sábado, 8 de marzo de 2008

En Mar del Plata, sufriendo los primeros embates de La maldita Hiper de los Ochenta.

Mi padre Víctor la peleaba con "uñas y dientes" para salir de las secuelas que le había dejado su accidente cerebro vascular. Recuerdo que cuando venía a Mar del Plata, se nos "escapaba" y se iba a caminar un montón de cuadras por la avenida Juan B.justo, que estaba a 3 cuadras de nuestra casa. En aquellos tiempos no existían los teléfonos celulares y Elvira y yó, salíamos a buscarlo desesperados. El tenía la costumbre de irse todas las mañanas a tomar café al bar que estaba frente al Hospital de la Comunidad, donde se había hecho de varios conocidos. En otra oportunidad su "escapada" fué mucho más lejos; Tomó un colectivo y se pasó varias horas recorriendo el puerto Marplatense. Finalmente, a modo de prevención por si algo le sucedía en alguna de sus traviesas incursiones por una ciudad muy grande y desconocida para él, opté por hacerle una tarjeta con todos sus datos que obedientemente llevaba adherida al bolsillo exterior de su campera. La maldita hiperinflación ya estaba sobre la sufrida Argentina. Los precios subían minuto a minuto y todo se estaba pudriendo una vez más. El gobierno de Alfonsín se debilitaba peligrosamente y los bancos pagaban grandes intereses por los depósitos. Especulativos a ultranza, muchos ciudadanos apostaban alocadamente en
las "timbas" financieras. En el supermercado Aragone, a los repositores, se les "acalambraban" las manos de tanto remarcar los precios de los productos en las góndolas. No podíamos hacer un plan, una proyección, nada. La onda fatalista oscurecía el horizonte y los pronósticos sobre el futuro del país, eran desalentadores. Mientras tanto en Bahía Blanca, Lucy seguía desmejorando. Su ánimo comenzaba a resquebrajarse lentamente y Osvaldo, que había quedado solo a su cuidado, hacía todo lo humanamente posible para que a su madre no le falte nada. En medio de ese mar de incertidumbre, opté por hacer la "plancha" e intentar sobrevivir con los clientes que felizmente conservaba. "Pepsi Ring" había finalizado y aparecía una cuenta nueva; Pehuamar, que en aquellos años pertenecía a la familia Serdá. Los 4 hermanos Serdá, eran propietarios de esa empresa de gran prestigio nacional que había inaugurado una planta modelo en el Parque Industrial de Mar del Plata.
"Pehuamar" comenzó confiándome la realización de videos institucionales que mostraban cómo se elaboraban sus diferentes productos. La tecnología de la planta era de última generación. La maquinaria diseñada para procesar las papas fritas, maicitos y todo lo que producía la firma funcionaba con mínima mano de obra humana y además del dinamismo, contaba con las máximas reglas de seguridad e higiene. Los hermanos Serdá, eran muy buenos empresarios y excelentes personas. Los audiovisuales les habían gustado y a partir de ese trabajo, comenzaron a auspiciarme en mis programas radiales de LU6 Emisora Atlántica AM y pronto, también lo harían en programas televisivos que produciría y conduciría por Canal 10. Los "extrañares" se hacían sentir en mi alma. Lo que vendría a partir del depredador gobierno Menemista, sería una remake de los años de "plata dulce", donde a costa de la destrucción de la industria nacional y la desocupación, muchos argentinos disfrutarían de la "fiesta del uno a uno", espejismo que también traería graves consecuencias a una ciudad que por casi 10 años dejaría de ser "feliz".

No hay comentarios: