domingo, 30 de marzo de 2008

El después de ARME LA GONDOLA en La Plata (Parte 1)

El éxito de Arme La Góndola en La Plata, había sido indiscutible y aunque me sentía muy feliz por ese logro en una ciudad grande, que además de ser Capital de Provincia, también era totalmente desconocida para mí. El evento había tenido varias fallas en su organización y me hacía responsable de las mismas a la hora de la autocrítica. Con este concurso en especial, siempre me ha sucedido que en un punto, me supera ampliamente, me desborda y a esa altura de las circunstancias debo ir corrigiendo errores que surgen sobre la marcha. Con Supermercados "Pinocho", que tenía muchas bocas de venta el mayor inconveniente era tener una información diaria de las necesidades que iban apareciendo, abastecimiento de elementos gráficos para el público, el comportamiento de las promotoras, testear la reacción de la gente, luchar permanentemente contra una imprenta muy poco seria que no cumplía con las entregas de las planchas de figuritas semanales y los respectivos álbumes, etc. Los dueños del supermercado tenían sus propios problemas y el consecuente estrés, propio de una empresa de familia que estaba compitiendo con grandes cadenas supermercadistas. Esto generaba falta de comunicación entre las partes interesadas en tamaña producción y otra vez me encontraba "pagando un nuevo derecho de piso". Los medios platenses eran muy estructurados y por alguna extraña razón, en esa ciudad tampoco funcionaban las agencias publicitarias. Solo se mantenían los diseñadores "freelance" que trabajaban para comercios pequeños o medianos y la creatividad era bastante relativa. "Arme la Góndola", es una idea que requiere mucha fuerza de impacto que hay que sostener en el lanzamiento, mantenimiento y final o cierre de la campaña. Yo trataba de mantener y en lo posible, mejorar la misma línea publicitaria que tanto éxito había obtenido en Mar del Plata para supermercados Aragone, ya sea en el armado de los anuncios de radio como en gráfica, vía pública y los diferentes puntos de venta, pero la personalidad de la ciudad de la Plata, no era la misma. La Plata cuenta con una gran cantidad de empleados públicos y la dependencia del estado es muy grande convirtiéndola en una comunidad burocrática, poco flexible y donde funciona mucho la intermediación. Lo dueños de "Pinocho", estaban acostumbrados a confiar sus promociones habituales a diseñadores tradicionales que a su vez, tenían conexiones laborales y de amistad con imprentas. Este era un escollo difícil de sortear, ya que no tenía tiempo de elegir nuevas opciones y bajar costos. Sentía la resistencia que me ofrecían los "locales" y tal actitud era comprensible, porque yo estaba jugando de "visitante" y había llevado una propuesta que además de ser novedosa, se suponía que podía dejarme un rédito económico importante, algo que no era tan exacto.
Con "Arme la Góndola", además del boom que significa para el supermercado, paralelamente se genera actividad para mucha gente que interviene prestando los distintos servicios. El supermercado obtiene un considerable beneficio al reunir un promedio de 80 marcas proovedoras importantes en un solo álbum de figuritas, destinando un espacio donde irán pegadas las imágenes color de cada uno de los productos intervinientes. La finalidad es provocar el entusiasmo y la participación creciente del público consumidor. Todo esto se logra con la motivación de premios atractivos. Quienes en 8 semanas completen el álbum, reciben un cupón de "álbum lleno" e intervienen en el sorteo final que se realiza ante público y escribano. La promoción en los medios de comunicación se divide en 3 partes; Lanzamiento, mantenimiento y cierre. La duración total del concurso es de unos 90 días y durante ese tiempo hay que trabajar para que los avisos se renueven y provoquen una expectativa constante. Esta idea tan simple, actúa sobre el subconciente del participante mayor de edad, ya que le despierta aquella costumbre de su infancia de reunir figuritas, con la diferencia que en el caso de "Arme La Góndola", los personajes son los productos y el resultado un considerable incremento en las ventas de los mismos.Como antes mencioné, la casa de la ciudad de La Plata, tiene atractivos muy particulares y nó porque sea ésta una vivienda de lujo. La casa es modesta, cálida, práctica y allí tuve muchas señales muy poderosas al momento de inspirarme a preparar nuevas ideas, dibujar o escribir. La energía de la casa Platense es indiscutible y por esta razón entre otras de orígen afectivo, Elvira la quiere tanto y se preocupa en mantenerla. En esas paredes mi cuñada Elena, logró con mucho sacrificio estudiar y obtener finalmente su título de médico. Allí también vivió mi suegra María Peña, que se ocupaba de plantar y cuidar las variadas clases de flores diseminadas en el amplio jardín al que cuidaba con amor y dedicación. Otra parte muy positiva son los vecinos del barrio. Barrio de los de "antes", habitado por las últimas generaciones de "tanos" laburantes que practican la solidaridad y la convivencia y en las tardes y noches de verano, solían sacar sillas y reposeras a la vereda e intercambiar amenas conversaciones. Disfruté mucho de mi tiempo laboral en La Plata porque pude descubrir los intensos valores humanos de personas como Marilés Amorós, nuestra vecina, una Catalana de gran inteligencia y sensibilidad con la que compartimos momentos maravillosos y también otros difíciles, pero finalmente solucionables. Ella se había separado recientemente de su marido y llevaba su existencia adelante y como podía con hijos aún pequeños. María, Trinidad y Enrique, que por entonces eran una criaturas, se transformaron en nuestros hijos de la vida, al igual que Fabio Marrero, un chico que apareció en la casa Platense cuando hicimos unas reformas. Fabio, había llegado a hacer esas refacciones junto a su patrón, un maestro mayor de obras.
Cuando se terminó la obra, el jefe de Fabio, se reunió con Elvira y yó y nos dijo: "Miren, tengo que pedirles un pequeño favor. Ustedes tienen en la parte trasera una habitación con baño, ¿tendrían problemas en que Fabio se instale allí unos tres meses, hasta que yo le termine el departamento que le estoy construyendo?".
Fabio era un chico con todas las características de ser buena persona. Además no tenía familia y es oriundo de una zona rural cercana a Necochea. También pensamos que 3 meses no era demasiado tiempo y durante ese período, Fabio podría cuidarnos la casa, darle de comer a nuestro perro León y mantener el jardín en condiciones.
El tiempo, el cariño y la confianza, convertirían a Fabio en otro hijo de la vida, ya que aquellos 3 meses que nos solicitó el maestro mayor de obras, se hicieron 12 años, porque el mentiroso nunca más volvió a buscar a Fabio. ¿Lo habría dejado olvidado?.

1 comentario:

Anónimo dijo...

UN DIA...PIPO ME DIJO: NO SE CUAL ES TU LIBRITO... PIENSO EN EL, DURANTE MUCHO TIEMPO, NO LO CONOZCO... NO LO PUEDO DESCUBRIR, LO UNICO QUE TE PIDO: ES QUE NO SE LO CUENTES A NADIE! - PORQUE SOLO YO SE... QUE ES SUPREMO!!! TE FELICITO!... // Gracias PIPO!!!