que aproximadamente 80 mil habitantes ante la falta de trabajo y mínimas oportunidades tuvieron que emigrar hacia europa y EE.UU viendo a Ezeiza como la única salida. A todo esto, la "Comadreja", no tuvo mejor idea que "multarme" por mi eficacia y cumplimiento e inexplicablemente ordenó que se bajen considerablemente mis comisiones de productor. En ese tiempo crítico, donde nadie parecía darse cuenta que el país además de malvenderse, tampoco generaba nada, mucha gente se enriqueció, viajó y disfrutó gracias a los beneficios provenientes de la venta de las "joyas de esa bendita abuela llamada Argentina" y la "Comadreja", para no ser menos, también habitaba cómoda en esa burbuja de flatulencias que tanto daño causó a este castigado y estafado páis. Resistí a su bloqueo durante mucho tiempo y juro que jamás subí a lamerle el traste. Como siempre, esperé en silencio a que Dios ponga las cosas en su justo lugar. Durante la dictadura de la "Comadreja", yo y mi pequeño equipo de colaboradores producíamos más que los inservibles vendedores del canal y las pocas agencias publicitarias que aún se mantenían a flote.
En una oportunidad con Julio Aro, Gerardo, Patricia, Horacio Tarodo y Elvira, decidimos organizar un evento para elegir a "Mini Miss Mar del Plata".Le ofrecí a la "Comadreja" asociarse en la producción, solo poniéndo el aire ocioso del canal. Me escuchó unos 15 minutos y mirándome fijamente me dijo: "Eso...Va a ser un fracaso. ¿Quién iría a ver una elección de nenas? Fiel a mi estilo, tomé en contramano una vez más y en esa elección inolvidable , asistieron al Hotel Hurlingam 1800 personas. Unas 400 no pudieron ingresar porque peligraba la resistencia del primer piso ante el peso de tanta gente. Este exitoso festival solo fué promocionado en el programa "TV Juegos".
Al día siguiente, fuimos con Julio Aro a darle el detalle de lo recaudado a la "Comadreja". Fué la única vez que ví un pequeño brillo de vida en sus ojos. Pensé: "Que bueno, al fin está contenta", pero me había equivocado porque al ver la planilla solo dijo: "Los felicito, ¿Todo esto recaudaron?". Sí señora, le respondió Julio Aro. "Okey, entonces me corresponde la mitad, porque toda esta gente fué gracias al canal" dijo la "Comadreja" sin inmutarse y comenzó a contar la plata.

3 de Octubre de 1991, Hasta pronto querido viejo Víctor. Te voy a extrañar.

