Me he dado cuenta que a medida que voy escribiendo aspectos de mi vida en este blogspot, he dejado pasar algunos de los inolvidables momentos que sucedieron durante el tiempo que trabajé en LU3 Radio del Sur, una emisora legendaria de Bahía Blanca, que marcó durante más de 50 años una historia muy importante en el aire AM de la ciudad. Esta querida radio, aún funciona en calle Lamadrid 116, en el mismo edificio donde vivió el ilustre escritor Eduardo Mallea. LU3 tuvo su largo e importante momento de gloria y llegó a tener una programación amena y de gran penetración popular que contaba con la participación de excelentes locutores, animadores, periodistas y hasta el popular radioteatro de Mario Mauret. Esas voces sumadas a un estilo propio, marcaron una época inolvidable en la preferencia de los oyentes de la ciudad y zona. Al igual que LU2, LU3 Radio del Sur, supo conquistar una importante e incondicional audiencia. Desde hacía mucho tiempo, LU3 se había convertido en la segunda emisora de Bahía Blanca. Personalmente nunca tuve en claro quien o quienes eran los legítimos propietarios de la radio, aunque sí tuve la posibilidad de conocer a mucha gente que trabajaba allí desde hacía muchos años y que más allá de las incertidumbres que generaban las distintas direcciones, problemas financieros y medios técnicos limitados, el personal que permanecía en la radio, ponía lo mejor de sí para que LU3 siga saliendo al aire. Cuando Oscar "Bibi" Coleffi fué nombrado gerente de la emisora, me convocó para conducir nuevos programas, lo primero que me anticipó con su clásica frontalidad fué cuando me dijo: "Pipo, te necesito. Quiero hacer cosas nuevas, pero no hay un mango, solo te puedo pagar con segundos de publicidad". "Bibi", fué una persona muy importante en mi vida, ya que en una cena que compartimos en el pequeño departamento de calle Zeballos que en nuestros comienzos habitábamos con Elvira y Virginia, "Bibi", fué el primero que nos convenció plenamente para que no dudemos en montar nuestra agencia de publicidad. Inmediatamente acepté la oferta de mi amigo Coleffi. Siempre tuve claro que en este trabajo, la mayoría de las veces no queda otra que arriesgarse. Hay 3 ciclos que hice durante ese paso por LU3 que recuerdo con muchísimo cariño. Ellos son: "Desde el Jardín" , "Viva La Gente" y "Sabor a Vacaciones". Corría el año 1985, y Coleffi, me presentó a un chico llamado Sandro Romay, que en ese momento estaba haciendo relatos deportivos y tenía ganas de iniciarse en la conducción de programas. Con Sandro, nos subimos de inmediato a esos desafíos que se emitían en tira diaria y en horario vespertino con un éxito sin precedentes. Romay fué el único co-conductor que "pescaba" de inmediato cuales serían mis ocurrencias y podía improvisar facilmente o seguirme con mi mismo o mayor ritmo en cada entrega en vivo. Siempre reconoceré la capacidad profesional de Sandro, ya que juntos, en esos ciclos, logramos una dupla similar y salvando distancias, a las que oportunamente formaron Jerry Lewis y Dean Martin o Dolina y Stronatti.
En estos envíos también tuvo una destacada participación nuestra hija Virginia quién tuvo a su cargo el prolijo manejo de la producción telefónica. Ningún programa radial que pretenda ser ágil y espontáneo puede hacerse sin el respaldo de un buen operador de estudio. En estos contenidos operó un casi niño "Piquito" De Cunto, que lograba verdaderas genialidades todas las tardes. La locura auténtica de "Piquito", muchas veces solía llegar a límites insospechados. Durante uno de los programas, hicimos un homenaje a los ex intendentes Bahienses. El clima en el estudio era de gran seriedad y respeto, porque allí estaban los hombres que habían dirigido oportunamente los destinos de la ciudad. Para llevar adelante este envío especial, convocamos a Eduardo Cenci, una gran persona y excelente periodista. "Piquito" tenía la increíble habilidad de convertirse en "bola humana" y esto lo lograba gracias al manejo de su anatomía. Estábamos en medio de la entrevista con los ex intendentes, cuando la "bola humana" entra sorpresivamente al estudio. "Piquito", no tuvo mejor idea que poner a prueba su destreza en ese programa. Se había quedado en calzoncillos y a gran velocidad iba y venía rebotando de pared a pared. Los invitados quedaron mudos. Estábamos en el aire y la escena era más que insólita. "Piquito" no paraba de hacer de pelota viviente y esto lo divertía y potenciaba sobremanera. En "Viva la gente", a Sandro y a mí, se nos ocurrió inventar la presencia de un helicóptero y anunciamos que el programa contaba a partir de tal día con la presencia de un aparato Sea King, "adquirido" por la producción y que todas las tardes recorrería la ciudad buscando noticias o entrevistas. El sonido del supuesto helicóptero lo logré grabando el ruido extraño que generaba un viejo lavarropas que teníamos en mi casa. Una tarde, mientras el imaginario helicóptero estaba a punto de despegar de la terraza de la radio, "Piquito" comenzó a hacer señas incomprensibles y desesperadas desde su puesto en el control. Lo único que repetía era: "Ché paren con el helicóptero, se armó quilombo con la base". Cuando estuvo un poco más calmado, nos contó que efectivamente habían llamado desde la Base aeronaval Comandante Espora diciendo que de ninguna manera podíamos poner un helicóptero en la ruta de los aviones, porque esto significaba un peligro para el tránsito aéreo. "Piquito", no exageraba, hicimos un llamado a la base y en efecto, nos atendió un oficial que realmente había creído que teníamos un helicóptero en el aire. Aclarado el malentendido, en común acuerdo, decidimos parar con la joda del helicóptero, porque ya no tenía gracia.
Antes de cerrar esta historia de radio, quiero recordar a otros amigos queridos que transitaron por LU3 Radio del Sur, ellos son: Vicente Levantesi, Osvaldo Linares, Mónica Celave, Delia Kauffman, Mario Gerlini, Pablo B. Serrat, Esteban OlivioQuaglia, Gustavo Daich, Federíco Fernández, "Manolo" Belza, "Charlie" Araque, Susana y su hermano Carlos "tuerca" Simonetti, Gustavo Gabí, Rubén Coleffi, Elio Sieli y Estéban Dobal son algunos de los nombres de personas entrañables que recuerdo con gran cariño y respeto.
En mis distintos viajes a Bahía, mi ciudad natal, solía entrar al viejo edificio donde está LU3 y aún podía sentir la magia que habita en cada uno de los rincones de la casona. Magia de radio que al igual que la "Bella Durmiente", está esperando el "beso milagroso del príncipe encantado" para despertar y volver a brillar con la intensidad que merece.
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