Los ciclos interactivos de "Sapienso" continuában sucediéndose con éxito creciente. Esta respuesta masiva por parte de los niños, nos impulsó a crear "Maxi Juegos con Sapienso" y en este nuevo ciclo, el concurso infantil incluía también a los mayores, que recibieron esta propuesta con el mismo entusiasmo con el que participaban los niños. Con el propósito de darle una expresión propia a este fenómeno, le llevamos al subdirector de Canal 9, la idea de poner en el aire un programa en vivo con la conducción del sapito. El envío duraría una hora y comenzaría a las 11 de la mañana. Este fué un nuevo desafío, ya que habíamos acordado trabajar con la presencia de niños en el estudio y lo primero que teníamos que hacer era conseguir una conductora que intervenga como secretaria de "Sapienso". A Angelo se lo ocurrió convocar a través de la pantalla a chicas entre 18 y 25 años para que cumplan ese rol. La cantidad de maestras jardineras que vinieron al casting, superó todos los cálculos. Con ellas hicimos varias pruebas de cámaras, pero no obteníamos resultados satisfactorios. Los días seguían pasando, el programa ya se estaba promocionando y la conductora que tanto necesitábamos seguía sin aparecer. Una mañana, cuando entro al canal, ví a Patricia, una chica muy simpática que en ese momento cumplía funciones en el sector de seguridad de la empresa. "Ella és, pensé inmediátamente. Patricia tiene la imágen justa para convertirse en la secretaria de "Sapienso". Con el permiso de la subdirección del medio, le hicimos a esta carismática jóven varias pruebas de conducción y definitivamente Patricia Heimann se convirtió en la compañera del personaje. La misión que me había confiado la señora Diana Julio de Massot, se estaba cumpliendo satisfactoriamente. Canal 9- Telenueva crecía en audiencia y las mediciones lo confirmaban. El boom de "Sapienso" no nos dió tiempo de armar una producción de merchandissing. No contábamos con réplicas de peluche, figuritas, tazas, libros y una serie de artículos derivados del sapito. Tampoco nos daban los tiempos, ya que para este tipo de comercializaciones adicionales, teníamos que disponer de una estructura abocada exclusivamente a este fin. Esto comprendía fábricas, personal encargado de distribución, ventas, etc.
"El Club de Sapienso" se convirtió en el programa más visto de la ciudad y amplia zona de influencia. A diario, se recibían en el canal cientos de cartas y dibujos que con gran ingenio coloreaban los niños. Con el fin de estimular a los pequeños autores, estas obras eran mostradas en pantalla una por una y sin excepción en cada programa.
En un sector del estudio se había armado la réplica de un pantano y desde esa escenografía "Sapienso" y Patricia llevaban adelante la conducción en directo, que también incluía salidas al aire con llamadas telefónicas donde los niños participaban desde sus hogares cantando, contando anécdotas o simplemente respondiendo a distintas preguntas.
Desde el comienzo, además de ocuparme de los aspectos relacionados con producción, le puse la voz a "Sapienso" y confieso que en los programas ninguno de nosotros tenía un libreto determinado. Todo se improvisaba sobre la marcha y así funcionaba. En mitad de uno de los programas y debido a un movimiento brusco del encargado del manejo del títere, al sapito se le sale el ojo derecho. Sin dudarlo, y en plena emisión en directo, un asistente se acerca al muñeco y con toda tranquilidad coloca el ojo de plástico en su respectivo lugar. Uno de nuestros mayores temores era preservar la mística. Los miles de chicos que asistían al estudio de Canal 9, para presenciar el "Club de Sapienso", veían claramente que su personaje favorito era un muñeco de peluche manejado por alguien que estaba debajo de la mesa. Pero la mágica atracción era mucho más fuerte y ésto a los niños parecía no importarle. Cuando finalizaba el programa y se apagaban las luces del estudio los chicos presentes se acercaban al sapito, le daban un beso o lo abrazaban al tiempo que le decían; "Te quiero mucho Sappy". Para la audiencia infantil, "Sapienso" era una criatura viviente. Recuerdo con cariño y respeto la colaboración incondicional que toda la gente de Canal 9, le puso a este producto que con sus mensajes de amor, conocimiento, solidaridad e inocencia se transformó en un personaje que difícilmente olviden aquellos que hoy tienen entre 25 y 30 años.
Después de poco más de dos años en el aire, la era "Sapienso" estaba llegando a su fin. Con producción local, Canal 9, había logrado importantes topes de audiencia. Salvador "Pichón" Fernández, además de audaz y transgresor periodista, era un inquieto creativo con quién compartí muy buenos momentos en aquella época plena de entusiasmo . "Pichón" falleció a una edad muy temprana. Creo que aquí en la tierra, le quedaron muchas asignaturas pendientes, aunque estoy seguro que sus contenidos, siempre originales se están concretando en ese plano superior llamado cielo. Hoy, a 20 años de aquello, considero que nos habíamos anticipado y ninguno de los que estábamos involucrados en la realización de ese maravilloso producto, imaginámos alguna vez que llegaríamos tan lejos con una idea tan simple.
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