Después del accidente cerebro vascular que había sufrido mi viejo, y de acuerdo a los pronósticos de Claudio, el neurocirujano y "Negrita" , los 3 años de sobrevida estaban a punto de cumplirse. En este punto me reservo relatar algunos episodios que Elvira, Virginia y yo compartimos con Víctor, que como anteriormente conté, se había convertido en un querido amigo y compinche. Esa relación felizmente despertó a partir del nacimiento de Virginia, y con el tiempo se fué fortaleciendo cada vez más. Aprendí a aceptar a mi viejo tal cual era, ya que detrás de su aspecto de duro, guardaba la inocencia y las travesuras propias de un niño grande. La sensibilidad y el amor de su chico interior lo volcó íntegramente a Virginia, su primera nieta a quién le dió todo y mucho más. El viejo contaba con una inteligencia natural y capacidad suficiente como para crear desde una batería para automóviles de duración casi eterna, armarme con madera, una réplica exacta de una ametralladora Thompson con cargador redondo o un avión bombardero B-17 en miniatura hecho con hojalata. Durante un tiempo se dedicó a fabricar acumuladores con su propia marca llamada "Comet" que vendió exitosamente y le daba buen rédito económico. Pero a Víctor la plata le quemaba los bolsillos y disfrutaba el día a día, haciéndola circular con el desprendimiento propio de la bohemia que lo caracterizaba. Felizmente pudimos hacer varios viajes con él que en realidad eran búsquedas de su pasado o lo que quedaba del mismo. Virginia podía poner una juguetería con todos los regalos que le hacía su abuelo. Tanto yó como Elvira conocíamos aspectos muy privados sobre sentimientos suyos relacionados principalmente con lo difícil que había sido su adolescencia y las huellas que las carencias materiales y afectivas marcaron su vida. Un año antes de su muerte, me pidió que le escriba un discurso de despedida. Quería que lo memorice y lo diga en el momento de su entierro y ante el público presente. A medida que se lo iba relatando me corregía algunas cosas y finalmente lo aprobaba diciéndome: "Está bien, este último me gusta, dejálo así ese es el que quiero".
Podría escribir muchos capítulos de las historias de Víctor, el coleccionista de tangos de Gardel que también con su memoria prodigiosa podía decir con exactitud a que hora y día, el "zorzal" había grabado tal o cual tango y de ahí pasar a relatar y escribir con su caligrafía perfecta e increíble precisión la apasionante "Historia de la Aviación Naval Argentina".
El viejo era muy capaz, pero lamentablemente no había conseguido encontrar su "lugar en el mundo" y se culpaba a sí mismo de no haber aprovechado ciertos momentos o no estar a la hora indicada en la estación por donde pasaba el tren de las oportunidades. Sí puedo asegurar que era un tipo sumamente divertido, bromista, ocurrente, autodidacta, muy querido por mucha gente e incapaz de joder a nadie. El tiempo vaticinado pasó demasiado rápido y una tarde, estando en la radio animando mi divertido programa de la tarde, me avisan que Víctor había sufrido un ataque y estaba internado en terapia intensiva. Mucho me costó llegar al final del programa. En mi ambiente siempre se habla sobre eso de "La función debe continuar". Esto, lamentablemente lo pasé en varias oportunidades y no se lo deseo a ningún colega. Yo sabía que mi viejo estaba grave y tenía que llegar como sea hasta lo último con el mejor ánimo, bien arriba y en lo posible, lograr que el oyente no se dé cuenta que el conductor está mal.
Terminé mi trabajo y recuerdo que al salir de la radio, una señora que estaba en la vereda me dice: "Pipo, que divertido sós, se nota que vos no tenés problemas".
Solo le sonreí amablemente y salí "volando" de la radio. Iba en un taxi y en el trayecto me acordé que debía pasar por el estudio de Ricardo Pollera para ponerle un cierre de audio a un video que debía entregar urgente al canal.
A los pocos minutos de estar en el estudio, recibo un llamado de mi hermano Jorge, donde me cuenta que estaban operando al viejo. Los muchachos de la productora trabajaron a mil para que pueda terminar rápido y salir urgente hacia Bahía. Estaba a punto de retirarme del edificio cuando en este llamado Jorge me hace saber esta vez que Víctor no había logrado salir de la operación y había fallecido a causa de un aneurisma de aorta.
Jamás olvidaré que Ricardo, al verme llorar me abrazó con fuerza y me dijo: "Hermano, Tito (su chofer) te va a llevar a Bahía en el Mercedes, vos no manejes y lleváte este dinero para lo que haga falta". No acepté los generosos y sinceros ofrecimientos de Ricardo y opté por viajar en el auto de Ernesto Figueroa, que era mucho más confiable y veloz que el Taunus que yo tenía entonces.
Esa noche de Octubre, ese viaje a Bahía fué una verdadera pesadilla, ya que estaba lloviendo torrencialmente y apenas podía distinguirse la ruta a causa de la densa niebla. Cuando llegamos a la empresa donde estaba mi viejo a los primeros que ví fué a mi tío Osvaldo que estaba junto a José "Titi" Trillini , subgerente de LU2 y Jorge Tirabasso, el gerente artístico de esa emisora. Recuerdo que posiblemente por causa de los nervios o la impotencia, lo único que se me ocurrió decir fué: "Viejo, sos un boludo, ¿porqué te fuiste sin darme tiempo?".
El velatorio de Víctor estaba lleno de gente. Habían concurrido muchos amigos míos que permanecieron en respetuoso silencio y ví también a políticos, responsables de medios de comunicación, vecinos, parientes, etc.
Con Virginia optamos por quedarnos solos dentro de una habitación pequeña que existe en la sala velatoria. A los pocos minutos de estar alli, tanto mi sillón como el de ella, comenzaron a moverse inexplicablemente. Virginia me miró al tiempo que me dice: "¿Viste? Son señales del abuelo, se está divirtiendo con nosotros". Ambos sentimos como se sacudían esos muebles y esto duró solo un par de minutos.
No nos sorprendió ese episodio. Contrariamente yo sentí una gran sensación de paz y nos dormimos hasta que amaneció. Indudablemente, aquello, para nosotros no era ningún fenómeno, sino una manifestación, donde Víctor, desde algún plano superior nos hacía saber que estaba bien. Esa misma mañana, en un cementerio privado y tal como le había prometido, pronuncié las palabras de despedida ante una respetable cantidad de personas y al terminar les pedí un fuerte aplauso para Víctor, el bohemio, el tanguero a ultranza, el bromista, el chico grande y travieso, el soñador y por sobre todas las cosas mi padre. Cuando estábamos a punto de salir del cementerio, yo estaba al volante y Virginia a mi lado. De pronto, una mariposa blanca y muy grande vino hacia nosotros. Se detuvo frente a mí, como en cámara lenta y se posó sobre mi mano izquierda y luego sobre mi pecho, del lado del corazón. Virginia tenía los ojos llenos de lágrimas y al ver a la bella mariposa blanca, con una sonrisa de tristeza exclamó: "Que lindo, el abuelo se está despidiendo".
Desde hace siglos, los humanos tenemos la esperanza de cuando llegue el momento de abandonar nuestro cuerpo enfermo y desgastado, los 21 gramos que pesa nuestro alma vaya a parar a un plano superior a éste. Todo dependerá supongo, de nuestros procederes. Y aún hoy, a Elvira y a mí, nos sucede que cuando estamos en La Plata, desde la radio surgen imprevistamente temas de Carlos Gardel. En Bahía,en el pequeño patio de nuestra casa, Elvira plantó una madreselva que a mi viejo le encantaba. Esa planta soportó durante muchos años nuestra ausencia y la falta de cuidados, pero cada vez que íbamos, las flores blancas aparecían mágicamente en cualquier época del año y como siempre, desde la radio, como señal de saludo surge el tango "Madreselvas en Flor" , que era y és el favorito de Víctor Palacio, mi padre, un personaje inolvidable.

