domingo, 16 de marzo de 2008

LA "COMADREJA" Parte 1.

La "Comadreja" es el apodo que le puse a una mujer que oportunamente había sido designada como directora del canal de Alejandro Romay. Solo estuve con Romay en dos oportunidades. Una de ellas cuando ordenó armar el estudio de "TV Juegos" y en la gran cena donde reunió a todos los que trabajábamos en Canal 10, para anunciarnos que vendería ese medio Marplatense a una empresa multinacional. La "Comadreja" no entendía nada de televisión, pero sí de todo lo relacionado con el manejo de dinero. Ni bien la conocí, me dí cuenta que inevitablemente tarde o temprano, tendría que enfrentarme con ese extraño personaje y también sabía que sería yo quien llevaría las de perder. A ella le caían muy bien los empleados que jugaban de "agradables" y ni hablar de los nuevos y obsecuentes "amigotes" que día a día concurrían a su opulento despacho a hablar durante horas de distintas estupideces o chismes baratos. La "Comadreja", además de creerse omnipotente era la típica mujer avara que en algún punto pone al descubierto y desnuda sus propias miserias humanas, la causa de sus odios, ignorancia, codicia y principalmente el porqué de su soledad. Esta mujer no podía entender cómo diablos hacía yó, que no contaba con una mínima estructura para sostener pautas publicitarias provenientes de cuentas importantes que confiaban en mi creatividad, hecho que indiscutiblemente les brindaba resultados. Por todos los medios intentó que yo formara parte de su entorno de cortesanos alcahuetes. Tampoco entendía mi actitud de tomar prudente distancia y limitarme a producir para mantener a los escasos anunciantes que iban quedando en la era del "uno a uno", la peor época de Mar del Plata. En ese tiempo nefasto, se calculó que aproximadamente 80 mil habitantes ante la falta de trabajo y mínimas oportunidades tuvieron que emigrar hacia europa y EE.UU viendo a Ezeiza como la única salida. A todo esto, la "Comadreja", no tuvo mejor idea que "multarme" por mi eficacia y cumplimiento e inexplicablemente ordenó que se bajen considerablemente mis comisiones de productor. En ese tiempo crítico, donde nadie parecía darse cuenta que el país además de malvenderse, tampoco generaba nada, mucha gente se enriqueció, viajó y disfrutó gracias a los beneficios provenientes de la venta de las "joyas de esa bendita abuela llamada Argentina" y la "Comadreja", para no ser menos, también habitaba cómoda en esa burbuja de flatulencias que tanto daño causó a este castigado y estafado páis. Resistí a su bloqueo durante mucho tiempo y juro que jamás subí a lamerle el traste. Como siempre, esperé en silencio a que Dios ponga las cosas en su justo lugar. Durante la dictadura de la "Comadreja", yo y mi pequeño equipo de colaboradores producíamos más que los inservibles vendedores del canal y las pocas agencias publicitarias que aún se mantenían a flote.
En una oportunidad con Julio Aro, Gerardo, Patricia, Horacio Tarodo y Elvira, decidimos organizar un evento para elegir a "Mini Miss Mar del Plata".Le ofrecí a la "Comadreja" asociarse en la producción, solo poniéndo el aire ocioso del canal. Me escuchó unos 15 minutos y mirándome fijamente me dijo: "Eso...Va a ser un fracaso. ¿Quién iría a ver una elección de nenas? Fiel a mi estilo, tomé en contramano una vez más y en esa elección inolvidable , asistieron al Hotel Hurlingam 1800 personas. Unas 400 no pudieron ingresar porque peligraba la resistencia del primer piso ante el peso de tanta gente. Este exitoso festival solo fué promocionado en el programa "TV Juegos".
Al día siguiente, fuimos con Julio Aro a darle el detalle de lo recaudado a la "Comadreja". Fué la única vez que ví un pequeño brillo de vida en sus ojos. Pensé: "Que bueno, al fin está contenta", pero me había equivocado porque al ver la planilla solo dijo: "Los felicito, ¿Todo esto recaudaron?". Sí señora, le respondió Julio Aro. "Okey, entonces me corresponde la mitad, porque toda esta gente fué gracias al canal" dijo la "Comadreja" sin inmutarse y comenzó a contar la plata.

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