viernes, 14 de marzo de 2008

Otra Historia de "TV JUEGOS" el programa en vivo de Canal 10.

Ya les relaté el insólito episodio de las chicas que ni bien comenzaron a cantar "Que vengan Los Bomberos", provocaron un incendio parcial y sin mayores consecuencias en el estudio de Canal 10, desde donde todos los sábados, se emitía "TV Juegos" en vivo. Otra historia muy "loca", nos ocurrió cuando un conocido grupo tropical Marplatense se acercó a la producción y solicitó una actuación donde presentarían su último CD. Dos semanas después, comenzamos a promocionar en todas las tandas de Canal 10 a este grupo. Llegó por fín el día esperado. Ese sábado, el estudio estaba repleto de gente que era fanática de los músicos bailanteros invitados. Estábamos en vísperas de navidad y un clima de alegría reinaba en el ambiente. En ese medio, trabajé muy cómodo durante 13 años y en verdad, disfrutábamos de todo lo que hacíamos. Anticipándose a la fiestas tradicionales, los muchachos de técnica habían comenzado a beber sidra desde muy temprano. Los artistas llegaron al edificio de la avenida Independencia a bordo de una Traffic e ingresaron con la actitud propia de super estrellas tropicales. El líder del grupo me dijo que se habían hecho ropa a medida exclusivamente para su debut en "TV Juegos". Los integrantes eran 7 más el representante. Todos tenían el cabello muy largo y prolijo. También vestían camisas con dibujos llamativos y colores fuertes. Antes de salir al aire pasaron por la sala de maquillaje y con mi productor dispusimos todo para que hagan su show. El representante me entregó el CD que contenía los temas inéditos que los músicos utilizarían para hacer el play back. Un asistente le entregó ese compacto en mano a Guillermo Peralta, el responsable de sonido del programa. "TV Juegos" ya estaba en el aire y comencé a presentar a los músicos uno por uno. La expectativa crecía entre el público presente que no paraba de aplaudir. De pronto y con gran sorpresa, empezamos a escuchar un sonido que nada tenía que ver con la cumbia programada. Los músicos que eran morochos naturales, comenzaron a transpirar copiosamente y a ponerse pálidos cuando se percataron que lo que se estaba oyendo no tenía nada que ver con lo que debían interpretar. Guillermo Peralta que había tomado demasiada sidra, estaba muy mareado o confundido y en lugar de enviar al aire el CD de los bailanteros, sin querer colocó en la compactera un disco de Phill Collins. Lejos de amilanarse, los del grupo tropical , le "pusieron el pecho a las balas" y sin dudarlo comenzaron a hacer la mímica del tema inglés que duró casi 8 interminables minutos. Mientras esto, que parecía parte de una pesadilla estaba sucediendo, todos los del equipo nos quedamos paralizados y sin atinar a nada. Con desesperación veíamos por el monitor del estudio cómo los bailanteros tocaban sus bongóes, timbaletas y otros elementos de percusión mientras el pobre cantante movía torpemente su boca intentando seguir la voz de Phill Collins. Yo pensé que los músicos, indignados por el papelón que habían hecho debido a un involuntario error de mi equipo, ni bien termine Phill Collins, romperían la escenografía a patadas, pero esto no sucedió y aunque me ocupé de pedir disculpas al aire y brindarles la posibilidad que sigan actuando durante 20 minutos más, estoy seguro que esos muchachos durante varios días, no se acordaron muy bien de nuestras madres.

jueves, 13 de marzo de 2008

SORTEANDO BOLSAS de HIELO POR LU6 en PLENO INVIERNO

Durante mi paso por LU6 Emisora Atlántica, Isauro Martínez y Eduardo Valdéz. los interventores de entonces, no dejaban de ofrecerme nuevos espacios en esa emisora. Además de "Queridos 60"la tira diaria de la tarde, también hacía un programa los sábados a la tarde llamado "Pipolandia" y otro a la noche con el título de "Sábado Show"En este este último envío, me acompañaba en la conducción Jorge Markoff, un conocido y respetado locutor y publicista Marplatense. Este programa comenzó en otoño y nos resultaba difícil conseguir auspiciantes para este horario, ya que las empresas que me apoyaban publicitariamente, solo pautaban en las tiras vespertinas que obviamente tenían mayor audiencia. Desde mis inicios en LU6, los anunciantes más fuertes que tenía eran supermercados Aragone y Pehuamar. El resto de las firmas eran comercios pequeños que aportaban el 50% en productos de canje que se utilizaban como premios para los oyentes participantes y la otra mitad se facturaba normalmente. El crudo invierno Marplatense había llegado y el programa "Sábado Show" que hacíamos los sábados a la noche y contaba con una gran audiencia, con la llegada del frío se había quedado con un solo auspiciante. Esta empresa se llamaba "Hielomar" y su propietario, desde mis inicios en esa radio, apostó decididamente a mi estilo de conducción. Lo recuerdo como a una persona de un buen humor constante y con una actitud muy positiva ante la vida. Con Markoff, le planteamos a los interventores de la radio que hacer "Sábado Show" nos demandaba mucho esfuerzo y escasa ganancia, ya que era imposible conseguir anunciantes para ese horario. El dueño de "Hielomar" quería que siguiéramos a toda costa y nos propuso auspiciar íntegramente ese programa, con la condición que los premios fueran bolsas de hielo (?). Era muy difícil tomar esa decisión, ya que teníamos que asumir un compromiso de continuidad y si bien el empresario , nos aseguraba la amortización del costo del programa, ¿Cómo resultaría sortear hielo en pleno invierno?. Markoff y yó, aceptámos el desafío y fuimos para adelante. El público participaba respondiendo preguntas a través del teléfono y si acertában, al instante ganaban una bolsa de hielo "Hielomar"En los primeros 5 programas todos los favorecidos, venían a buscar su premio puntualmente, hasta que en una oportunidad nos llamó un oyente del barrio "Los Troncos" y muy enojado nos pregunta si estábamos tomándole el pelo a la gente. Este hombre estaba saliendo al aire en directo y la conversación fué más o menos así:"¿Qué, esto es joda? ¿Se piensan que estámos en la prehistoria?, ¿Cómo van a regalar hielo?, yo tengo en mi casa dos heladeras grandes con freezer y ustedes quieren arreglarme con más hielo?". Markoff se quedó "helado", el oyente tenía razón, pero había que "sacarla al corner" e inmediatamente se me ocurre responderle: "Sí, estámos regalando hielo, pero "Hielomar" no es un hielo cualquiera, porque tiene varias propiedades, entre ellas vitamína A, B, C, Betacaroteno, Ginseng , componentes afodisíacos, etc etc. Se hizo un breve silencio y finalmente el participante responde: "Está bién, está bién, me convenciste, ahora voy a buscar mi bolsa de hielo". A los 15 minutos, en una insoportable noche de frío y lluvia el ganador, abrigado con una gruesa campera, envuelto en una bufanda, con gorro y guantes de lana incluídos, ingresó al hall de la emisora y muy contento se llevó su bolsa conteniendo el supuesto "hielo potenciado".

JULIO ARO, el SOLDADO de MALVINAS

Como ya relaté anteriormente, Mar del Plata, me adoptó en muy pocos meses y tuve grandes satisfacciones, no solo en lo profesional, sino también a nivel personal. Entre las muchas buenas personas que conocí en la "Feliz", quiero destacar a Julio Aro, un excelente muchacho que había combatido en la guerra de Malvinas y aún cargaba sobre su alma con las secuelas de lo vivido durante la batalla de las islas.
Julio se movílizaba en su moto de pequeña cilindrada e infaltablemente llevaba puesto un viejo casco de color negro. Muchos chicos Marplatenses, habían estado allá. A Julio, lo habían destacado a operaciones en la pista de aterrizaje de Puerto Argentino (la única que funcionaba para el aterrizaje y despegue de nuestros aviones) y era el blanco más castigado por los incesantes bombardeos de la armada inglesa.
Durante el tiempo que duraron las acciones, cientos de misiles, bombas y granadas estallaron en la pista y sus alerededores. Los soldados afectados a la reparación de los hoyos de bombas, tenían la misión de rellenarlos y repararlos en contados minutos y en ese intento, se exponían al constante fuego enemigo, ya que los ingleses querían anular la pista a toda costa.
En más de una oportunidad, Julio solía quedar con su mirada perdida y los recuerdos, volvían a su mente por algunos segundos interminables. En esos "lapsus", nos aseguraba que veía las imágenes de los compañeros heridos de su batallón. Algunos gritando de agonía y pidiendo auxilio, otros yacían muertos y lo que más le dolía y angustiaba era recordar cuando debían cargar con el cadáver destrozado de algún compañero o amigo de Mar del Plata.
Julio estaba casado con Silvia, una chica excepcional que se había recibido de abogada y empezaba a abrirse paso en su profesión. A Julio le resultaba muy difícil conseguir un trabajo en su propia ciudad. No tenía pretensiones, solo quería un ingreso mínimo que le permita colaborar en su modesto hogar. Por entonces, él era otro de los mal llamados "Loquitos de Malvinas" y se lo pasaba repartiendo currículums sin obtener respuesta alguna. En una oportunidad me comenta que un diputado, durante uno de sus estúpidos discursos de retaguardia, había prometido públicamente darle a los ex combatientes un local para que allí funcione su centro y también una cierta cantidad de vehículos habilitados como taxis, que servirían para que "los chicos de la Guerra" se ganen la vida dignamente.
El tiempo iba pasando y ninguna de las promesas del diputado se cumplían. Una mañana, Julio, apareció en casa acompañado por varios de sus compañeros y con tristeza y preocupación me contaron el problema. Les pedí una foto del político e hice una caricatura del personaje donde se lo veía en una playa, rodeado de chicas, bebiendo, mostrando su prominente barriga y con un broche en la boca. Este dibujo tenía un texto que decía: "Calláte bocón, dejá de jugar con el sentimiento de los que pusieron los huevos". Hice imprimir unos 30 mil volantes en blanco y negro, que en la portada mostraban la agresiva ilustración y en su interior, un relato llamado "El pozo del Zorro". "El pozo del Zorro", contaba las duras vivencias de los soldaditos de 18 años que pasaron varios días en medio del frío, la soledad, el hambre y el miedo. Soldados que aún eran niños y tuvieron que crecer de golpe frente a la adversidad de aquella contienda. Los que volvieron se encontraron con un país que les dió la espalda, simplemente porque habían perdido una guerra que ellos no buscaron. Esta invasión de volantes y afiches que fueron vistos por toda Mar del Plata, incluyendo al diputado, resultaron de gran efecto, porque en solo una semana, convocó a los "ex combatientes" e hizo efectiva su promesa. Hoy Julio Aro y varios de sus camaradas del frente, se ganan el sustento a bordo de sus propios taxis y tienen su Centro de Veteranos cerca del edificio del Casino Marplatense. Dicen que una palabra vale más que mil cañones, en este caso, con una simple y mordaz caricatura del "bocón arrepentido", sucedió lo mismo, porque del ridículo no se vuelve.

"TV JUEGOS" en Canal 10 de Mar del Plata.

Mi fuerte siempre fué la radio, porque es un medio "mágico", donde el sonido moviliza la imaginación del oyente. La televisión en vivo tiene grandes limitaciones y cualquier error que surja es difícil de reparar en el acto, porque cualquier programa requiere del trabajo de mucha gente, un verdadero equipo que debe estar sincronizado e involucrado con el producto. Alejandro Romay, conocido como "El Zar" de la TV, había comprado Canal 10 de Mar del Plata y este exitoso empresario de larga trayectoria en los medios, tenía muy en claro que debía fortalecer esa pantalla con contenidos locales. Los nuevos directivos del canal, me proponen hacer un programa de entretenimientos para emitirlo los sábados a la tarde. Como homenaje al exitoso ciclo que había llevado a cabo en Canal 9 de Bahía Blanca, decidí ponerle "TV Juegos". Entre camarógrafos, productor, sonidistas, iluminadores y asistentes, colaboraban en ese envío unas 15 personas. Alejandro Romay en persona, en una de sus visitas al canal, decidió hacer un estudio nuevo destinado a este programa. Para ello, se utilizó un depósito ocioso destinado a guardar viejas escenografías que daba a la avenida independencia. Con mucha rapidez, se pusieron a trabajar albañiles, pintores, carpinteros y electricistas que en solo 15 días armaron en ese espacio practicamente derruído, un estudio nuevo. Mi idea era conducir ese programa con la misma espontaneidad que empleo como animador radial. "TV Juegos" salió al aire con muchos premios y una importante pauta publicitaria. A los habitantes estables de Mar del Plata, les encantan los programas televisivos locales, aunque en realidad si éstos se emiten en canales de aire, generalmente no son un buen negocio y hay que conseguir muchos auspiciantes para cubrir los altos costos de producción y emisión. "TV Juegos" se fué transformado en un programa tan visto como insólito y nos sucedieron realmente tantas cosas extrañas que los televidentes pensaban que estaban preparadas. En el estudio, había lugar para que se sienten unas 60 personas. Público integrado principalmente por familias, que venían a ver el programa en vivo y debían tener un número de acceso que se entregaba anticipadamente, ante el interés que despertaba el programa.
En una oportunidad vinieron a actuar unas chicas muy esculturales acompañadas por un cantante y 4 músicos que a toda costa pretendían querían hacer sus temas en directo, algo muy difícil porque el sonido de las bandas generalmente sale mal, muy desprolijo. No hubo caso de convecerlas de hacer play back y no tuvimos otro remedio que salir en vivo. Iniciaron su show con el tema "Que vengan los Bomberos" . Repentinamente, en un sector del estudio, se produce un chispazo seguido por una llama que se iba haciendo grande a medida que se incendiaba una espesa cortina que utilizábamos como soporte acústico. En ese momento yo estaba frente a una cámara que manejaba el inolvidable y querido "Beto" García, uno de los mejores camarógrafos que tuvo "La Feliz". De reojo, alcancé a ver las llamas y el humo que invadía el estudio, pero "Beto" no aflojaba y seguía apuntándome con su cámara encendida. El incendio estaba saliendo al aire. También podía escuchar que los asistentes estában evacuando al público presente y oía el sonido de los matafuegos. "Pepe" Grégori estaba oficiando de director general de cámaras y pienso que el hijo de mil, estaba esperando el momento preciso en que las llamas me quemen los testículos o el traste para cortar e ir a "placa cero", cosa que recién hizo cuando el humo se hizo tan espeso que parecía que estábamos transmitiendo desde un banco de niebla. Nunca más volví a ver a las chicas que cantaban "Que vengan los Bomberos"que ese sábado vinieron en serio y en en contados minutos.

martes, 11 de marzo de 2008

El maravilloso Mundo Espiritual.

A principio de los 80, tuve la suerte de conocer a Clotilde, "La Negrita" Un ser excepcional que tal como relaté antes, tuvo intervención directa en la recuperación del accidente cerebro vascular que mi padre había sufrido. No es fácil tocar el tema del espiritismo o la existencia de "otras vidas" con gente común, estructurada o de escasa amplitud mental. Yo mismo era un descreído absoluto, hasta que pude comprobar y documentar sucesos inexplicables para la ciencia humana. Siempre me pregunté: ¿De cuantas vidas anteriores provengo?, ¿Porqué puedo dibujar comics o hacer retratos de personas, escribir historias, guiones, obras de teatro, animar un programa sin libreto durante 5 horas en vivo, crear publicidad en pocos minutos y también componer música? ¿Porqué todo lo que hago como creativo funciona?. A esta altura de los acontecimientos, he llegado a la conclusión que no soy un genio, ni un elegido, simplemente un "receptor". Esas señales las recibo seguramente desde otros planos superiores como un regalo celestial. Jamás estudié nada de nada. Desde chico, me consideré alérgico al "olor" a banco de colegio, los libros de matemáticas, geografía, educación cívica, etc. Solo me interesó la historia de las distintas y aberrantes guerras que se sucedieron en el mundo a partir de 1914. Este tema y los comics, al igual que las biografías de los dibujantes, sobrecargan mis bibliotecas y no me canso de releer un material que he coleccionado con esfuerzo y dedicación durante toda mi vida. Estoy convencido que esta existencia es solo un paso, un tramo que abandonaremos en el momento que Dios así lo disponga. Momento sorpresivo que puede tocarnos a cualquier edad, ricos, pobres, feos o lindos. Concretamente nada es para siempre y quién crea estar seguro, es un necio o un soberbio. Nacemos sin garantías y en mi caso, solo trato de ser una buena persona. Prefiero joderme a mí mismo y no provocarle el mínimo daño al prójimo. "Negrita", mi hermana espiritual, me ayudó en extremo a superar dificultades de todo tipo. Ella tiene la facilidad de escanear cualquier pensamiento, pero más allá de sus virtudes, "Negrita" es una mujer muy divertida y cada vez que nos reunimos, juntamos energías y solemos "llorar de risa". En alguna oportunidade le pregunté: "Negrita",¿Porqué con tanta capacidad no soy rico?. Ella , con su sonrisa tan particular me respondió: "Dejáte de joder, ¿acaso Cristo, el Rey de Reyes era rico? Vos sos inmensamente rico en dones. Además sos libre y siempre tuviste la fortuna de hacer lo que se te dé la gana, no te quejes". Y esto es real, conozco mucha gente rica que además de ser pelotuda es muy pobre espiritualmente y no dejan ninguna huella en su vacío tránsito por esta vida. Una vez, leí una nota que le hicieron al cuestionado Armando Bó, donde contaba la historia de un acaudalado señor feudal que buscó al poeta más talentoso y le entregó una bolsa repleta de oro para que a su muerte le escriba un epitafio inteligente. Cuando el feudal murió, se descubrió el monumento y también el epitafio que decía: "Aquí yace Juan Palumba, de la concha de su madre a la tumba". El tipo lo tenía todo, pero no había dejado nada, ni siquiera un mísero recuerdo. "Negrita", se fué anticipando a todo lo que me iría pasando. Pero ahora estoy en la antesala del bizarro gobierno de "Charlie". Más adelante relataré cómo influyó la ayuda del mundo espiritual en los diferentes episodios que me tocaron vivir cuando después de casi 17años de ausencia regresé a Bahía Blanca.